Kicillof se escuda en una ley de Cavallo para no ajustar el mínimo de Ganancias
El ministro de Economía, Axel Kicillof rescató días pasados el Impuesto a las Ganancias sancionado durante la Presidencia de Juan Perón. Lo que no dijo es que ese impuesto -llamado impuesto a los Réditos- es anterior al peronismo ya que arrancó en enero de 1932 por única vez por tres años y fue prorrogado hasta 1973, cuando pasó a denominarse Impuesto a las Ganancias.
Kicillof tampoco dijo que esa ley (de Perón) establece en su artículo 25 que los mínimos no imponibles y las tablas de las escalas alícuotas se actualizarán anualmente por el Indice de precios al por Mayor.
La realidad es que esas escalas del impuesto no se actualizan desde 2000, hace 15 años. Y el mínimo no imponible se ajustó pero mucho menos que la inflación que acumuló desde 2001 una suba del 1.200 por ciento.
El ministro tampoco dijo que ese índice de actualización fue anulado durante los años de la convertibilidad, bajo Carlos Menem y Domingo Cavallo, con la ley 24.073
El especialista César Litvin le dijo a Clarín que "el problema es que nunca se derogó ese artículo de la ley de 1992, lo que sumado a la inflación no reconocida, hace que el Impuesto a las Ganancias tanto para los trabajadores como para las empresas sea distorsivo, porque no mide correctamente las capacidades contributivas (capacidad económica)".
Litvin explicó que "el proceso distorsivo comienza con el aumento de los precios. Luego se recomponen los salarios, más tarde que temprano. Y si no aumentan en la misma proporción los mínimos y se actualizan las escalas de alícuotas, el impuesto absorbe gran parte de las recomposiciones salariales y los aumentos de salarios no llegan al bolsillo del trabajador".
Entre otras distorsiones, la no actualización de las escalas lleva a que los trabajadores alcanzados por el impuesto pasen a pagar las alícuotas más altas, del 27, 31 o 35%.
A su vez, los mínimos no imponibles son bajos -equivalente a dos salarios mínimos- lo que engloba a un mayor número de trabajadores. Eso explica que en 2005, unos 200.000 trabajadores pagaran Ganancias y ahora, según la AFIP, supera el millón, más otros 850.000 autónomos.