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Por qué es récord la venta espumantes en la Argentina mientras cae la economí­a

A contramano: por qué es récord la venta espumantes en la Argentina en un contexto en el que cae la economí­a
03/06/2016 - 13:39hs
Por qué es récord la venta espumantes en la Argentina mientras cae la economí­a

El número realmente asombra: en la Argentina, cada 60 minutos en promedio, se consumen 7.000 botellas de espumantes.

Esto arroja un total de 163.000 a lo largo de un día, lo que a su vez equivale a la friolera de 59,5 millones de botellas en todo un año. 

Esa fue, justamente, la marca histórica que se alcanzó en 2015 en materia de consumo de espumantes en el país, de la mano de un crecimiento de casi 6% respecto a 2014. 

El siguiente cuadro permite apreciar el sostenido crecimiento a lo largo de los últimos años (expresado en cajas de 12 unidades): 

Lo que pocos en la industria vitivinícola esperaban era que esta tendencia continuara, tratándose de un 2016 muy frío en términos de actividad y en el que numerosos rubros sufren números en rojo.  

No sólo eso: la sorpresa es que, a contramano de una economía que por ahora avanza con el freno de mano puesto, la comercialización de espumantes alcanzó un nuevo récord en el primer trimestre. 

Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, durante los primeros cuatro meses, los despachos al mercado interno desde las bodegas alcanzaron los 7,7 millones de litros, equivalente a casi 10,3 millones de botellas, marcando así un salto del 22% respecto del año pasado. 

Por cierto, se trata de una marca histórica llamativa al tratarse de una bebida que no es de primera necesidad y que incluso muchos consideran como un gasto suntuario. 

Más llamativo aun es que este récord se haya dado en un contexto en el que la mayoría de las ramas de actividad se movieron en sentido contrario, especialmente durante el primer trimestre, cuando los argentinos más sintieron la pérdida de poder adquisitivo por la fuerte inflación que le ganó la pulseada a salarios retrasados. 

Las razones detrás del boom

Entre los protagonistas de este auge figura bodega Casa Bianchi, de San Rafael, que vienen de cerrar 2015 con un crecimiento del 5% pero que durante el primer cuatrimestre experimentó un salto en la demanda: “Ya vendimos el 60% de lo que estimábamos para todo 2016. Sin dudas, esperamos un gran año”, afirmó Facundo Pereira, gerente de enología, en diálogo con iProfesional

De la mano de una fuerte ampliación de su portfolio, la bodega boutique Viña Las Perdices también está en plena expansión: en 2015 la comercialización de espumantes despegó un 75%, así lograron vender un cuarto de millón de botellas. 

Y este primer cuatrimestre, mantuvieron la tendencia positiva, con un incremento interanual del 15%

¿Cuáles son las razones que explican este auge del espumante en la Argentina, en un contexto en el que la gran mayoría de los sectores padece números en rojo

Frente a este interrogante, desde las principales bodegas que operan en el segmento aseguran que esta dinámica obedece a un cúmulo de factores, muchos de ellos intrínsecos de esta actividad

Andrés Heiremans, presidente de Bodega Cruzat, uno de los establecimientos más prestigiosos de Sudamérica en la elaboración de espumantes, apuntó a la propia coyuntura económica y política: “La incertidumbre hizo que los distribuidores no acumularan stock, como suelen hacerlo. Así, finalizaron el año pasado sin inventario en la calle, lo que hizo que el primer cuatrimestre se tuviera que comprar más de lo habitual”. 

El directivo consideró que el fenómeno igualmente llegó para quedarse: “Estamos convencidos de que el 2016 será un año positivo para el espumante argentino. Las perspectivas económicas y políticas son auspiciosas, lo que hace augurar un buen comportamiento en términos de volumen". 

Omar Beamonte, gerente de Ventas de Domaine Bousquet, bodega de alta gama del Valle de Uco, vinculó este salto con la exención al impuesto interno a esta bebida (del 12%) que desde hace años el Gobierno viene prorrogando, pero que había generado gran preocupación en los últimos meses frente al rumor de que no se iba a extender. 

