La única argentina seleccionada en Minerva cuenta cómo es estudiar en la primera universidad virtual "de elite"
Harvard, Princeton o Yale son los típicos nombres que vienen a la mente de cualquier persona si se le consulta por las universidades "Ivy League" (o "de elite") como se las conoce en los países anglosajones.
Estas casas de altos estudios, que encabezan todos los rankings de educación superior a nivel global, construyeron su prestigio a base de cientos de años de enseñanza ininterrumpida. De sus aulas emergen los líderes mundiales en todos los ámbitos de la vida social, política y de los negocios.
Pero en las últimas décadas son pocas las academias que han logrado entrar en este selecto grupo. Menos aún podría esperarse que una escuela que imparte sus clases a través de Internet consiga un espacio en este listado de privilegio.
Sin embargo, eso mismo se propuso en 2012 el Minerva Project, una iniciativa del emprendedor Ben Nelson (ex presidente de Snapfish, compañía adquirida por HP) que recibió u$s25 millones como "capital semilla" de parte del fondo de inversión Benchmark Capital, para iniciar lo que define como "la Universidad del Futuro".
En su cúpula docente figuran ex decanos de Harvard, Wharton School of Business, Stanford, así como senadores y gobernadores norteamericanos, y hasta un ex Secretario del Tesoro de Estados Unidos.
Pero a diferencia de sus emblemáticas predecesoras, esta Minerva no cuenta con un imponente campus ni edificios centenarios, sino que como el objetivo es formar a los alumnos para el actual entorno globalizado, las clases se imparten en Internet. Y ellos las cursan desde distintas sedes en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa en las que conviven todos juntos, en una residencia.
La universidad "abrió sus puertas" virtuales este lunes 8 de septiembre, con los 30 jóvenes que componen la primera camada de estudiantes. Entre éstos, Ailén Matthiess, de 21 años, es la única argentina -oriunda del partido de Vicente López- y una de los tres participantes latinoamericanos.
Al momento de recibir la aceptación de Minerva se encontraba cursando la licenciatura de Economía de la Universidad de Buenos Aires. Pero apenas supo la noticia no lo dudó y dejó en pausa esa carrera para viajar a San Francisco a fines de agosto pasado, donde conoció a sus compañeros (en foto) y este lunes tomó los primeros cursos.
"Mis compañeros son muy divertidos e interesantes. Hay un montón de actividades para hacer y estamos constantemente aprendiendo sobre la cultura de cada uno, compartiendo actividades y discutiendo sobre problemas sociales y filosóficos", contó Matthiess a Campus-iProfesional desde Estados Unidos.
Ailén fue una de las pocas seleccionadas entre los 2.464 postulantes que aplicaron a la Universidad desde 96 países. De los admitidos, sólo cinco son norteamericanos, de manera de potenciar la diversidad y el carácter multinacional de la experiencia educativa. Los demás compañeros de Ailén provienen del Reino Unido, China, Israel, Malasia, Canadá, entre otras naciones.
No por esto el proyecto deja de ser altamente exclusivo. Sólo como ejemplo, Minerva aseguró que su ratio de admisión es del 2,8% de los aplicantes, mientras que el de otras universidades del mismo calibre es mayor. El de Stanford es del 5% y el de Harvard el 6%, afirmaron para remarcar la selectividad de la nueva casa de estudios en San Francisco.
La admisión se obtiene por mérito, tanto el académico como aquel determinado por el desempeño en una serie de entrevistas y de exámenes de aptitud que los alumnos también toman por Internet.
En el caso de Ailén, hubo varios factores a su favor. La alumna fue en 2008 subcampeona regional en las Olimpíadas de Matemática Argentina. Al momento de inscribirse en Minerva, era también voluntaria de la ONG "Un Techo para mi País", donde participó en la construcción de viviendas y en la coordinación del área de construcciones autofinanciadas.
Pero según su opinión, lo que terminó de inclinar la balanza fue su perspectiva de influir positivamente en el futuro: "Soy una persona con mucha motivación para aprender, con muy buena capacidad de adaptación y mis expectativas de mi misma son muy grandes. Quiero generar algún cambio positivo en el mundo".
Para ello, esta alumna argentina asegura que dentro de sus planes está "volver a la Argentina y poner en práctica lo aprendido, para devolver a mi país todo lo que me dio".
No obstante, pone su ojo en el presente: "Lo que tengo en claro es que estos cinco años van a ser de desafíos constantes y que quiero formarme como persona y profesional de la mejor manera posible".
Programa
Uno de los objetivos fundacionales de Minerva era ofrecer una educación de grado a nivel "Ivy League" pero con un costo menor, que la hiciera accesible a otro grupo de personas.
Por caso, ejemplifican desde la universidad, el gasto total por los cuatro años de carrera es de poco menos de u$s116 mil, mientras que un programa similar en Harvard requiere un desembolso de alrededor de u$s240 mil.
De hecho, todos los alumnos que componen la primera camada del programa de Minerva recibieron una beca total para sus estudios, y solo se hacen cargo de los costos de manutención.
Este primer grupo cursará todo el primer año en las aulas del Keck Graduate Institute de San Francisco (EE.UU.) Allí participarán de cuatro cursos que sirven para sentar las bases de todo el programa. Éstos son "Análisis teórico"; "Análisis empírico"; "Sistemas complejos" (que implica comprensión de efectos secundarios, interactividad múltiple, tendencias, etc.) y "Comunicación multimodal" (abarca desde lectoescritura hasta conferencias públicas y debate formal).
"El objetivo de este año es crear hábitos de razonamiento, definidos en nuestro programa como 'habits of mind', y estudiar los conceptos básicos sobre los que se van a apoyar el resto de nuestros estudios. Este primer año es para todos igual y después tendremos la oportunidad de elegir la orientación de cada uno. Yo por ahora no lo tengo definido", aclaró Matthiess.
Las lecciones se toman por Internet, a través de una plataforma específicamente diseñada por Minerva, y según la alumna argentina "son muy dinámicas".
"La sensación es la de estar en cualquier otra clase debatiendo y participando. La ventaja es que no te desconcentras en absoluto. Tienen un día y horario fijos y participan entre 15 y 19 personas. Mi corta experiencia en la plataforma es totalmente satisfactoria", aseguró.
Pese a que las lecciones son en modalidad virtual, Matthiess afirma que "el contacto con los profesores es muy directo ya que es prácticamente diario".
Además de estos encuentros virtuales, cada alumno tiene asignado un tutor para guiar sus estudios y mejorar su desempeño. La argentina asegura que, si es necesario pueden requerir "una hora semanal con algún profesor a solas, con el que quiera o necesite hablar".
Una vez concluida esta fase inicial, los alumnos se dividirán en dos grupos para cursar, alternativamente, un semestre en Buenos Aires y otro en Berlín, a partir de la segunda mitad del 2015. De hecho, este mes de septiembre las autoridades de Minerva estarán visitando la Argentina para mantener reuniones con el Gobierno porteño, de manera de preparar el camino para tener en el país una sede donde puedan instalarse los alumnos. El plan es que haya seis bases en todo el mundo.
Las locaciones en las que se desarrollarán los últimos dos años de la carrera serán a definir entre las ciudades de Hong Kong, Rio de Janeiro, Sydney, Londres y Ciudad del Cabo.
Esta primera camada que integra Ailén se graduará en el año 2019. No obstante, las inscripciones para ingresar a la segunda promoción de alumnos de Minerva están abiertas. Es posible aplicar desde la página web del proyecto.