Cristina Kirchner prepara su nueva jugada maestra: blindaje financiero de la "nueva" provincia de Buenos Aires
En sus discursos, la presidenta Cristina Kirchner suele intentar convencer a la audiencia de que, una vez que deje la Casa Rosada, se va a distanciar de la política y va a disfrutar un poco más de la familia en Santa Cruz. Sin embargo, los hechos permiten anticipar que ese escenario no sería del todo cierto.
Por un lado, la mandataria se encargó de mantener como "reservorio" de poder en el Congreso a La Cámpora. Lo hizo colocando diputados y senadores de la agrupación que lidera Máximo Kirchner en los primeros lugares de la lista.
En línea con esta estrategia, la jefa de Estado presentó una iniciativa para limitar al próximo Gobierno respecto de las participaciones que tiene la ANSES en empresas privadas. Una vez que el proyecto esté aprobado (que se calcula podría llegar a suceder a fines de este mes) habrá que contar con el aval del Parlamento para vender esas acciones.
Pero la prueba máxima de que busca retener un espacio de influencia es la jugada que está por venir. En el ambiente político se da por descontado que el Ejecutivo prepara un "blindaje" financiero para la provincia de Buenos Aires.
¿En qué consiste? En concreto, la reforma está pensada para el caso de que Aníbal Fernández resulte electo en los comicios de octubre. El objetivo es bien claro: impedir que el nuevo gobernador sea un "segundo Scioli".
En otras palabras, el plan es que el referente del Frente Para la Victoria pueda tener autonomía financiera, sin correr el riesgo de sufrir el ahogo que muchas veces le inflingió Cristina al gobernador y que lo llevó a situaciones como la de posponer el pago de los aguinaldos.
La iniciativa había sido planteada por primera vez como una forma de tentar a un alicaído Florencio Randazzo -que venía de bajarse de las PASO luego de que se diera a conocer la fórmula Scioli-Zannini-. Con esta "zanahoria" por delante, Cristina buscaba obtener el "sí" del funcionario para que aceptara postularse para comandar los destinos del territorio bonaerense.
Sin embargo, Randazzo declinó el ofrecimiento. Y quien terminó imponiéndose en las primarias fue Aníbal Fernández. La novedad es que ahora el plan de "blindaje financiero" tiene un doble objetivo:
• El primero es que, al tiempo que se busca fortalecer a la Provincia, se limite la capacidad del próximo Presidente para repartir en forma discrecional el ingreso tributario entre las distintas jurisdicciones.
• El segundo es tratar de garantizar que, en caso de una ruptura política entre Cristina y un eventual gobierno de Scioli, ella tenga en tierras bonaerenses un "bastión" desde el cual conservar influencia.El dilema de Scioli
Para realizar esa reforma de "blindaje" es necesario sortear varios escollos. El más importante es el tiempo. Ocurre que recién el 25 de octubre se definirá quién sucederá a Scioli, mientras que en diciembre Cristina deberá dejar el Sillón de Rivadavia.
En este contexto, el Fondo del Conurbano Bonaerense (FCB) es la pieza de ajedrez que seguramente moverá el oficialismo para permitirle al próximo gobernador contar con la suficiente holgura financiera.
Es que, a esta altura, intentar realizar una modificación en los porcentajes que define cuánto le toca a cada provincia por Coparticipación Federal (algo que no se modifica desde 1988) es una tarea imposible, ya que requiere el consentimiento de todas las jurisdicciones. Es decir, es algo que llevaría demasiado tiempo.
En cambio, una reforma en la ley que define los parámetros del FCB (o incluso la creación de una norma con un nuevo fondo) resulta más simple de votar en el Congreso en el poco tiempo que queda.
Tal como aseguró a iProfesional el abogado constitucionalista Félix Loñ, para aprobar una iniciativa de este estilo es necesario contar con una mayoría absoluta. Es decir, el 50 más uno de los presentes de cada cámara. Algo a lo que el kirchnerismo puede acceder fácilmente.
Además, sería una jugada política interesante para Cristina Kirchner pero que pone a Scioli ante una disyuntiva complicada.
Sucede que si el gobernador se manifestara en contra de esa reforma, daría la imagen de estar perjudicando a su propia Provincia, además de contradecir el reclamo histórico de una mayor porción de la "torta" impositiva.
Scioli supo sufrir en carne propia los problemas derivados de no tener fondos a la hora de pagarle a los empleados públicos.
Basta con recordar los meses previos al comienzo del ciclo lectivo para comprobar que esa tarea siempre le resultó difícil. O cuando en 2012 tuvo que realizar un fuerte ajuste impositivo porque no tenía "caja" para hacer frente al aguinaldo.
Si se tiene en cuenta que el candidato a presidente por el FpV aún seguirá siendo gobernador de Buenos Aires mientras se discuta una reasignación de fondos para la Pprovincia, será complicado pensar en una negativa de su parte.
El dilema que enfrenta Scioli es que, mostrándose a favor de la iniciativa, estará cediendo terreno político a La Cámpora y, para peor, se pondrá en contra a los gobernadores de las provincias chicas.
