Supervivencia "mata" relato: estalló el cristinismo y Macri festeja un Congreso repleto de minibloques
El kirchnerismo está aprendiendo en carne propia una dura lección de política: hay una gran diferencia entre ganar en las urnas y tener el bloque legislativo mayoritario respecto a ser -efectivamente- la fuerza más poderosa.
El proceso de fragmentación de la bancada en el Congreso parece indetenible.
Todos los días surgen claras señales sobre cómo la lealtad hacia el liderazgo de Cristina Kirchner se va devaluando.
Algunas deserciones son explícitas. Otras no ocurren en términos formales sino que se manifiestan por la vía de ignorar mandatos provenientes de la ex presidenta.
La batalla parlamentaria por la aprobación del acuerdo con los fondos buitre está dando la pauta de este nuevo momento político.
Por lo pronto, parece darle la razón a Mauricio Macri cuando hizo su apuesta a dar un discurso duro en el Congreso, el 1 de marzo.
En su alocución, dejó en claro que no se mostrará como un Presidente que vaya a "mendigar" votos sino, más bien, como un líder que marcará la agenda legislativa.
Al menos, en este primer debate que se dará por el pago a los holdout, se está despejando un panorama de apoyo al oficialismo, con varios sectores peronistas que están dispuestos a darle la luz verde que está buscando, incluyendo a varios legisladores del FpV.
Claro que no será un apoyo desinteresado, sino que se ofrecerá como moneda de cambio para aumentar las chances de "lobbies" por cuestiones específicas.
Es, en ese marco, en el que Macri -dueño de la chequera- encuentra frente a sí una situación parlamentaria inmejorable: la fractura de varios espacios políticos y la proliferación de una gran cantidad de minibloques, que le otorga numerosas ventajas:
1. Negociar en forma directa ese "puñado" de votos que pueda resultar definitorio para avanzar en algún proyecto de ley en particular.
2. Acercarse a los diferentes minibloques según la iniciativa parlamentaria que esté en agenda.
3. Ganar gobernabilidad al no tener frente a sí un megabloque kirchernista, capaz de hacerle naufragar cualquier iniciativa.
4. Reducir su "massa-dependencia", que ahora no lo complica pero que sí puede hacerlo cuando el tigrense quiera dar pelea en las urnas.
Estos mini-espacios no han surgido de casualidad, claro.
Más bien, al darse cuenta sus integrantes de que -ante la minoría macrista- sus votos pesan demasiado y de que los beneficios que pueden obtener son muy altos en comparación con quedarse como "furgón de cola" del partido mayoritario del que dependen.
Cada uno de estos espacios tiene objetivos bien concretos, en general ligados a la consecución de beneficios para una región o una actividad económica en particular.
¿Cuántos son estos minibloques? Al día de hoy se han generado nada menos que:
- Un total de 18 unipersonales
- Otros dos con apenas dos miembros
- Unos seis con tan sólo tres diputados
De este modo, sorpresivamente para el macrismo, ha quedado un espacio "no alineado" que ya suma 40 legisladores (18 + 4 + 18).
¿Es mucho o es poco? Si se tratara de un espacio político, sería la tercera fuerza en la Cámara.
Esto, de por sí, es un claro indicador respecto de las posibilidades que se le abren al macrismo para buscar apoyo parlamentario con prescindencia del kirchnerismo.
Además, le otorga un amplio margen de maniobra, porque le permite al Ejecutivo ir "moldeando" la búsqueda de consensos según el proyecto de ley que se vaya a tratar.
Una mayoría que se resquebraja
Tras las elecciones del año pasado, el bloque de diputados del FpV quedó inicialmente compuesto por 95 legisladores.
A las pocas semanas se redujo a 81, luego de que Bossio hiciera "rancho aparte" con su Bloque Justicialista.
Este espacio ahora cuenta con 17 bancas: a los 14 legisladores que se fugaron del kirchnerismo se sumaron otros tres peronistas dispersos en monobloques.
