Imprevista devaluación: el dólar oficial llegó a $7,75 y el turista se ubicó en los $10,50
El dólar oficial volvió a saltar este jueves y trepó la inédita cifra para un solo día de $0,63 hasta tocar los $7,75 para la venta. Es decir, 8,77% y en tan solo dos días la devaluación del Gobierno fue de 12,5 por ciento.
Incluso, durante la rueda, la divisa fijada por el Banco Central llegó a tocar un máximo de 8,50 pesos, pero la entidad monetaria intervino y bajó el precio.
El dólar oficial ya había subido el miércoles 23 centavos y medio (3,4 por ciento).
Estos niveles marcan la mayor ganancia para la divisa en un mes desde la salida de la Convertibilidad. Ante esta situación, hubo una reunión de urgencia en el Banco Central (BCRA) para analizar los pasos a seguir.
Por lo tanto, el dólar tarjeta, el tipo de cambio que surge para las compras y turismo en el exterior, cuyo recargo al precio oficial es del 35%, ascendió a $10,46. Por lo que su distancia con el informal se encuentra en el 24 por ciento.
En tanto, el dólar blue también trepó 90 centavos, luego de que el martes y miércoles avanzó 50 centavos, y llegó a tocar un precio de $13,05 para la venta.
Con esta devaluación acelerada del Banco Central, la brecha entre el informal y el oficial bajó del 70% al actual 68,4 por ciento.
Sólo en lo que transcurrió de enero, el blue se incrementó un 30,5% (o 3,05 pesos), mientras que el oficial aumentó 19,4 por ciento.
El alza en la cotización de la moneda marginal sucedió luego de que el Gobierno anunció que prepara medidas para combatir las operaciones de divisas en el mercado negro.
Este jueves el Banco Central vendió u$s100 millones, pese a que no intercedió. Según las últimas cifras oficiales, las reservas del BCRA se encuentran en u$s29.443 millones.
Asimismo, el "dólar bolsa", la divisa que se obtiene en el ámbito bursátil con la compra en pesos y venta en dólares de bonos nominados en moneda extranjera se movió en sintonía con el tipo de cambio oficial, y las operaciones con los Boden 2015 arrojaban un valor de 11,39 pesos por cada billete.
Qué sucedió en el mercadoEl Gobierno comenzó el miércoles con una devaluación sin precedentes en todo el período kirchnerista, a raíz que el Banco Central dejó de intervenir en la plaza de cambios con la venta o compra de divisas.
Al respecto, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, reconoció este jueves la devaluación, pero aclaró que "no ha sido inducida por el Estado".
En su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada, insistió: "La oferta y la demanda es la que se expresó ayer en el mercado de cambio". De esta manera, admitió -sin nombrarlo- que el peso se deprecia frente al dólar oficial.
En cuanto al panorama actual, el economista Rodrigo Álvarez de la consultora Analytica dijo que hubo una evolución en el discurso del Gobierno ya que de decir que "no a la devaluación, luego pasaron a una depreciación administrada, y después a que ´no ha sido una devaluación inducida por el Estado, sino que se expresó el mercado´".
Por otra parte, el economista Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Ciudad, aseguró que la devaluación puede "disculparse" pero "la emisión causa la inflación. A ver que hacen con eso ahora".
En tanto, el economista de la UBA Matias Tombolini, alertó: "Un pasaje que hace 20 días salía 5 mil pesos, hoy cuesta $6.153. Es decir, es más rentable gastar los pesos en anticipar compras de viajes".
Y completó: "En cambio, un plazo fijo de $5.000 a 365 dias no llega a dar ni 6.000 pesos".
Finalmente, Alfonso Prat Gay, ex titular del Banco Central, resumió: "Están en ajuste: arreglar con el FMI y el Club de París, devaluar y licuar el salario. Nadie le gana a Kicillof".
Tal como diera cuenta iProfesional, el Gobierno se "rindió ante la evidencia" de un tipo de cambio atrasado frente a la inflación y adoptó la estrategia que estaban reclamando desde hacía tiempo la mayoría de los economistas críticos.
Lo que se señalaba es que, en un esquema de devaluación gradual, la presión sobre el Banco Central se hace más grave, porque los importadores se apuran a "stockearse", en previsión de que en el futuro les costará más caro hacer las compras en el exterior.
Y, en el sentido inverso, todos los exportadores que tienen sus activos retenidos -por ejemplo, los productores sojeros con existencias en los silobolsas- seguían con incentivos a guardar sus existencias, ya que valdrían más en el futuro.
Al decir de Javier González Fraga, ex titular del Banco Central, la política oficial mezclaba "lo peor de la tablita de Martínez de Hoz con lo peor de los controles de los años ‘80".
Ayer, luego de conocida la devaluación, la reacción de los economistas osciló entre el apoyo al giro impulsado por Fábrega y la crítica por haber permitido que la situación llegara a esta instancia.
Por estas horas, el mercado es un hervidero de rumores y conjeturas.
Están quienes creen que la del miércoles y jueves fueros las únicas correcciones bruscas y que, a partir de ahora, se estabilizará el tipo de cambio oficial. Pero también, aquellos que consideran que pueden darse nuevas subas.
Y además están los que piensan que puede haber bajas y nuevas subas, en una estrategia de "serrucho", cuyo objetivo sea impedir la previsibilidad que hasta ahora se había criticado.
"No sería descabellado pensar que lo suban pero después lo bajen, como una señal a los exportadores que venían especulando con que el tiempo les jugaba a favor, porque la cotización siempre sería ascendente", analiza Francisco Gismondi, ex ejecutivo del Central.
Pero afirma que, para que esa estrategia sea posible, el organismo que dirige Fábrega tiene que mostrar una posición lo suficientemente fuerte como para poder jugarle pulseadas al mercado y debe transmitir credibilidad.