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Aranguren prepara lo inevitable: cortes programados, emergencia energética y ajuste tarifario

Aranguren prepara lo inevitable: cortes programados, emergencia energética y ajuste tarifario
15/12/2015 - 10:16hs

Cuadrillas y esperar lo que pase con el clima. Y, eventualmente, la vuelta a los cortes de luz programados.

A eso se reduce, por el momento, la estrategia de los equipos técnicos de de Juan José Aranguren, flamante Ministro de Energía del macrismo, frente al actual escenario de cortes de luz que, desde la semana pasada, comenzaron a multiplicarse tanto en Capital como en el conurbano bonaerense.

Por otra parte, el colapso energético terminó por convencer a Aranguren en el sentido de que hay que avanzar rápido con el sinceramiento tarifario.

Esa certeza obedece a dos factores: la primera es la necesidad urgente de inversiones en la red; la segunda es que como la población ya tomó conciencia de la gravedad de la situación, se estima que hay mayor probabilidad de comprensión social ante la quita de los subsidios.

Por lo pronto, se diseñó un plan no para evitar los cortes, sino para mitigar el daño. En la cartera ya se instaló la certeza de que el margen de maniobra es mínimo ante una situación que nadie duda en tildar de emergencia energética.

De hecho, expertos que comparten el día a día con el mismo Aranguren aseguran que el mismo ministro reconoce la imposibilidad de llevar a cabo en el transcurso del verano las enormes inversiones que requiere sobre todo el tendido eléctrico del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para operar con cierta normalidad.

A partir de esa realidad, y de complicarse aun más la estabilidad del suministro, la cartera también evalúa abrazar alternativas más extremas. Por ejemplo, desde obligar a los comercios a apagar todos sus carteles publicitarios hasta el extremo de suspender los espectáculos deportivos programados para la noche.

Por lo pronto, en el Ministerio de Energía cada vez se impone con más fuerza la idea de mantener al menos hasta abril el plan operativo heredado del Ministerio de Planificación que encabezó Julio de Vido.

En ese sentido, Cambiemos continuará con la incorporación de las usinas "delivery" que encargó el kirchnerismo y apostará al funcionamiento de las cuatro turbinas a gas puestas en marcha en los últimos meses.

Al mismo tiempo, el combustible que sobre todo durante el segundo semestre siguió llegando vía barcos cisterna garantizaría al menos por tres meses la operatividad de las plantas térmicas instaladas.

"Al menos lo que se buscará es mantener más o menos estable la generación. Si hay una demanda que esté por encima de los 24.000 megavatios, por efecto de algún pico de calor, se avanzará con un esquema de cortes que se dividirá entre industrias, comercios y residencial", aseguró a iProfesional una fuente del Ministerio de Energía.

Emilio Apud, asesor de Cambiemos en la materia y partícipe de una reunión que Aranguren mantuvo con ex secretarios de Energía a fines de la semana pasada, reconoció la opción del servicio a interrumpirse en caso de que el calor pegue un salto en las semanas siguientes.

"En cuanto se superen los 34 grados vamos a estar en una situación dramática y de cortes obligados. En cuanto tengamos un grado por encima de ese número el nivel de generación dejará de dar a basto y habrá interrupciones. El kirchnerismo negaba el problema y directamente le cortaba la luz a la industria. Ahora se volverá a esquemas como los que se aplicaron durante el alfonsinismo, con interrupciones repartidas entre los distintos actores", dijo a iProfesional.

"Ya si la demanda elevada luego se hace extendida en el tiempo, si se mantienen los días de calor sin respiro, ahí el problema pasará al ámbito de la distribución. Contra eso, dadas las inversiones que faltan, no hay mucho por hacer. A lo sumo tratar de responder desde las cuadrillas, el equipo técnico. Pero eso también está limitado porque faltan repuestos esenciales para algunas reparaciones", enfatizó.Escenario desbordado

En el sector energético hay coincidencias sobre la imposibilidad de Aranguren de atender en tan poco tiempo todas las dificultades que ahora recaen sobre su cartera. Edesur y Edenor, las responsables de la distribución en el AMBA, carecen hasta de la suficiente espalda técnica para enfrentar los seguros apagones.

"Las compañías terminaron transformándose en meras administradoras de lo que ya está instalado, ya que en los últimos años ni siquiera ejecutaron obras", afirmó a iProfesional Alejandro Sruoga, nuevo secretario de Energía Eléctrica.

"A Edesur y Edenor sólo se les dejó el rol de manejar aquello que se instala o se refacciona. El rol de las empresas en los últimos años quedó claramente desdibujado, siempre vimos que ante los cortes los usuarios cargaban contra las compañías, siendo que la falta de obras resultaba responsabilidad del gobierno de turno. Eso es lo que hay que cambiar ahora. El inconveniente es que no hay tiempo", reconoció.