Esa fractura lejos está de ser la única. También surgió una grieta en la alianza conformada por Sergio Massa y José Manuel de la Sota.
En este sentido, seis diputados de este espacio político acaban de dar el salto para conformar una nueva bancada.
Este flamante minibloque ya dijo que su objetivo principal es el de tener una mayor autonomía para "dialogar con el Gobierno nacional" de manera directa.
Será presidido por la bonaerense Claudia Rucci, que se apartó del grupo conducido por Graciela Camaño.
Se hace llamar "Unidos por Una Nueva Argentina" y comparte lugar con otra escisión que también acaba de concretarse: el Frente Cívico por Santiago del Estero que, al igual que en el caso anterior, cuenta con tan sólo seis integrantes.Kirchneristas, con ganas de negociar
En lo que se refiere a la búsqueda de consenso para destrabar el pago a los holdout, tema prioritario para el Gobierno, el macrismo encuentra frente a sí un terreno más propicio que el de haces unas semanas.
A los minibloques mencionados se acaba de sumar uno nuevo, en este caso conformado por un grupo de diputados cercanos al gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet.
Contrariando la postura del FpV, el funcionario afirmó: "Les voy a decir a mis legisladores que den quórum", adelantando así la actitud que tomarán los diputados Jorge Rubén Barreto, Ana Carolina Gaillard, Lautaro Gervasoni, Juan Manuel Huss y Julio Rodolfo Solanas.
De igual modo procederán los senadores Pedro Guastavino y Sigrid Kunath. "La Argentina no puede seguir después de 15 años con un problema de default", expresó Bordet, en claro desplante hacia el kirchnerismo.
"Valoramos el avance del decreto que emitió Macri, porque reconoce que esa cifra (del 15%) es para las provincias, aunque nos gustaría reducir del plazo de devolución, de cinco a tres años", añadió.
"Una cosa no va atada a la otra, nosotros no vamos a tener una actitud extorsiva. Creemos que debe haber un diálogo maduro", remarcó el gobernador.
Por cierto, no es el único que jugará a favor del macrismo.
Es que la delicada situación financiera de las provincias y el auxilio que el Estado nacional deberá brindarles hacen que muchos gobernadores peronistas insten a sus legisladores a convalidar las medidas presidenciales.
Él, al igual que otros mandatarios, negociarán con el Ejecutivo que se les facilite el acceso a los mercados internacionales de crédito, urgidos por los problemas de caja y por un complicado calendario de deudas que se les viene en encima.
Todos necesitan de la firma de Macri que, en su rol de Presidente, es quien puede darle luz verde a las provincias para que vayan en busca de dinero fresco en el exterior.
En ese contexto, en el que prevalece el instinto de supervivencia, varios legisladores y funcionarios se muestran optimistas ante el apoyo que podrán obtener en ambas cámaras del Congreso. Rebelión interna
En la Cámara de Diputados, el jefe de la bancada kirchnerista, Héctor Recalde, ya avisó que su bloque no dará quórum para tratar la derogación de las leyes cerrojo y de Pago Soberano, requisito excluyente para sellar el acuerdo con los buitres.
Apenas conocida su postura, el ex jefe de Gabinete y actual senador, Juan Manuel Abal Medina, le pidió a Recalde que ordene a sus legisladores y que revea esa postura que, incluso, hasta la catalogó de "infantil".
Lo cierto es que cada vez son más quienes desoyen la actitud del titular del bloque y optan por priorizar las necesidades de las provincias que representan.
Sumado a la escisión del Bloque Justicialista, la "rebelión entrerriana" reduce aún más el poder de fuego K en la cámara baja.
También los senadores peronistas Miguel Ángel Pichetto y Abal Medina ya adelantaron su decisión de dar quórum, posturas que no hacen otra cosa que profundizar la grieta en el partido.
