Estudian el lanzamiento de un "Cedin petrolero" destinado a financiar proyectos en Vaca Muerta
La Comisión Nacional de Valores estudia crear un instrumento financiero que permita volcar el ahorro en pesos y en dólares de los argentinos al desarrollo de los hidrocarburos no convencionales, eludiendo las restricciones para acceder al financiamiento externo.
Las características del proyectado bono aún no están precisadas pero sí tomada la decisión de diseñarlo con miras a propiciar la repatriación de divisas.
La idea en ciernes fue reconocida públicamente ayer por Héctor Helman, director de la Comisión Nacional de Valores en la primera de las dos jornadas del World Shale Oil & Gas: Latina America Summit 2014, que se realiza en Buenos Aires, bajo la organización de Y Tec, la división tecnológica de YPF.
Según la información de que dipone la CNV, las reservas probadas de hidrocarburos no convencionales - localizados a mayor profundidad y que requieren una tecnología más onerosa para su extracción- permitirían multiplicar por nueve las de petróleo y por treinta las de gas.
Pero sólo para desarrollar Vaca Muerta, el yacimiento más prometedor hasta el momento, se necesitan no menos de u$s10.000 millones por año.
Para Alejandro Vanoli, titular de la Comisión, el ahorro doméstico bien puede ser un recurso para costear ese emprendimiento, si existe la herramienta apropiada para vehiculizarlo.
Entre depósitos, inversiones en el mercdo de capitales y títulos públicos, los ahorristas locales suman el equivalente a algo más de u$s150.000 millones. A este paquete hay que añadirle los casi u$s184.000 millones en activos extranjeros, de los cuales sólo u$s10.000 millones corresponden a depósitos bancarios. Una opción que da un interés muy inferior al rendimiento que podría tener el nuevo título petrolero.
La idea fuerza de la iniciativa oficial es que existe un volumen suficiente de ahorro doméstico como para sostener el desarrollo energético y, de esta manera, eventualmente prescindir del esquivo financiamiento externo.
Aún no está resuelto cómo sería el bono, eventual anzuelo tanto para el inversor minorista como para el institucional. Entre las ideas en danza están la de vincularlo a la producción, de modo tal que su rendimiento tenga un componente variable.
Tampoco se determinó si supondrá un blanqueo, para evitar que quien destine sus dólares al proyectado papel se vea obligado a tributar por los fondos que no declaró con anterioridad.
Pero difícilmente pueda convocarse a los tenedores de dólares en negro sin esa prerrogativa, que asimilaría el nuevo instrumento al Cedin, título lanzado para las inversiones inmobiliarias, concluye BAE.