"La boleta única electrónica ha mostrado tener unas cuantas vulnerabilidades"
La reforma electoral que envió el Poder Ejecutivo al Congreso incluye el sistema de boleta única electrónica (BUE) o boleta digital (BD) con el propósito de eliminar prácticas como el robo de boletas y el clientelismo, además de agilizar la votación y el escrutinio de sus sufragios.
En el marco de esa discusión, iProfesional entrevistó a Javier Smaldone, programador y administrador de redes y sistemas que expuso las vulnerabilidades de esta plataforma electrónica electoral ante las comisiones de la Cámara de Diputados que tratan el proyecto oficial.
-¿En qué punto está hoy la reforma electoral que se discute en la Cámara de Diputados?-Aún no se ha producido el dictamen del plenario de comisiones, que sólo se ha reunido el 4 y el 9 de agosto, pero se espera en los próximos días.
Desde la última reunión, una de las modificaciones del borrador que circuló presentaba una rebaja de las penas de los nuevos delitos electorales, originalmente de 2 a 6 años y ahora de 1 a 3 años.
Con respecto a la implementación, el diputado Pablo Tonelli (Cambiemos) dijo el 25 de agosto que el sistema electrónico se usaría como mínimo en el 30% de los distritos y como máximo en el 50%.
Recientemente, ha cobrado fuerza nuevamente la idea de una implementación en el 100%, unas 95.000 mesas de votación.
-¿Cómo evalúa la BUE que se quiere implementar? ¿Qué problemas y beneficios le encuentra?-El sistema denominado primero "boleta única electrónica" y luego "boleta electrónica" --según el ministro del Interior, Rogelio Frigerio en el plenario del 4 de agosto, debido a que la primera es una marca registrada-- es un sistema de voto electrónico con almacenamiento electrónico y respaldo en papel.
El sistema de BUE de la empresa MSA --usado en Salta, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y varios municipios del país-- ha mostrado tener unas cuantas vulnerabilidades, que fueron detectadas por estudios y análisis informales realizados por investigadores "curiosos", pero que escaparon a las auditorías informáticas oficiales de la UBA, la Universidad de Salta y el ITBA.
-¿El sistema de la BUE no es efectivo para resolver problemas como los planteados por el oficialismo, como por ejemplo el robo de boletas o el clientelismo?-La eliminación del robo de boletas y boletas apócrifas es algo que también puede lograrse con la boleta única de papel, sin necesidad de introducir elementos informáticos en el proceso de emisión del sufragio. Córdoba y Santa Fe han terminado con estos problemas en el año 2011.
La segunda ventaja aludida es la agilización del proceso de escrutinio, que, si se realiza llevando a cabo los controles necesarios para garantizar la correspondencia entre el registro digital y el registro impreso, no sería mucho mayor al de la boleta única de papel.
(Otra ventaja aludida) es la confección de actas "limpias", generadas por una impresora y no por la escritura a mano de una persona.
Ambas cosas pueden lograrse utilizando mecanismos de conteo y de impresión de actas electrónicas.
En Córdoba, investigadores de la FAMAF han producido un prototipo de lector de marcas usando un celular con una tasa de efectividad del 100%.
En Santa Fe se está diseñando una solución electrónica para la asistencia del escrutinio de mesa y la impresión de actas y copias.
En el mundo abundan los sistemas de escrutinio asistido por medios electrónicos. En los EE.UU. el sistema más utilizado es la votación con boletas de papel y marcadores, y el conteo electrónico de dichas boletas.
Con respecto al clientelismo, la emisión del voto por medios informáticos abre las puertas a nuevas formas de violación del secreto, y a mecanismos que permiten determinar (con o sin la voluntad del elector) cómo se ha votado.
Desde hace más de un año hemos desarrollado y mostrado una aplicación muy simple que corre en celulares y que permite determinar si se ha votado por determinado partido.
Esta aplicación funcionaba perfectamente en los sistemas usados en Salta y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, proveyendo un mecanismo efectivo para la compra de votos.
-¿La BUE es más cara que el sistema tradicional de voto en papel?-Sin duda. Por cada mesa de votación tiene que instalarse una computadora con una pantalla de dimensiones considerables, táctil, una impresora, un lector de chips RFID y baterías de litio suficientes para proveer al menos de 8 a 10 horas de autonomía.
Luego, cada boleta de papel térmico debe incluir en su interior un chip RFID. Si comparamos esto con una simple boleta única de papel (una grilla conteniendo toda la oferta electoral) que se entrega a cada lector, las diferencias de costos son enormes.
-¿Cuáles son los principales recaudos a tener en cuenta?-Cualquier incorporación de tecnología informática debería hacerse de forma gradual, y con los tiempos necesarios para la definición de normas y procedimientos de auditoría (usualmente, varios años), y no de la manera en que está planteada la actual reforma electoral.
Según los plazos de esta, en menos de 5 meses debería estar disponible el sistema a utilizar para la realización de las auditorías, cuando aún ni siquiera se ha aprobado la ley, y mucho menos se han definido las características técnicas del sistema.
Luego, en 6 meses más, millones de votantes votarán en más de 95.000 mesas con un sistema que nunca antes ha sido probado en una elección. Esto es una locura, por donde se lo mire.
-¿Qué nos enseña la experiencia de otros países?-El uso de computadoras para la emisión del voto supone una serie de problemas que el estado del arte de la ciencia informática aún no permite solucionar.
Esta es la razón por la cual, después de décadas de investigación y pruebas, el uso de sistemas de este tipo retrocede en todo el mundo, a excepción de la India, Brasil y Venezuela.
La boleta única de papel es el sistema utilizado por la inmensa mayoría del mundo, incluso por aquellos países que probaron opciones electrónicas y las descartaron.
De los 20 primeros países en desarrollo humano, sólo los EE.UU. utilizan computadoras para votar en el 30% de los condados, un porcentaje que se reduce año a año.
No deberían introducirse elementos informáticos entre el votante y la expresión de su voluntad electoral.
Esta es la lección que el mundo ha aprendido, a costa de errores y problemas graves, que hay llevado incluso a la anulación de elecciones.
La tecnología informática puede ser de mucha utilidad, pero allí donde ya no hay ningún secreto que preservar: el escrutinio de mesa, la transmisión de datos y el escrutinio provisorio, y el escrutinio definitivo.