Cruzat amplía producción, lanza sus primeros millésime y apuesta por "espumantes de terroir"
Los argentinos, poco a poco, están consumiendo más espumantes. Con un interesante dato adicional: los hábitos también cambiaron, dado que las ventas se están desestacionalizando.
Así las cosas, las burbujas no son sólo privativas de fiestas y celebraciones: un reciente informe de la consultora Abeceb destacó que en 1993, la mitad de todas las ventas de espumantes en el año se habían hecho entre octubre y diciembre. Ya en 2003, la proporción había caído hasta el 42%. Pero en 2013 se notó un reparto más equitativo de las ventas a lo largo de todo el año, ya que entre octubre y diciembre se vendió apenas el 36% del total.
Y esto, lógicamente impactó en el volumen de consumo: mientras que en la última década los vinos tranquilos exhibieron un retroceso del 25% (hasta los 24 litros), los espumantes exhibieron un marcado crecimiento: de un consumo cercano al medio litro per cápita, se pasó a casi un litro el año pasado.
Y una de las marcas que sin dudas está capitalizando este auge es Cruzat, la única bodega orientada en un 100% a la producción de espumantes bajo método tradicional y que está comenadada enológicamente por el reconocido Pedro Rosell.
La compañía en octubre estará cumpliendo sus primeros diez años de vida. Sin embargo, fue hace pocos años, con el ingreso de nuevos socios, que la marca experimentó un fuerte posicionamiento en el mercado, consolidándose como una de las referencias ineludibles en materia de espumantes nacionales.
Ello involucró un importante aumento de la capacidad de producción, el lanzamiento de nuevas etiquetas y un estudiado restyling visual.
Para conmemorar esta primera década, Cruzat está ultimando detalles para lanzar sus dos primeros millésime, es decir, espumantes que sólo se producen en partidas limitadas y cuando una cosecha determinada adquiere una calidad excepcional.
"Están embotellados hace tres años y todavía estamos estudiando el nombre bajo el cual los presentaremos. Pero sí podemos adelantar que van a ser dos espumantes: un 100% Pinot Noir y un Pinot Noir-Chardonnay, ambos cosecha 2005", aseguró a Vinos & Bodegas iProfesional Andrés Heiremans, gerente general de Cruzat.
En total, se elaboraron unas 10.000 botellas, que saldrían a un precio tentativo de entre $400 y $450. De este modo, pasarán a convertirse en los nuevos tope de gama de la bodega, lugar que hasta ahora ocupa en el portfolio su Cuvée Reserve, cuyo precio ronda los $170.
El gran salto
Cabe destacar que, en 2011, Cruzat estaba comercializando cerca de 30.000 botellas al año. Sin embargo, de la mano de los nuevos lanzamientos y de la inyección de capital, la bodega se embarcó en una fuerte etapa de crecimiento.
De hecho, 2013 cerró con casi 200.000 botellas vendidas, en tanto que para este año están apuntando a concluir con unas 260.000.
Así, la compañía apunta a acercarse, en los próximos tres a cinco años, a la meta de 500.000 botellas.
Para sostener este crecimiento Cruzat viene avanzando con un plan de inversiones: para 2014 estarán realizando un desembolso total de u$s200.000 para la compra de nuevo equipamiento. Y el plan contempla desmbolsos similares de aquí a los próximos años.
Según Heiremans, esta expansión es clave "primero para motivar a los accionistas a seguir adelante. Pero también le muestra al mercado que este no es un producto que tuvo una pasada fugaz sino que es algo permanente y de una calidad consistente a lo largo del tiempo, lo cual nos permitió ir creando una marca".
Profundizando sus conceptos sobre la calidad, el directivo de Cruzat sostuvo que "nuestra tarea no tiene que ver con hacer un espumante que le guste a alguien. Tiene que ver con una constancia a través de los años. Que el consumidor pruebe el producto, le guste, lo vuelva a comprar y siempre le siga gustando".
Más acento en el terroir
En la actualidad, la bodega tiene una finca propia en Perdriel, Luján de Cuyo, y se abastece con uvas de productores de Valle de Uco.
Sin embargo, con el objetivo puesto en comenzar a profundizar el concepto de terroir, Heiremans adelantó que están evaluando la compra de una finca en Valle de Uco, más precisamente en la zona de Gualtallary.
"Estamos comenzando a hacer más hincapié en el terroir. Queremos aumentar la producción de uva propia. Para ello, encontramos en Gualtallary una zona que es maravillosa, muy especial, muy versátil, dado que permite obtener increíbles Chardonnay y Pinot Noir", sostuvo el directivo.
"Los próximos pasos serán hablar más de terroir", anticipó Heiremans, al tiempo que no descartó avanzar en el concepto single vineyard para espumantes.
Paralelamente, en un contexto de expansión del mercado argentino de espumantes, más bodegas vienen avanzando por el camino de la innovación. De hecho, meses atrás, una marca presentó el primer espumante a base de Sauvignon Blanc. También son conocidas algunas incursiones con otras cepas, como Bonarda y Malbec.
Sin embargo, desde Cruzat dejaron bien en claro que el futuro de la bodega continuará íntimamente ligado al estilo clásico, de la mano de dos cepas tradicionales: Chardonnnay y Pinot Noir.
"Somos absolutamente clásicos. Creemos que las innovaciones o las pruebas con otras variedades son interesantes. Pero para nosotros la rueda ya está inventada. Hay siglos de desarrollo en el tema espumantes y está claramente comprobado, tanto a nivel técnico y productivo como desde el punto de vista del consumidor, que las variedades clásicas, chardonnay y Pinot Noir son las que nos permiten producir los mejores espumantes", concluyó Heiremans.
© Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas iProfesional - [email protected]