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Grandes "olvidados": los autónomos esperan su redención en Ganancias

Con los anuncios realizados por el Gobierno, los trabajadores independientes podrán computar deducciones más altas y reducir su carga tributaria
10/02/2016 - 09:20hs
Grandes "olvidados": los autónomos esperan su redención en Ganancias

Miles son los empleados y jubilados que esperan ansiosos que comiencen las sesiones del Congreso, ya que esperan que se concrete el tan anticipado ajuste en el piso del Impuesto a las Ganancias. 

Pero no son los únicos. Los autónomos seguirán muy de cerca los cambios que se produzcan en el tributo. Ocurre que, si el proyecto que presentará el gobierno es como se rumorea, esta vez le tocará festejar a ellos también.

Se trata de casi medio millón de personas que desarrollan una actividad por su cuenta (abogados, contadores, ingenieros, plomeros, gasistas, electricistas, etc.) y que, por superar alguno de los parámetros o realizar alguna actividad especial, no pueden estar en el Monotributo.

No es para menos. Ellos fueron ignorados por el gobierno de Cristina Kirchner en los últimos anuncios, sea porque liberaban el aguinaldo del pago del impuesto o porque los aumentos hicieron referencia a "salarios o haberes".

Cuestiones que, claro está, no hacen a la vida de un trabajador independiente, donde son los honorarios que les cobra a sus clientes los que rigen su profesión u oficio y donde no existe el sueldo anual complementario (SAC). Incluso, hasta el mismo Mauricio Macri los "obvió" con el decreto firmado a fin de año pasado, cuando liberó de la carga impositiva a la segunda cuota del SAC, que estaba dirigido a los empleados en relación de dependencia.

Hay que tener en cuenta también un detalle no menor: la última vez que vieron incrementados los valores de las deducciones que pueden computar fue en marzo de 2013. Es decir que se cumplirían tres años de la última modificación que los tuvo como protagonistas.

En aquella oportunidad, no obstante, el incremento fue operativo desde marzo. Por ende, el alivio surtió efecto por tan sólo diez meses, pese a que el período fiscal de los autónomos comienza el 1 de enero y finaliza el 31 de diciembre de cada año.Una carga cada vez más pesadaLa situación de los autónomos es cada vez más asfixiante. Por empezar, las deducciones que puede computar por mes desde hace tres años ascienden a $2.592 para los solteros y $5.472 para los casados con dos hijos.

Dicho de otra manera: si debido al incremento en los índices de inflación estos trabajadores fueron incrementando el valor de sus honorarios, la carga tributaria fue también en franco ascenso.

Para muestras basta un botón. Por ejemplo, un contador que obtenía $15.000 mensuales en 2013 y que fue aumentando sus tarifas un 30% en 2014 y el mismo porcentaje en 2015 (por ende, pasaría a cobrar por mes $19.500 y $25.350, respectivamente).

En un caso como este, el impuesto pasaría a representar un 27% de los ingresos el año pasado, cuando en 2013 el pago de Ganancias del profesional equivalía al 21% y al 25% durante el período fiscal 2014.

Si en vez de ser soltero, se tratara de una persona casada y con dos hijos, la carga tributaria sería del 15% en 2013, subiría cuatro puntos porcentuales un año después y terminaría alcanzado el 23% durante 2015.

Un detalle no menor es que, exceptuando el ejemplo del casado durante el año 2013, la alícuota que deben soportar es la más alta (o sea, 35%). Dicho de otra manera, tienen la misma tasa que una empresa grande.

¿Cómo quedaría la situación si el piso del impuesto subiera a $30.000 como planea el Gobierno? La respuesta no es sencilla, ya que hay que tener en cuenta que los autónomos no tienen una deducción incrementada como sí la tienen los empleados y jubilados. Por ende, no se trata del mismo mínimo.

Además, hay otro detalle que no debe perderse de vista: para qué tipo de persona regirá el piso mencionado. Ocurre que no es lo mismo que se trate de un dependiente soltero o uno casado con hijos.