"Cuando la oposición no daba quórum (durante el gobierno kirchnerista), nosotros decíamos que eso estaba muy mal. Ahora no podemos tomar la misma actitud", se justificó Abal Medina.
También el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, volvió a mostrar sus diferencias con el ala dura del cristinismo.
"Recomiendo dar quórum. Nuestro espacio tiene dos posturas: yo me manifesté a favor de un acuerdo cuando Scioli era candidato; hay otra gente que plantea buitres o muerte, la vieja lógica de la intransigencia", recalcó.
La fuga desde el Frente para la Victoria puede ser incluso mayor tras la reunión que se dará este jueves entre Macri y los gobernadores.
Conscientes del manejo de los fondos que pueda decidir el Gobierno nacional, varios de ellos les ordenarán a sus legisladores votar de acuerdo con los intereses de sus territorios, en detrimento del partido por el cual se presentaron en las pasadas elecciones.
Por lo pronto, el macrismo, con el poder que le otorga ser el dueño de la chequera, ya puso primera para acercarse:
- Al tucumano Juan Manzur
- Al formoseño Gildo Insfrán
- Al misionero Hugo Passalacqua
- Al sanjuanino Sergio Uñac
El chaqueño Domingo Peppo también se muestra alejado de la postura kirchnerista y a favor del quórum.
"Ésta es una posición personal, yo entiendo que el Congreso tiene que ser el ámbito de discusión esencial. El camino es el debate", sostuvo contradiciendo así tanto a Recalde como a Jorge Capitanich.
Otro que se desentiende del grupo K es el tucumano Manzur: "La predisposición está para acordar y acompañar al Gobierno nacional para que le vaya bien".
La idea del Ejecutivo es que los gobernadores ayuden, teniendo en cuenta que cada uno de ellos tiene dos representantes en la cámara alta.
Cómo quedarán las cámarasEl "top five" de los espacios políticos, teniendo en cuenta el total de integrantes en Diputados corresponden al:
- Frente para la Victoria-PJ (81)
- El PRO (41)
- La UCR (38)
- El massismo (24)
- El Nuevo Bloque Justicialista (17)
A ellos se suman los "mono" y "mini" bloques ya mencionados (40), que cuentan que gran capacidad negociadora por tener un amplio grado de libertad en la toma de decisiones.
La alianza entre Massa y De la Sota, plasmada electoralmente en UNA, continuará en la conformación de los interbloques de la Cámara baja.
En tanto, "Federal Unidos por Una Nueva Argentina" seguirá como tercera fuerza de esa Cámara (37).
Con esa cantidad se ubica detrás de Cambiemos (89) y del FpV (81) pero por encima del bloque Justicialista (17) y del Frente Amplio Progresista (8).
El bautizado como bloque "Unidos por Una Nueva Argentina" está sexto compartiendo ese lugar con el Frente Cívico por Santiago del Estero (6 integrantes).
En el Senado, en principio, la cosa no pinta tan fácil para el macrismo. Dentro del número que calcula a priori deben sumarse los 9 legisladores de la UCR, los 6 del PRO y el monobloque de Carlos Reutemann.
Además, el Gobierno confía en el aporte de Adolfo Rodríguez Saá, quien ya se reunió con el Presidente y con sus ministros. En total, es posible que el puntano garantice el voto de cuatro senadores.
No obstante, si no cuenta con la ayuda del Frente para la Victoria para iniciar la sesión, le será difícil que pueda avanzar con el proyecto en esa cámara.
Es que los 42 senadores del FpV, si bien atraviesan épocas turbulentas, hasta ahora no han dado muestras de una ruptura.
Claro que este panorama puede cambiar en pocos días, cuando el Gobierno les recuerde a los gobernadores que no hay mejor receta que la del pragmatismo.
Y que, ante la urgencia que impone la caja, el instinto de supervivencia debe estar por encima de todo relato.