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La agitada jornada de Massa en el debate por la doble indemnización: su decisión desempata en el Congreso

Para evitar una derrota, el Gobierno negoció directamente con los gobernadores frenar la sesión en el Senado sobre la emergencia ocupacional por 180 días
27/04/2016 - 08:04hs

El futuro del proyecto que prevé la "doble indemnización" pareció ayer haber quedado en manos de Sergio Massa, quien entre dos fuegos soportaba las presiones tanto del ala sindical de su sector como de sus aliados en el empresariado. En ese tironeo se llevaron a cabo negociaciones febriles para determinar cuándo y cómo se abordará el tema en el Congreso.

El primer paso se dará este miércoles a partir de las 15.30, cuando el Senado se reúna en una sesión especial para tratar el proyecto que obtuvo dictamen favorable la semana pasada.

La propuesta, que estipula declarar la emergencia laboral por 180 días, sería aprobada sin cambios, a pesar de que el Frente para la Victoria (FPV), la bancada mayoritaria en el Senado, cuenta con algunos legisladores que  se inclinaban por la propuesta de excluir a las pymes.

El objetivo del Gobierno fue claro: frenar el tratamiento de los proyectos que duplican las indemnizaciones por considerarlos "contraproducentes" y amenazó con vetarlos.

En tanto, la oposición, encabezada por el Frente para la Victoria (FPV), pretendía llevar al recinto las propuestas lo más rápido posible. En el Senado cuenta con casi 40 legisladores sobre un total de 72. Por sí mismo, lograrían dar quórum.

Ante la posibilidad concreta de que la reunión plenaria se lleve a cabo, el oficialismo puso manos a la obra. Por ese motivo, el martes se reunieron el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, el radical chaqueño (aliado al macrismo), Ángel Rozas, junto con el titular del bloque del FPV en la cámara alta, Miguel Pichetto, para tratar de frenar el tratamiento en el recinto.

Negociaciones de un lado y del otro, llamados del ministerio del Interior a los gobernadores para pedirles que sus senadores no se presenten a sesionar o, en caso de ser necesario, voten por la negativa. Solo el mandatario salteño,Juan Manuel Urtubey, se manifestó abiertamente contra el proyecto.

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, admitió los contactos con los gobernadores opositores para pedirles apoyo y, durante una conferencia de prensa, remarcó que “la única solución para la pobreza es generar trabajo, todas las medidas que vayan en este sentido van a ser aprobadas, y nosotros entendemos que las medidas que se discutirán en este Congreso no van en ese sentido. Entonces nosotros compartimos nuestra preocupación con los socios del Gobierno, que son los gobernadores". Sin embargo, su solicitud no habría surgido efecto en un principio, ya que la reunión se llevará adelante pero desde Cambiemos confían en lograr los apoyos durante la sesión.

Es que los senadores que responden a los mandatarios provinciales y que coordina Pichetto, en su mayoría, pertenecen a provincias necesitadas de fondos coparticipables para financiar sus cuentas. En la única sesión delicada del año para Macri, aportaron 26 votos del FpV para convertir en ley el pago a los holdouts y la autorización de emisión de nueva deuda.

El proyecto con dictamen en la cámara alta es mucho más “liviano” que el que se impulsa en la cámara baja. Como los senadores, los diputados también quieren prohibir despidos y fijar la doble indemnización. Pero en lugar de hacerlo por 180 días, proponen que sea hasta el 31 de diciembre de 2017 y, aún más, reincorporar a los despedidos desde el 1 de marzo, tanto en el sector público como en el privado.

Además, durante la misma sesión, se tratará la iniciativa del senador Adolfo Rodríguez Saá (peronista disidente y con buen diálogo con el macrismo) que limita las facultades del Poder Ejecutivo para tomar deuda externa.

En concreto, plantea una serie de requerimientos para que el Poder Ejecutivo no pueda realizar operaciones de crédito público ni reestructurar deuda pública, sin previa autorización del Congreso. Es que, desde el kirchnerismo más duro, se ilusionaban con contar con el apoyo del gobernador puntano y avanzar con la propuesta.

