Doblete: Macri reduce algunos impuestos y hay analistas que afirman que puede recaudar más
En apenas unos días, el equipo económico de Mauricio Macri cumplió con varias promesas de campaña y despertó los aplausos de sectores que, tan sólo un tiempo atrás, se habían resignado a reclamar y esperaban ansiosos por la llegada del nuevo Gobierno.
Tal vez el caso más emblemático fue el del campo que en el mismo día recibió un doble beneficio: por un lado, se produjo una baja del 5% en las retenciones a la soja y se eliminaron los derechos de exportación que recaían sobre el resto de los productos y, por el otro, se le sumó el fin del cepo y, consiguientemente, la devaluación.
Aunque no fue el único sector. Muchos empleados festejaron la eliminación de las retenciones que recaían sobre las operaciones en el exterior abonadas con tarjetas, así como también la liberación del pago de Ganancias de la segunda cuota del aguinaldo.
En este caso, la celebración va más allá del efecto que puede tener en los ingresos totales de diciembre (que tal vez no fue tan amplio). La esperanza está depositada en que, si se cumplió con esta promesa, el Gobierno dará el siguiente paso en breve: incrementar el mínimo no imponible.
Otro de los sectores que serán beneficiados es el automotor con la modificación del "impuestazo". El tributo no sólo provocó la pulverización del mercado de alta gama, sino que también derivó en fuertes desfasajes de precios y hasta en la desaparición de modelos masivos.
Pero el eco de los aplausos no es eterno. Al menos esto fue lo que advirtieron los especialistas consultados por iProfesional que coincidieron en que, aunque necesarias, las medidas deben ser complementadas por otras que ataquen el que consideran como el problema de fondo: el déficit fiscal.
Si bien los cálculos oficiales todavía no están cerrados, los economistas coinciden en que el rojo en las cuentas públicas podría llegar en 2015 al 8% del PBI. Es decir, el más alto que se generó desde la vuelta de la democracia.
Al respecto, Gabriel Caamaño Gómez advirtió que, al menos por ahora, "del tema fiscal todavía no hubo nada". Incluso, para el especialista, el Gobierno empezó "por atrás", al desarticular primero el cepo cambiario, sin antes resolver el problema fiscal y monetario.
El especialista consideró que "no fue necesariamente malo" optar por este camino, si bien advirtió que será necesario aplicar otras medidas.¿Bajará o subirá la recaudación?La pregunta que muchos se hacen es cuál será el verdadero impacto que tendrán en la caja las iniciativas llevadas a cabo por Macri. A primera vista, pueden dar lugar a la confusión de que, lejos de provocar un alivio, generarán un mayor déficit.
La ecuación parece obvia: la eliminación de impuestos reduce los ingresos, por lo que sólo basta mantener el nivel de gastos actual para que la brecha entre ambos termine agrandándose y, por ende, el rojo se potencie.
No obstante, el análisis cambia si se toman en cuenta varios factores.
El caso de la quita de retenciones a la soja puede explicar muy bien esta teoría. Ocurre que, aún cuando la alícuota sigue siendo del 30%, la devaluación terminará empujando la recaudación hacia arriba.
Por caso, el Presupuesto 2016 estima un ingreso de $55.200 millones por los derechos de exportación que recaen sobre el "yuyito". Ahora bien, hay que tener en cuenta que la cifra fue confeccionada con un dólar de $10,60. Con un tipo de cambio de $13,30 el valor se incrementaría un 25 por ciento.
En cuanto al resto de las retenciones, el analista Federico Muñoz fue tajante: "La recaudación que se pierde es nula y se podrá contrarrestar, tranquilamente, con el incremento de impuestos por el repunte del nivel de actividad de esos sectores".
El especialista recordó que el impacto fiscal de los derechos de exportación -excluyendo a la soja y a los que recaen sobre hidrocarburos y minería- sumaron en 2014 solamente 0,4 puntos del PBI. Incluso, la cifra del 2015 será menor si se tiene en cuenta la caída de las ventas al exterior.
El impacto en la caja se puede sentir con las medidas sobre Ganancias. Hay que tener en cuenta que el aumento del mínimo no imponible a $30.000 puede significar una gran pérdida de recaudación, ya que casi 580.000 empleados dejarán de tributar.
No obstante, el ex ministro de Economía Jorge Remes Lenicov apuntó un dato no menor: subiendo el mínimo no imponible pueda aumentar también el consumo y, por ende, subirá la recaudación a través del IVA.
