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"No escuchen sólo lo que Daniel Scioli dice, observen qué hace": crónica de la reunión con banqueros de Wall Street

El candidato peronista designó al presidente del Banco Provincia para transmitir un mensaje "market friendly" a inversores que vinieron desde Nueva York
12/08/2015 - 10:00hs
"No escuchen sólo lo que Daniel Scioli dice, observen qué hace": crónica de la reunión con banqueros de Wall Street

-"¿Van a devaluar?."

Así, a boca de jarro, sin indirectas ni eufemismos empezó la reunión entre un grupo de inversores recién llegados desde Nueva York y Gustavo Marangoni, presidente del Banco Provincia.

Especialmente instruido por Daniel Scioli para entablar un canal de diálogo discreto con el sistema financiero internacional, el dueño de casa intentó convencer a sus interlocutores de que el candidato del Frente Para la Victoria pretende ser un presidente "market friendly" y no una continuación de la agresividad kirchnerista.

El encuentro, con discreción y cuidado de que no hubiera información filtrada a la prensa, se realizó en la sede porteña del Banco Provincia, en el primer piso de Bartolomé Mitre 137.

La sala de reuniones es muy amplia. Alrededor de la mesa oval hay espacio para 20 sillas. Todas están revestidas con cuero. En la cabecera, el sillón más grande es para el dueño de casa. Está orientada de modo tal que la vista de la calle San Martín, en plena city porteña, quede para los visitantes.

Marangoni se maneja con la autoridad de quien no solamente ha sido designado para hablar en nombre de Scioli sino que, además, está en la lista de los funcionarios destinados a ocupar lugares clave de un eventual gobierno.

Los banqueros lo saben y es por eso que se tomaron la molestia de hacer las doce horas de viaje aéreo.

En su mayoría, son argentinos que trabajan en Wall Street, desde donde administran grandes sumas de dinero de inversores que quieren poner sus fichas en los mercados emergentes.

De buena fuente, iProfesional pudo reconstruir lo conversado en esta reunión secreta, a partir de la cual Scioli, siempre remiso a hacer definiciones en público, comenzó a dar pistas concretas sobre sus eventuales medidas económicas.

Dólar, cepo cambiario, inflación, ajuste de tarifas, diálogo con los "fondos buitre", endeudamiento externo, todo estuvo en la agenda.

Guiño a los "buitres

Aunque no hay en toda la oficina nada que deje adivinar la filiación política del anfitrión -no se ven cuadros de Perón ni de Evita- Marangoni dejó en claro que es un peronista de pura cepa.

Por si no alcanzara con que se declare militante de larga data, hizo además una demostración de la proverbial capacidad para el pragmatismo.

Les aclaró a los banqueros que no deben prestar demasiada atención a las cosas que Scioli afirma en las tribunas partidarias ni en las entrevistas televisivas.

En cambio, aconsejó, lo que hay que tener en consideración es lo que él ha hecho durante su etapa como gobernador de la provincia de Buenos Aires donde, sometido a los rigores de una asfixia financiera permanente, se las ha ingeniado para mantener las cuentas en orden.

A veces, claro, llegando al extremo de tener que tomar medidas impopulares, como el incremento de la presión impositiva o el recorte en términos reales de las partidas presupuestales destinadas a la asistencia social.

Ante la ruptura del hielo con la pregunta de un banquero sobre si Scioli debutaría con una devaluación, Marangoni respondió:- No. La Argentina no necesita una devaluación. Esa no es la salida para crecer. Por otro lado, sabemos que ahora hay retenciones que complican a las economías regionales y eso va a resolverse. El país precisa inversiones y, para atraerlas, no hay que caer en los ajustes tan clásicos de la historia argentina.

A continuación, se abocó a dejar en claro que todo lo que se ha escuchado en público sobre la pelea con los "fondos buitre" debe ser tomado con pinzas.

En otras palabras, que detrás de las declaraciones altisonantes (destinadas a satisfacer al "núcleo duro" del kirchnerismo) Scioli está ansioso por negociar y encontrar una solución al litigio.

Pero, sobre todo, Marangoni enfatizó ante los banqueros que si algo tiene bien en claro el candidato del Frente para la Victoria es la necesidad de salir a buscar financiamiento externo a tasas "potables", para lo cual se hace imprescindible cerrar el capítulo de los holdout.

"Nosotros somos conscientes de que no podemos continuar financiando el déficit de las cuentas públicas con emisión de pesos. Confiamos en que podremos salir al mercado de capitales para obtener créditos, que utilizaremos en obras de infraestructura", afirmó.

Y aclaró que, en todo caso, el nuevo endeudamiento no se parecerá al que caracterizó la década de los '90 -es decir, los préstamos "revolving" que se utilizan para pagar intereses de la deuda anterior- sino que siempre tendrán un fin específico ligado al plan de obras.

