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Dejarán dar a luz antes de ejecutarla a la mujer cristiana condenada en Sudán

Meriam Yehya Ibrahim, una doctora sudanesa, afronta la pena de muerte por sus ideas religiosas. Se encuentra encarcelada junto a su otro hijo de 20 meses
17/05/2014 - 10:58hs
Dejarán dar a luz antes de ejecutarla a la mujer cristiana condenada en Sudán

El gobierno de Sudán dejará dar a luz a Meriam Yehya Ibrahim antes de ejecutarla, la mujer cristiana embarazada de ocho meses y condenada a muerte.

Meriam Yehya Ibrahim, una doctora sudanesa, afronta la pena de muerte por sus ideas religiosas. Una condena que se mantendrá en caso de que no desista de su conversión del islam al cristianismo, después de que un tribunal la condenara por apostasía y adulterio y le diera un plazo de tres días para arrepentirse, según aseguró su abogado. Según ha denundiado Amnistía Internacional actualmente esta mujer se encuentra encarcelada junto a su otro hijo de 20 meses.

Además, Ibrahim deberá ser flagelada a latigazos por un presunto crimen de adulterio, no por que haya estado con otro hombre, sino por estar casada con un cristiano, lo que invalida el matrimonio y la convierte en adultera por la ley islámica, según asegura «The Telegrpah» en su edición digital.

La corte absolvió a su esposo cristiano del cargo de adulterio por falta de pruebas y argumentó su absolución en que él contrajo matrimonio con ella cuando ya había cambiado su religión, por lo que el matrimonio es correcto. Sin embargo, consideró que la relación marital de la acusada es nula, por lo que afronta la acusación de adulterio, según la ley sudanesa.

La doctora, que cambió su nombre de Abrar por el de Mariam, es hija de un hombre de la región de Darfur, en el oeste de Sudán, y de una mujer de la vecina Etiopía.

Movilización por la tragedia

La indignación crece tanto en Sudán como en el resto del mundo. Cuando se dictó sentencia contra esta mujer unas 50 personas se congregaron frente a los juzgados con pancartas en las que se podía leer «libertad de religión». A la vez algunos islamistas celebraron el veredicto, coreando «Alá es el más grande».

Según la Sharía, el código penal religioso musulmán que inspira a regímenes fundamentalistas como el de Sudán, la apostasía está penada con la muerte.

La norma no suele aplicarse en la práctica -por temor a las consecuencias internacionales-, pero actúa como elemento disuasor en la población musulmana. Las conversiones al cristianismo dentro del mundo del islam, de las que se desconocen estadísticas, son siempre secretas, a menos que el converso decida huir a Occidente y romper por completo con sus raíces familiares.

Amnistía Internacional alertó desde el pasado miércoles del caso de Ibrahim. «El hecho de que una mujer pueda ser condenada a muerte por su elección religiosa y a la flagelación por haberse casada con un hombre presuntamente de una religión distinta es aberrante y no debería ni siquiera considerarse», aseguró el investigador para Sudán de Amnistía Internacional, Manar Idriss.