“El año arrancó hacia arriba porque, en parte, se temía que se discontinuara ese beneficio tributario para la industria del espumante. Y esto seguramente empujó a distribuidores, supermercados o vinotecas a hacerse de un mayor stock”, apuntó el directivo. 

Cabe destacar que, en medio de una gran expectativa y de un creciente reclamo por parte de los bodegueros, en abril el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, anunció que la exención se iba a extender nuevamente hasta fin de año. 

Más allá de este impulso inicial, desde Domaine Bousquet, esperan incrementar en un 20% la comercialización de espumantes para este 2016, en volúmenes.  

En tanto que Pereira, de Casa Bianchi, hizo referencia a los fuertes cambios de hábito que se han venido dando en la Argentina y que terminaron por transformar al negocio: "El consumo de espumantes se desestacionalizó y dejó de ser considerada una bebida exclusiva para las celebraciones”. 

Un informe de la División Vinos del Banco Supervielle coincide en destacar que “el espumante en Argentina dejó de ser considerado un producto asociado sólo con las fiestas de fin de año”.

Su consumo, en este último tiempo, se fue desplazando a lo largo de los doce meses y comenzó a ganar terreno en diversas ocasiones.

Según el informe, durante el período 2004-2006 casi 30% de los despachos al mercado interno se solían concentrar en los tres últimos meses de cada año. 

Hoy por hoy, el share del cuatro trimestre redujo su participación en cerca de cinco puntos. 

Más jugadores

Según datos del Supervielle, en línea con esta expansión de la demanda, también hubo un fuerte incremento en el número de establecimientos elaboradores.

En la década del ’90, en la Argentina había sólo un puñado reducido de bodegas que fraccionaban espumantes.

Ya en 2005, esa cifra alcanzaba un total de 61 empresas, mientras que en 2015 la cantidad se había casi duplicado, hasta alcanzar las 101 empresas. 

“Esto revela que el fenómeno dejó de ser sólo aprovechado por unas pocas firmas. En la actualidad, la mayoría de las bodegas que actúan tanto en el mercado nacional como internacional con vinos fraccionados han incorporado al espumante en sus portfolios”, destacaron los analistas de la entidad. 

La clave: es un producto menos “elitista”

De acuerdo con el relevamiento de los expertos del Supervielle, una de las llaves de la “masividad” en este negocio fue que aparecieron productos cada vez de más bajo precio.

“En la última década, el volumen despachado al mercado interno creció significativamente pero, en el mismo período, el precio promedio de venta de cada caja disminuyó casi a la mitad”, destacaron.

“Cuando en un mercado se observa este comportamiento se puede decir que existió un crecimiento de la oferta que amplió el mercado considerablemente. Hoy la categoría de vinos espumantes ha dejado de ser sólo de elite y se ha incorporado en franjas de más bajos ingresos, especialmente la de los jóvenes”, agregaron.

Pereira coincidió en señalar lo importante que fue el hecho de que el espumante haya dejado de ser visto como un lujo, para convertirse en una opción de consumo versátil

“El espumante es un producto ganador desde hace varios años. Por eso la industria se ha volcado a desarrollarlo y así es como el consumidor se encuentra hoy con una oferta amplia, de muy buena relación precio-calidad, apuntó el enólogo.

En este contexto, Heiremans, de Cruzat, destacó la importancia de que el Gobierno elimine definitivamente el impuesto interno a los espumantes, que tiene una alícuota del 12%, para que la industria no dependa continuamente de la prórroga de la excepción tributaria. 

“Cruzat nació en un periodo de excepción por lo que no conocemos otra realidad. Creemos que un gravamen como este no tiene ningún sentido y sólo produciría una gran distorsión y daño para una industria que ha crecido fuerte haciendo inversiones y generando empleo”, apuntó el directivo. 

“El espumante tiene tanto de ‘suntuario’ como cualquier otro vino o producto que no pertenece a la canasta básica. La extensión del período de excepción se ha transformado en una moneda de cambio para las autoridades de turno, que no tiene sentido alguno y que esperamos se derogue de manera permanente”, agregó Heiremans. 