Y, concretamente sobre el conflicto con los acreedores enfatizó: "Daniel ha sido siempre un hombre de diálogo. Trabajo con él desde hace muchos años y siempre se aboca a resolver los problemas".

"Miren lo que ha logrado en la provincia: acuerdos permanentes en las paritarias con los trabajadores estatales; una reforma impositiva para que paguen más impuestos los que más tienen y todo en un marco de total armonía con el vicegobernador Mariotto", completó.

En relación con este último punto, la referencia que hizo Marangoni no fue casual. La buena relación entre ambos ahora es exhibida como un sello de garantía que ofrece Scioli para buscar consensos, para convencer y, sobre todo, para torcer situaciones que a priori se le presentan adversas.

Es que Mariotto le fue impuesto por Cristina Kirchner como compañero de fórmula con el objeto inicial de vigilarle todos los pasos.

Sin embargo el tiempo pasó y en poco tiempo vivió un proceso de "sciolización", remarcó Marangoni a los banqueros de Wall Street que querían conocer un poco más sobre el estilo del candidato.

Tarifazo selectivo

Los interlocutores quisieron conocer más detalles sobre "cuestiones filosas", como el tipo de cambio, la realidad fiscal y la política tarifaria.

-"¿Qué van a hacer con el déficit de las cuentas públicas?. Se habla para este año de unos $380.000 millones, que es un 7% del PBI...", dijo uno de los presentes.

-"Tendrá que haber una adecuación de la política tarifaria. Es cierto que habrá que reducir subsidios pero ello no implicará un ajuste sobre la población de menores ingresos. La adecuación se focalizará en la franja de la sociedad con niveles más altos", les hizo saber Marangoni.

En ese momento, uno de los invitados intentó realizar un cuestionamiento sobre las chances reales de llevar a cabo ese ajuste. El titular del Banco Provicia le respondió:

"Fíjense lo que Daniel ha hecho con las cuentas de la provincia de Buenos Aires. Están en orden, no están más en rojo. No se queden sólo con nuestras palabras; vayan y miren los hechos logrados".

Cuando la charla derivó hacia las primeras medidas que podría tomar un gobierno peronista, uno de los invitados preguntó sobre la inflación. Concretamente, si era de esperar un cambio brusco, una política de "shock".

-"Nada de eso", respondió el titular del Bapro. "Hay que bajarla de manera gradual. Nada de sorpresas. Habrá que convocar a una amplia mesa de diálogo para lograr un gran acuerdo social para que el país vuelva a crecer con vigor", agregó.

-"Pero....¿ de cuánto podría ser el ajuste fiscal?", indagó otro de los banqueros, con la lógica de quien -antes de prestar o invertir- quiere saber detalles sobre la capacidad financiera.

Marangoni volvió entonces sobre las tarifas e insinuó que ya está definido un plan de aumentos selectivos, según niveles de ingreso de la población, para lo cual se utilizarán estadísticas del área impositiva.

-"Me inclino por una revisión de los subsidios energéticos pero tomando en cuentas las compensaciones para la porción de la sociedad más vulnerable", detalló.

El funcionario se acodó en el apoya brazos del sillón y, con ese pequeño gesto, agradeció, quedó a disposición ante cualquier duda y dio por finalizado el encuentro. Había transcurrido poco más de una hora.

Duros de convencer

Ya fuera de las oficinas del Banco Provincia, los banqueros se fueron con la sensación de que Marangoni, como buen sciolista, está entrenado para transmitir una visión "optimista y esperanzada", incluso en un entorno donde la economía no da buenas noticias.

Pero los inversores dejan en claro que, aunque Wall Street se parezca poco y nada al bunker de "La Ñata", allí también se entiende de política y no hay lugar para la ingenuidad.

El sentimiento predominante fue el de "wait and see" (esperar y ver) y así se lo insinuaron a Marangoni.

"Scioli tiene una visión optimista también para nosotros. Como que todo se puede hacer sin grandes contraindicaciones. Y no siempre es así", señaló uno de ellos.

Conscientes del complejo escenario que se avecina en 2016 y de las dificultades sociales que implican las inevitables medidas de ajuste, los banqueros se reservaron sus dudas respecto de la posibilidad de que el plan de Scioli tenga margen político para la aplicación.

Pero, a fin de cuentas, el trabajo de cada uno de ellos no pasa por dar consejos a los funcionarios sino medir el nivel de riesgo de la Argentina antes de hacer sus apuestas.

Ya de regreso, en Wall Street están haciendo reportes dirigidos a sus clientes más ansiosos, que quieren saber si "ahora sí" ha llegado el momento de volver a poner fichas en el país.

Para completar el diagnóstico, los visitantes ya tienen sus pasajes para regresar a estas tierras en octubre.

El vuelo es sin escalas, igual al que le gustaría tomarse Scioli para ganar en primera vuelta y evitar el temido balotaje.

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