El economista explicó que -pese a que quienes se ven afectados en la actualidad son de un nivel medio y alto- "buena parte irá al consumo". De esta manera, indicó que el efecto final no será tan negativo.
Y aportó otro dato interesante: los ingresos al erario público aumentarán también gracias a las importaciones. En este caso, el factor determinante es la devaluación, que incrementará la recaudación de las retenciones.
Según explicó, el arancel medio argentino -que es el similar al del Mercosur-, es del 12% sobre el monto importado. De esta manera, si aumenta el tipo de cambio un 30%, la recaudación de los aranceles de importación subirá en la misma proporción.
"Por supuesto que, al sacar la DJAI, puede haber una mayor cantidad de importaciones durante el 2016", advirtió Remes Lenicov.
Otra de las incógnitas recae sobre el impacto que tendrá la eliminación de las retenciones que existieron sobre la compra de dólares para ahorro, así como las que recayeron sobre las operaciones con tarjetas en el exterior.
Hay que tener en cuenta que la AFIP recibió unos $17.200 millones aproximadamente hasta el 11 de diciembre. Es decir, un 1% de la recaudación total anual.
No obstante, desde el IARAF, Ariel Barraud y Andrés Mir explicaron que "el sistema impositivo montado para estas operaciones era un esquema de adelantos a cuenta de impuestos tributados a nivel nacional".
Dicho de otra manera, lo que se recaudaba en un principio era luego un crédito fiscal que se terminaba computando en las declaraciones juradas. Por ende, la eliminación de las mismas no implicaría una reducción en la recaudación.
"La única perdida en este aspecto sería la de aquellos contribuyentes que no pagan ni Ganancias ni Bienes Personales (que no son la mayoría), que debían pedir la devolución y que normalmente no lo hicieron por lo engorroso del trámite", advirtieron.
Por el mismo motivo, la aplicación de una retención sobre la renta que generarán los tan polémicos contratos de futuros tampoco pueden ser vistos como un factor que alimente las arcas del Estado.
Así lo resaltaron los especialistas del IARAF, quienes remarcaron que "no habrá un incremento de recaudación, sino meramente un adelanto de impuesto, ya que lo que se recaude por este concepto luego se tomara a cuenta de Ganancias".
Por último, en cuanto a la futura eliminación del impuesto que recae sobre la industria automotriz, Remes Lenicov advirtió que "tendrá más efecto sobre la actividad que sobre la parte recaudatoria".
El ex funcionario recordó que producto del gravamen prácticamente se dejaron de vender los automóviles afectados, por lo que "el efecto ya fue negativo por sí solo".Necesario, pero no suficienteTodo parece indicar que, hasta ahora, las medidas llevadas adelante por Macri no terminarán comprometiendo la caja e incluso, en algunos casos, hasta podría mejorar los ingresos fiscales. Por eso, los economistas coinciden en que llegó el momento de mirar el gasto público. Y, sobre todo, los subsidios.
No obstante, no cualquier beneficio debe ser borrado. Al respecto, Muñoz advirtió que "ni se debe ni se puede" incluir en la lista de gastos a revisar a las jubilaciones, ni a las AUH y menos aún a las obras públicas.
Por el contrario, apuntó a la "burocracia estatal" y a la "militancia rentada". "Ahí hay que poner el esfuerzo para racionalizar la administración pública", remarcó.
La lista se puede completar con los subsidios que recaen sobre los servicios públicos: la electricidad, el gas, el agua y el transporte que, según las estimaciones de Remes Lenicov, los son 4 puntos del PBI, es decir, una cifra cercana a la mitad del déficit estimado. Sin embargo, el ex ministro de Economía descartó una eliminación total y se inclinó a una más bien gradual.
Por su parte, Caamaño Gómez resaltó que "lo único que hicieron fue eliminar parches, lo cual está bueno", aunque advirtió: "Si no solucionan el problema que está detrás, a la larga terminará igual o peor que antes".
De cualquier modo, el economista de Ledesma no descartó la llegada de nuevos anuncios que terminen resolviendo el tema y estima que las medidas podrían llevarse a cabo en el primer trimestre del año próximo.
En definitiva, los especialistas coinciden en que el ajuste deberá recaer sobre el gasto. Y no sólo porque en los últimos años fue uno de los factores que más creció, sino también porque no tienen margen para introducir ningún impuesto nuevo.