¿Es una pesificación forzosa?: la pregunta que le hacen los fondos de inversión a sus asesores legales
"¿Estamos frente a una pesificación forzosa de los ahorros?". Dos gerentes de Fondos Comunes de Inversión le hicieron ayer esta pregunta a abogados expertos en cuestiones financieras, así como a altos directivos en la Bolsa de Comercio.
Los directivos estaban alterados. Sin aviso previo, el Gobierno -a través de la Comisión Nacional de Valores-había cambiado las reglas de juego del sistema. Debían cambiar la valuación de los activos dolarizados y quedaron forzados a vender esos papeles en el mercado para evitar un quebranto patrimonial.
En cuestión de una tarde, los Fondos Comunes pasaban de tener un activo en dólares (bonos o ADR) a contar con pesos, si es que buscaban evitar una pérdida patrimonial del 33 por ciento.
Es lo que sucedería si, en lugar de computar cada bono a un valor del dólar de $14 lo hacían a la cotización oficial de $9,40, tal como anunció la Comisión Nacional de Valores.
Por la tarde, durante una reunión de urgencia a la que asistieron los ejecutivos de los Fondos Comunes, evaluaron las medidas legales que podrían iniciar. Temían una catarata de juicios de clientes, desde pequeños inversores a compañías de seguros, que habían confiado sus ahorros a las administradoras.
Los directivos coincidieron en que tomarán una medida conjunta, una vez que sus asesores legales terminen de definir el nuevo escenario. Por lo pronto, en las próximas horas entablarán un contacto formal con las autoridades de la CNV.
El estado de ánimo entre los directivos no era el mejor. Los que peor la pasaron fueron los más veteranos, quienes recordaron medidas confiscatorias de otras épocas, desde el Plan Bonex al corralito y la pesificación asimétrica.
En la city porteña, la tensión se expandió rápidamente. Hubo reuniones fuera de agenda en los principales bancos. En las casas centrales, la pregunta que se hacían los ejecutivos refería a la posibilidad de que el Gobierno echara mano a más medidas antes del 10 de diciembre, que pudieran hundir los patrimonios de las entidades.
Cristina Kirchner reiteró, en su última visita a la Bolsa de Comercio, a finales de agosto, que su Gobierno defendía a los pequeños inversores y que se había caracterizado por pagar puntualmente los vencimientos de la deuda.
A escasos 80 días del final de su mandato, en la city, ayer corría un frío por la espalda de los financistas. Temían un salto al vacío de una administración que cuenta los dólares que le quedan en el Banco Central.