De esta manera, si el valor que tanto se difundió en los últimos días corresponde al primer caso, entonces los trabajadores independientes podrán computar deducciones por casi $135.000 al año. O sea, poco más de 4 veces más de lo que pueden considerar hoy en día.

Por el contrario, si los $30.000 que anuncia el Gobierno como piso hacen referencia a un casado con dos hijos, entonces el valor que deberán tener en cuenta a la hora de liquidar el impuesto será menor.La cuota previsional, otra deuda pendienteOtro de los problemas que vienen soportando los independientes es la falta de actualización en los parámetros que definen su categoría de autónomos y que determinan la cuota previsional que deben pagar.

Esto responde a que los valores fueron modificados por última vez a fines de 2006. Es decir, permanecieron inalterables desde hace más de 9 años, pese a la inflación acumulada durante ese lapso fue en franco aumento.

No hay que olvidar que, al no tener un empleador, no existe quien realice los aportes y contribuciones a las Seguridad Social. Por eso, la normativa vigente establece que es el mismo autónomo el que debe ingresar un monto para su futura jubilación.

Las mensualidades que estos trabajadores tienen que afrontar son fijas y varían de acuerdo al nivel de ingresos. Sin embargo, los valores que definen en qué categoría deben ubicarse no se actualizan desde hace años.

En efecto, el decreto 1866/2006 fue el último que introdujo cambios en los parámetros que los independientes deben tener en cuenta para categorizarse y abonar la correspondiente cuota previsional.

Los ajustes contemplados en dicha norma dejaron tres topes máximos de ingresos anuales:

•Categoría I: hasta $20.000 (para quienes ejerzan profesiones u oficio) o $25.000 (para los comerciantes).

•Categoría III: hasta $15.000 (para los directores, administradores y conductores de sociedades).

•Categoría IV: entre $15.000 y $30.000 (también para directores, administradores y conductores de sociedades).

Pese a la creciente inflación, estos parámetros no fueron modificados. No obstante, el valor de la cuota que deben afrontar sí experimentó cambios, siguiendo la tendencia de los aumentos jubilatorios otorgados dos veces al año.

Así, por ejemplo, mientras que en 2006 los que estaban en la categoría I abonaban por mes unos $128, hoy en día tienen que pagar casi 800 pesos. Es decir que, pese a que los límites no se alteraron, el aporte que hacen se incrementó en más de 6 veces.

En otras palabras, mientras que los límites que determinan cuál es el monto que deben ingresar en conceptos previsionales permaneció estático, los importes que tienen que afrontar fueron en franco ascenso.

Esto derivó en que, pese a que el ajuste de sus tarifas sólo tuvo por fin acompañar a los índices inflacionarios, los autónomos tuvieron que ubicarse en peldaños más altos a la hora de realizar sus aportes previsionales.

Lo preocupante fue que se llegó al punto de que algunas de las categorías terminaron quedando totalmente obsoletas. ¿Por qué? Porque el valor de la cuota anualizada superó el monto máximo de ingresos.

Eso sucedió por ejemplo con la categoría III -cuyos topes, como se indicó, están en $15.000 anuales- donde el valor de las mensualidades es superior a $1.500, lo que equivale a más de $18.000 al año.

Vale aclarar que la normativa vigente, al establecer los valores máximos, hace referencia exclusivamente a "ingresos" y no a "ganancias". Esto es clave ya que en la actualidad es cada vez más fácil llegar a las cifras incluidas.

"Esto, combinado con los altos índices de inflación que se verifican, trae como consecuencia una ecuación difícil de sobrellevar", recalcó el experto.

Y concluyó: "El aumento del número de contribuyentes, sumado a la suba del valor de la suma mensual que cada autónomo debe abonar en concepto de aportes al sistema de Seguridad Social, genera un perjuicio a los contribuyentes".

desfasajes del sistema tributario.

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