Los aumentos de la primera quincena presagian un mayo con el doble de la inflación esperada por el Banco Central
"Es horrible". El funcionario del equipo económico suena lapidario cuando iProfesional le pregunta su opinión sobre la estrategia del Banco Central para pelearle a la inflación.
Concretamente, el enojo de algunos ministros tiene que ver con el "empecinamiento" de Federico Sturzenegger por mantener la tasa de corto plazo de las Lebac en el 37,5% anual.
El eje del debate refiere inevitablemente a la inflación.
"Recientes subas en el precio de algunos bienes sugieren cautela", sostuvo Sturzenegger en el comunicado con el último resultado de la licitación de las Lebac.
El último jueves, el banquero central reconoció "tensiones" con el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, pero recalcó que, lejos de ser motivo de preocupación, esas diferencias son "bienvenidas y sanas".
"Representan una maduración, y muestran la independencia de la institución", dijo.
Durante su última exposición pública, Sturzenegger se esforzó por insinuar que la dinámica inflacionaria viene en descenso. Al menos en lo que se denomina la "inflación núcleo", que limpia de las variaciones puntuales, como los últimos ajustes en las tarifas de los servicios públicos.
De todas maneras, ese descenso no es tan marcado como para hacerlo cambiar de idea sobre el "timing" al que deben bajar las tasas.
Las primeras estimaciones de las consultoras privadas, mientras tanto, no aportan mucho material como para el entusiasmo. Para la primera semana de este mes, una inflación del 1%.
Razones para ese incremento no faltan, empezando por el ajuste del 10% en el valor de las naftas, el primer día de mayo.
Sin embargo, la lectura que hacen en la City (y que comparten los técnicos del BCRA) es que, lejos de aplacarse, la dinámica inflacionaria se resiste a disminuir.Dura de bajar
Pero el problema es todavía más grave, porque lo que afirman los consultores es que no solamente se observa una inflación alta como consecuencia del tarifazo en los combustibles o en ajustes estacionales, sino que también la llamada "inflación núcleo" se mantiene elevada.
Es algo que altera los planes que se habían trazado los funcionarios: el propio Banco Central hablaban, hasta hace algunas semanas, de que mayo sería un punto de inflexión en la marcha inflacionaria y se empezarían a ver resultados positivos.
Puntualmente, en el Directorio de la entidad aseguraban que mayo sería "un test". Que la lógica indicaba que el índice debía volver a un nivel cercano al que existía en la previa a la devaluación de mediados de diciembre. Es decir: no más allá del 2% mensual.
Pero no. De acuerdo a la estimación de Rodolfo Santángelo, socio histórico de Carlos Melconián, la inflación de mayo "viene picantita". Muy cerca del 4%. Es decir, el doble de lo que pretendían en el Central.
Así como Santángelo, otras consultoras también mostraron su preocupación por el IPC de este mes: para Elypsis -la medidora de Eduardo Levy Yeyati que releva 300 mil precios en supermercados-, la inflación también estará por arriba del 3% en mayo.
Miguel Angel Broda estimó que "la inflación del 40% (interanual) seguirá así por varios meses".
"Creo que el deseo del ministro Prat Gay de llegar a diciembre con una inflación del 25% tiene probabilidad cero. Con suerte será de 36%", agregó durante el envío El Cronista TV. "La inflación no baja porque el Gobierno ha decidido no hacer ajuste fiscal ni de política de ingresos. Falta un programa integral", concluyó.
El propio Levy Yeyati, actual director del Banco estatal BICE, tiene una proyección que, si se cumple, puede alterar las planificaciones del Gobierno.
El economista cree que, en el mejor de los casos, si se cumpliera la estimación oficial sobre la llegada de nuevas inversiones que nutran a la economía, esa inyección de capital, al menos en una primera instancia, potenciará la dinámica inflacionaria. "Le pondrían un piso de 2% mensual", estimó.
La radiografía que están sacando los profesionales, como puede apreciarse incluso de parte de aquellos que tienen simpatía por este Gobierno, es que la inflación de mínima estará en el 2%.
Es el escalón que esos mismos economistas advertían que era inviable para la normal marcha de la economía.
Frente a la incertidumbre sobre lo que ocurrirá con los precios, Sturzenegger resolvió jugar fuerte:
Por un lado, hizo oficial una estimación sobre la banda inflacionaria entre 12% y 17% el año que viene. Y que habrá que aguardar hasta 2019 para llegar al 5% anual.
"Quizás hoy, cuando están por conocerse las cifras de inflación de abril, este número luce fantasioso. Pero alcanza con mirar a los países del mundo, incluso nuestros vecinos más cercanos que tuvieron su cuota de crisis financieras e inflación crónica en el pasado, ahora con una inflación en torno al 4 por ciento anual o menos. Si ellos pudieron, no veo por qué nosotros no", agregó el jefe del BCRA.
Sturzenegger, a pesar de las objeciones que le hacen desde otros despachos oficiales, defendió el actual nivel de las tasas de interés: "Se encuentran en un nivel que está teniendo éxito en moderar presiones inflacionarias", dijo durante una reciente exposición en el IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas).
"El Gobierno está comprometido en bajar la inflación, porque ese es el impuesto más regresivo que se conoce", refrendó.
Las tasas, al rojoLo cierto es que, por ahora, lejos de apaciguarse, mes tras mes aparecen nuevos ajustes de precios que tiran para arriba las expectativas inflacionarias.
El capítulo más grosero de ese fenómeno se vio en abril último, con los ajustes en las tarifas eléctricas y en el transporte público. Pero no el incremento en el precio de los combustibles estuvo fuera de la agenda hasta una semana antes de que finalmente aconteció.
Ese aumento no sólo tuvo efecto de entre 0,8 y 1,0 punto en la inflación del mes sino que, se prevé, terminará impactando en los costos de las empresas que reacomodarán los precios de sus productos.
El traslado de ese ajuste, posiblemente, se moderará por efecto de la recesión económica. Es decir, es muy probable que -al día de hoy- el mayor disciplinador de los precios sea la recesión y no tanto el efecto monetario puro.
En todo caso, puede darse lo que supone Fernando Marengo, economista del Estudio Arriazu: "El gran problema es que, con las actuales tasas de interés y la política monetaria restrictiva, el BCRA termina retirando del mercado los pesos necesarios para lograr la reactivación de la actividad", enfatizó en diálogo con iProfesional.
Sturzenegger, en su última aparición en público, confirmó su estrategia monetarista para disminuir la inflación. En franca polémica con varias de las consultoras de la City, está seguro que el escenario será distinto a partir del segundo semestre.
No sólo por la desaceleración de la suba de precios, sino también por un crecimiento de la actividad económica.
Pero tanto en las filas del Gobierno como en la City se oyen cada vez más fuerte los cuestionamientos a las chances reales de que la economía logre despegar si Sturzenegger se mantiene aferrado a su postura. Hoy, martes, habrá otra licitación de letras del Banco Central (las Lebacs, ya convertidas en termómetro del debate económico) y allí se refrendará qué tan preocupados están los funcionarios con la rebeldía de los precios en las góndolas.