Vanoli entró con el pie izquierdo: el Central está de paro y faltan billetes justo en días de pago de sueldos
Asambleas, cajas cerradas y playas sin camiones de caudales. Con ese escenario se encontró este viernes Alejandro Vanoli al asistir al Banco Central, 24 horas después de asumir como nuevo director de la autoridad monetaria, en reemplazo de Juan Carlos Fábrega. Y en las próximas horas podría enfrentar un panorama más complicado, con faltante de dinero en los cajeros, justo cuando los asalariados tienen que cobrar sus sueldos.
Desde el lunes pasado, la entidad está prácticamente paralizada por una huelga en reclamo de un plus salarial para sus 2.700 empleados. La misma había sido acordada con el ex titular del Central, pero por internas dentro de la mesa del directorio, la liquidación nunca llegó a concretarse y el conflicto ahora se trasladó a la nueva gestión.
A raíz de la protesta, Vanoli convocó el viernes último por la mañana a todo el personal en el hall del banco, donde se llevan adelante las asambleas. Frente a más de 1.500 trabajadores, pidió que le dieran tiempo para analizar el reclamo, se comprometió a abrir una mesa de diálogo y, en un intento por mostrar empatía con sus dependientes, recordó su número de legajo al iniciar su carrera en el Central, en tiempos de Ricardo Alfonsín y Carlos Menem.
Sin embargo, el guiño del flamante director cayó mal y encendió aun más los ánimos de los trabajadores que, acto seguido, votaron extender la medida por otras 72 horas hasta el martes próximo, por considerar que no han tenido respuestas concretas desde que retomaron hace dos semanas el conflicto iniciado el 19 de mayo pasado.
En respuesta, las autoridades del BCRA debieron poner en marcha un plan de contingencia, previsto para casos de terrorismo e inseguridad, por el cual el sistema de comunicación pasa a ser controlado por los gerentes a través de puestos remotos.
Con todo, el impacto de la medida se sintió y complicó muchas de las operaciones de la entidad, que ya no recibe camiones de caudales.
Para la comisión interna, la huelga tiene un alto acatamiento que no se veía desde el 2004, cuando el personal del BCRA le hizo una huelga a Alfonso Prat Gay por reclamos salariales, cinco meses antes de que concluyera su mandato y fuera reemplazado por Martín Redrado, quien al igual que Vanoli llegó a ese puesto tras dirigir la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Faltante en cajeros
"Es el quinto día que no salen caudales y empieza a afectar al tesoro de los bancos. El lunes habrá faltante en algunos cajeros", advirtió a iProfesional el delegado Nicolás Rodríguez.
En vistas de la profundización del conflicto, las autoridades acopiaron este viernes fondos a través del Banco Nación y el Provincia. Ambas entidades son utilizadas en situación de emergencia y permitieron en este caso mantener la plaza abastecida durante casi toda la semana.
Lo cierto es que el último día hábil de la semana comenzó a sentirse el faltante en algunos bancos y más de uno ya está al límite, en medio de fechas pico por la salida de efectivo para el pago de sueldos.
En esa situación quedó el Banco Provincia, tras abastecer a todos sus cajeros automáticos y separar fondos para salarios de docentes y municipales.
"No quedó más nada", reconoció el secretario general de la seccional Buenos Aires de la institución, Sebastian Etchemendi, cercano a los delegados del BCRA.
El mismo alerta fue trasmitido por seccionales del interior del país, al advertir que este fin de semana "podría escasear el dinero en cajeros automáticos" de las provincias.
Los empleados públicos del BCRA reclaman "que se cumpla el acuerdo que tienen los trabajadores de la entidad, tendientes a reajustar ítems no convencionales" y otros aspectos vinculados con planes de salud y la incorporación de empleados de empresas tercerizadas.
"También resulta urgente que este Banco atienda, como sí lo hacen otros Bancos y Organismos del Estado, el nefasto impuesto al salario, mal llamado Ganancias", señalaron los delegados de la comisión interna a través de un comunicado.
En tanto, el sindicato de La Bancaria liderado por el oficialista Sergio Palazzo, decidió avalar las medidas y publicó una declaración en apoyo al reclamo, sin confrontar con las nuevas autoridades del BCRA, a las que vería con mejores ojos que a sus antecesoras. En línea con la óptica de Kicillof, Palazzo criticaba la política impulsada por Fábrega de subir las tasas de interés, por su impacto negativo sobre el empleo y la actividad.
Pese a todo, en los próximos días, el gremio retomará el plan de lucha por el Impuesto a las Ganancias y la defensa del convenio colectivo. El martes 7, jueves 8 y martes 14 habrá movilizaciones por la city porteña y asambleas en los puestos de trabajo. Luego, el 16, realizarán una marcha nacional al Congreso. Y en la segunda quincena no se descarta la posibilidad de un paro nacional bancario.
"Actualmente hay un fuerte debate sobre el impuesto a las Ganancias sobre los salarios, nuestro aumento fue de un 29% de punta a punta en un sólo tramo, se ve disminuido en algunos casos hasta en un 6% por la no actualización del mínimo no imponible en las escalas; hemos parado por esto, el Gobierno sigue sin dar respuesta", dijo Palazzo.
Funcionarios, en la miraVanoli no es el único funcionario que enfrenta protestas sindicales. Axel Kicillof y Mariano Recalde también vivieron hace poco y en carne propia los reclamos de sus respectivos empleados.
A mediados de septiembre, un grupo de trabajadores del Ministerio de Economía se movilizó al Congreso en momentos en que el jefe del Palacio de Hacienda concurría a la Cámara Baja para presentar el proyecto de Presupuesto 2015.
Con carteles que decían "pago de la compensación en Hacienda", "más salario" y "el 28 por ciento no alcanza", los empleados enrolados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) se concentraron frente a las puertas de Diputados sobre la avenida Rivadavia.
Los trabajadores se apersonaron donde Kicillof dio el informe del Presupuesto acompañado por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y allí le repartieron a los diputados una nota en la que explicaban que "cerca del 70 por ciento de los empleados se encuentran bajo contratos precarios".
El 21 de agosto, el titular de Economía había vivido una situación aun más incómoda cuando unos 500 trabajadores subieron hasta el quinto piso del Palacio, donde se encuentra su despacho, y denunciaron con afiches que mientras Kicillof cobra $87.000 por mes, la categoría salarial más baja percibe $4.795 netos.
En tanto, Recalde se enfrentó el mes pasado con la Federación Argentina del Personal Aeronáutico (FAPA), que agrupa a cinco sindicatos del sector y reclamaba un aumento salarial del 35%.
Luego de que la organización convocara a un paro de 24 horas en Aerolíneas Argentinas, el jefe de la entidad y líder de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), Edgardo Llano, denunció que el presidente de la línea aérea amenazó con "cerrar la empresa" estatal, "crear un procedimiento de crisis y despedir gente" si iban al paro.
Durante el conflicto, Recalde se quejó de que "Aerolíneas es insostenible con esta irracionalidad de los gremios" y hasta advirtió con llevar al Congreso un "plan de reestructuración".
Finalmente, la FAPA suspendió las medidas y aceptó la propuesta del 28,15% de aumento ofrecido por la empresa, aunque en realidad, si se computa el bono por única vez incorporado, el acuerdo llega al 30% y contemplaría un mecanismo para que los trabajadores no paguen Ganancias.