Este tema generó grietas notorias en todos los bloques de ambas cámaras, en especial, en el Frente Renovador. Es que la ambigüedad de Sergio Massa, quien presentó un proyecto alternativo que no estipulaba la doble indemnización, pero al mismo tiempo le prometía a los sindicalistas ir a fondo con el tema, jugó un papel preponderante. En el Senado cuenta con apenas tres legisladores que responden a ese espacio y que plantearían la postura del excandidato a presidente. A partir de allí, habría que hacer los números para ver qué sucedería en Diputados.

La dualidad del Frente Renovador

Massa lidera un espacio multifacético: entre sus legisladores, hay algunos que provienen del sector empresario, como el extitular de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mediguren, y del sindicalismo, con Facundo Moyano, a la cabeza.

El primero cuestionó estas iniciativas, mientras que el segundo fue uno de los principales impulsores. Ambos, junto con el titular del partido, se mostraron en un acto para demostrar unidad, pero las diferencias podrían resurgir si el proyecto finalmente avanza.

Luego Massa intentó ir por el medio y ahora pretende avanzar con una propuesta para incentivar el empleo, que otorgue concesiones impositivas a las pequeñas y medianas empresas a quienes contraten mano de obra. 

Sin embargo, mostró un límite: su diputado Marco Lavagna aclaró que, en caso de que el gobierno de Macri no acompañe este nuevo proyecto "la aprobación de la doble indemnización va ser muy difícil de frenar".

Desde el Bloque Justicialista, Diego Bossio, de buen diálogo con el macrismo, indicó que mantendrán su apoyo a la emergencia laboral, aunque también pidió cuidar a las Pymes y abrió la puerta a una posible negociación si se “cuidan” a las empresas que sufrieron los embates por la suba de tarifas y costos operativos.

El principal temor de los empresarios (especialmente los más pequeños) es que se impulse aun más la industria del juicio y deban tener que pagar doble indemnización por trabajadores que se consideren despedidos.

Además, muchas empresas se encuentran en una situación límite, por lo que consideran un proyecto de estas características pondría un freno a cualquier intento de despedir personal.

Reacciones de los sindicatos

Pero el secretario general de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, cuestionó al titular del Frente Renovador por este proyecto alternativo, al que plantea la prohibición de los despidos y aclaró que “no es lo que se había conversado”.

"Ningún trabajador quiere perder su trabajo, por más que sea indemnización doble", aclaró Moyano, y dejó en claro que “no se quiere perjudicar a nadie, sino garantizar un poco más la estabilidad laboral".

El titular de la Central de Trabajadores Autónoma (CTA), Pablo Micheli le agregó un nuevo condimento a la polémica y se mostró sorprendido por la conducta llevada adelante por el tigrense, quien primero firmó el dictamen de la ley antidespidos y luego retiró su apoyo para presentar su propia iniciativa.

"Yo hablé con Massa ayer (por el lunes) y él me planteó que de ninguna manera iba a estar en contra de esto. Evidentemente tiene algún problema porque (el diputado José Ignacio) De Mendiguren no está de acuerdo con esta ley", dijo Micheli en declaraciones radiales.

Según Micheli, Massa le aseguró que él no retirará su apoyo a la iniciativa impulsada por las tres CGT y las dos CTA junto al arco opositor para frenar la ola de despidos que desde enero ya se  cobró unos 150.000 empleos, según relevamientos de consultoras. 

"Massa plantea que lo único que están planteando es un agregado al proyecto de ley para cubrir a las pymes frente a la posibilidad de que esto se apruebe. Esto me dijo personalmente por teléfono ayer. Yo le dije lo que estaba diciendo la prensa. Y me dijo: Yo te digo que esto es así ", expresó Micheli.

Además, desde los sindicatos, recordaron que el propio Massa presentó un proyecto para duplicar las indemnizaciones en 2014, cuando la situación económica y laboral no era tan apremiante para los trabajadores como lo es en la actualidad. 

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