Para Cristina esta jugada, en cambio, representa pura ganancia: le dará una gran tranquilidad ante un eventual escenario de distanciamiento de Scioli, ya que tendrá el apoyo incondicional de una de las jurisdicciones electorales más importantes del país.Una provincia "discriminada"Los datos que arrojan los informes económicos sobre los fondos que recibe Buenos Aires de manera "automática", muestran a las claras la discriminación que sufren los bonaerenses a la hora del reparto de la recaudación nacional.
recibe por coparticipación un 21,7%, una cifra que luce pequeña si se tiene en cuenta que en la Provincia vive el 42% de la población argentina, se genera el 41% del ingreso nacional y alberga al 44% de los hogares con necesidades básicas insatisfechas.
Pero la situación es peor si se analiza lo que sucede con el Fondo del Conurbano. Creado en 1992 con el objeto de compensar el faltante que surge del sistema de reparto, está constituido por el 10% de la recaudación neta del Impuesto a las Ganancias.
En 1997 se estableció que del total había que entregarle a la Provincia $650 millones y, si existiese un excedente, repartirlo entre el resto de las jurisdicciones en base a los porcentajes que surgen de la Ley de Coparticipación Federal.
Esta última modificación fue la que terminó perjudicando a Buenos Aires, debido a que el monto establecido es nominal y no se ajustó por ningún parámetro, lo que hizo que el importe que recibió en adelante comenzó a "licuarse" por la alta inflación (ver cuadro).
Dicho de otra forma: aquello que se creó para aliviar las finanzas bonaerenses terminó cambiando su rumbo y, en el 2014, representó apenas un 2,4% del total obtenido por el Fondo del Conurbano. Como diría el ex ministro de Economía Jorge Remes Lenicov, "es un absurdo".
El funcionario que acompañó a Eduardo Duhalde recordó que en sus orígenes, los $650 millones "equivalían más o menos a 2 puntos por coparticipación", lo que llevaba el porcentaje final (Coparticipación más FCB) a un 24 por ciento.
Un dato no menor aportado por el IARAF muestra la realidad de otra manera: en el último año tan sólo cinco provincias recibieron menos que Buenos Aires por este concepto, en tanto que otras -como Santa Fe y Córdoba- recibieron hasta 4,5 veces más (ver cuadro).
Esta situación es la que pone en riesgo la posibilidad de que se introduzca una reforma, ya que muy probablemente ningún gobernador estará dispuesto a ceder un solo peso de los que recibe en la actualidad.
Y es lógico pensar eso ya que el año pasado el Fondo del Conurbano representó en su totalidad la suma de $26.650 millones y que, según los cálculos aportados por el ex ministro de Economía bonaerense y actual diputado bonaerense del Frente Renovador Jorge Sarghini, alcanzará los $34.000 millones este año. Una cuestión de actitudSi se tiene en cuenta que el espíritu de la norma era restituir a los bonaerenses los puntos que perdió de coparticipación, queda claro que es necesaria una reforma para ajustar los parámetros que definen cuánto le toca a cada jurisdicción.
Sin embargo, existe un problema que será difícil de dirimir: quién será el que resigne fondos para aportar lo que cedió Buenos Aires en los últimos años. Esto es así debido a que se trata de un sistema de suma "cero".
Por este motivo, en la visión de Sarghini, un proyecto que le devuelva el 100% del Fondo a la Provincia resulta inviable, así como fijar un porcentaje tan alto de participación de un impuesto como el actual.
Según el diputado bonaerense, restarle un 10% a un tributo como Ganancias sería otorgar una suma demasiado alta. "Si se tiene en cuenta lo que se espera recaudar este año por este tributo, el monto en juego equivale al 8% del presupuesto actual de Buenos Aires", afirmó.
Por este motivo, haciendo un análisis muy general de la situación, apuntó al déficit financiero que existe en la actual administración de Scioli como una cifra medianamente razonable. Es decir, entre $12.000 millones y $15.000 millones anuales.
A la hora de definir el modo, la opción que plantea a Sarghini es la de repartir las cargas entre la Nación y las provincias. No obstante, no se mostró del todo seguro sobre la posición que tomarán los legisladores provinciales a la hora de votar una iniciativa de este orden.
Incluso, sostuvo que esta visión sería contradictoria con el pensamiento de Cristina. "No se permitiría el Gobierno hacerle eso a las provincias", indicó, para luego agregar: "Después de un discurso federal, el último día destruiría el relato".
En tanto, Remes Lenicov indicó que una buena forma de llevar adelante una medida de este tipo sin afectar a nadie sería haciendo un "degradé" ya que, según afirmó, "ninguna provincia va a aceptar perder en términos nominales lo que está recibiendo".
La idea sería mantener los actuales montos y suponer que los ingresos por Ganancias sigan incrementándose en los próximos años. Así, si se recauda por ejemplo $10.000 millones más de un período al otro, una parte puede ir directamente para las arcas bonaerenses. De esta manera, según explicó el ex ministro, "al cabo de 4 o 5 años llega a completarse" lo que perdió el gobierno de la provincia en los últimos años.
El ex viceministro de Economía Jorge Todesca, vislumbra una posibilidad distinta. Consultado por este medio, aseguró que la Nación podría ser la que resigne una parte de los fondos en beneficio de Buenos Aires.
El economista indicó que una opción es la de crear un nuevo sistema en el que no se les quite a ninguna jurisdicción un porcentaje de lo que ya están recibiendo.
Esta posición podría ser la que termine definiendo la partida, ya que es la que mejor le sienta a Cristina: otorga un beneficio extra a Buenos Aires, no le resta fondos a las provincias y, pese a que el Estado central perdería unos puntos de coparticipación, ese sería un problema con el que no deberá lidiar ella, sino el próximo presidente.