En concreto, la alternativa más firme que baraja Aranguren para enfrentar los cortes no es otra que ampliar el número de cuadrillas activas para, de esa forma, bajar los tiempos de recuperación del servicio.

Hasta hace diez años, los cortes en Capital Federal eran de cuatro horas promedio. Hoy los usuarios sufren interrupciones que promedian las 25 horas para la misma zona.

Después, está la esperanza puesta en el clima, aunque nada hace suponer que este será un verano menos abrasador que los anteriores.

"Habrá cortes, es así. En una década se dejaron de invertir hasta 3.000 millones de dólares y eso es lo que se nota cada vez que llega el calor. Por supuesto que eso no se puede cambiar en apenas días de gestión. El 'pato' por lo que no se hizo lo enfrentará el macrismo", destacó Apud.Emergencia a la vista

A modo de paraguas del problema que se avecina si se profundiza el calor, el Gobierno tiene todo listo para en breve anunciar la emergencia energética en todo el país. La idea, por supuesto, es instalar que el problema eléctrico no es más que una herencia del kirchnerismo antes que una muestra de ineficiencia del nuevo gobierno.

La medida surge de los asesores del ministro Aranguren. Este último, ni bien se conoció su designación al frente de la cartera del sector, advirtió que no había que esperar cambios inmediatos.

"No va a haber una respuesta mágica a lo que pueda ser el próximo verano. Vamos a tener que atacar la emergencia con un esfuerzo con cuadrillas de mantenimiento", indicó. Para luego añadir que el Gobierno ya trabaja "en un programa de inversión con las compañías distribuidoras para mejorar el servicio a partir del verano próximo".

Para Aranguren, "el tema no sólo pasa por corregir las tarifas para reducir el déficit fiscal sino por tener la oportunidad de lograr una mejora en la calidad del servicio que satisfaga a aquellos que tienen que hacer frente a ese incremento tarifario".

De implementarse, no será la primera vez que el macrismo decreta la emergencia energética. En diciembre de 2013, y en plena disputa entre el gobierno de Cristina Kirchner y la Ciudad, el por entonces jefe de Gobierno porteño hizo un llamado a la Casa Rosada para encontrar soluciones en conjunto.

Si bien el llamado de Macri no tuvo eco, tomó una serie de medidas en el ámbito de la Ciudad que incluyeron el apagado de la iluminación de todos los carteles y dispositivos publicitarios, distribución de agua y un refuerzo de los equipos del SAME.Tarifas, más adelante

Por lo pronto, Aranguren ya anticipó que el proceso de revisión tarifario está en marcha. Dijo que a partir de enero se iniciará la quita de subsidios y el consecuente incremento tarifario, especialmente en las zonas actualmente más beneficiadas, en Capital y la provincia de Buenos Aires.

Invirtiendo la lógica del esquema actual, los subsidiados pasarán a ser la excepción y no la regla. Todavía no está definida la velocidad de los ajustes y si se los ordenará por escalas de consumo. Pero sí se aseguró que se avanzará rápido.

De todas formas, dados los tiempos de facturación de las empresas, los primeros pagos ya con aumentos recién se harán sentir en marzo. Para esa fecha, el Gobierno espera que lo peor de la crisis energética haya pasado y que, además, las variables económicas estén estabilizadas.

En grandes rasgos, el plan a iniciarse en energo implica:•Una quita gradual en los subsidios una vez que transcurra el verano. Será de modo progresivo, hasta llegar al 90% en la quita de beneficios.•Los beneficios tarifarios quedarán acotados sólo a los sectores de menores recursos.•El importe de las boletas de luz se incrementará hasta un 500% en Capital Federal y el conurbano bonaerense (4 millones de hogares).•Se redefinirán todos los aspectos vinculados con el ente regulador del sector eléctrico.•Se renegociarán pautas con Edenor y Edesur, que incluirán los incentivos para nuevas obras.

Para estas acciones resultará clave el accionar del flamante secretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga, así como también la coordinación con Julio Bragulat, recientemente designado gerente general de Cammesa, la empresa que administra la venta de electricidad en el mercado mayorista.

"Bragulat deberá diseñar un plan para sortear los cuellos de botella que, por supuesto, enfrentará la generación en las semanas de las Fiestas. De seguro no tendrá más opción que programar cortes aunque en Cambiemos nadie lo reconocería por el costo político que eso implica", aseguraron desde el entorno de Aranguren.

Por lo pronto, los grupos técnicos del Ministerio de Energía discuten opciones de cobertura con un almanaque a mano. En el calendario resalta desde la última quincena de diciembre hasta la tercera semana de enero. Para esos días, los funcionarios esperan un pico de demanda energética superior a los 24.000 megavatios disponibles para todo el tendido.

Dada la imposibilidad de sumar capacidad de generación en apenas semanas, el desafío para el macrismo pasa, en lo inmediato, por disimular lo mejor posible un escenario que Aranguren ya asume más dramático de lo que imaginaba.

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