Desde que se firmó en 2005 la exención del impuesto interno, el acuerdo siempre fue igual: para no tributar ese 12% sobre el valor de venta de cada producto, las bodegas tienen que efectuar inversiones que sean un 25% más elevadas que lo que hubieran abonado cada año por el gravamen. 

En buen romance, por cada $100 no tributados, deben desembolsar $125 en ampliación y mejoras. Así fue como en 2015 las empresas del sector inyectaron $424 millones, sobrecumpliendo la meta en casi 20%. 

Juan Carlos Muñoz, presidente y enólogo de Viña Las Perdices afirmó que “la confirmación de la exención fue muy positiva porque, en el contexto inflacionario que estamos viviendo, un aumento extra a través de este impuesto arbitrario, afectaría directamente el volumen de ventas". 

Crecen los dulces, pero reina el Extra Brut

En paralelo a las ventas, el análisis del Supervielle da cuenta de lo cambios que se están dando dentro de la categoría espumantes, de la mano de un fuerte incremento de las alternativas más dulces.

Heiremans afirmó que en Sudamérica en general y también en la Argentina, “los consumidores están acostumbrados a vinos con más azúcar, donde la acidez no es un elemento distintivo como sí ocurre en Europa, donde los vinos –por el clima- son naturalmente más ácidos y tienen menos alcohol”.

Pereira explicó que “mientras que el público más avezado aprecia la complejidad y la sutileza, los jóvenes buscan vinos más frescos, frutados y con un contenido de azúcar muy significativo”. 

Pese a esta ampliación del consumo de espumantes más dulces, el Extra Brut sigue estando cómodo en el centro de gravedad de la categoría y se espera que continúe siendo la variedad principal. 

“El Extra Brut es un estilo que gusta a un amplio rango de consumidores, pero también es una marca que la gente conoce y prefiere”, apuntó Heiremans.

Según el informe del Supervielle, si bien hubo un marcado incremento en el nivel de participación de los espumantes de estilos más dulces, la categoría “Extra Brut” hoy domina completamente, con más del 72% de share.

Según el estudio Radiografía del consumidor argentino de espumante, elaborado a partir de una encuesta realizada entre 1.000 personas por la consultora Stg, al momento de elegir una marca de espumante, los aspectos más improtantes que se suelen tener en cuenta son el precio (60%), seguido por la marca (47%) y, en tercer lugar, la categoría.

En cuanto a los canales más habituales para la compra de un producto para consumo propio, los supermercados muestran el mayor share (76%), mientras que las preferencias se reparten entre vinotecas, mercados de barrio y, en cuarto lugar, los súper chinos. 

En cambio, si el espumante es para obsequiar, las vinotecas saltan al primer lugar, secundadas por los hipermercados, según el relevamiento de Stg. 

También crece el espumante importado

De la mano de la mayor flexibilidad que está experimentando la importación de bienes de consumo, también está creciendo el ingreso de cava español, es decir, espumantes que cumplen con determinadas regulaciones, tal como sucede, por ejemplo, con el champagne francés.  

La Denominación Cava es una certificación que sólo reconoce a aquellos productos elaborados bajo el método tradicional, además de otras consideraciones, como las variedades de uvas utilizadas.

La principal región productora es Cataluña, de donde proviene la mayor parte del cava de toda España y, no casualmente, el origen de casi la totalidad de los productos que se consumen en la Argentina.

En diálogo con iProfesional, Cecilia Canaro, gerente regional para Sudamérica del Grupo Freixenet, confirmó que la compañía es “número uno en la elaboración de vino espumoso en el mundo y en la Argentina es líder absoluto".

De acuerdo al Consejo Regulador de Cava, el share de Freixenet en el mercado argentino de cava es del 87%.

Para el mediano plazo, las perspectivas son alentadoras en el mercado interno. Según Canaro, el crecimiento planteado a 5 años es del 20%, partiendo de un negocio de más de 340.000 botellas actuales.

De acuerdo con la directiva, la eliminación de las DJAI y su reemplazo por un nuevo Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), “está agilizando el abastecimiento y facilitará el ingreso de productos”.

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