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Club de Parí­s, ¿un "invento" argentino?: cómo se originó la deuda con el foro internacional

La entidad con la que el ministro de Economía renegoció la deuda de casi u$s10.000 millones, no es un banco ni tampoco un organismo de crédito
29/05/2014 - 07:24hs
Club de Parí­s, ¿un "invento" argentino?: cómo se originó la deuda con el foro internacional

El Club de París con el que Argentina renegoció una deuda de casi u$s10.000 millones, es un foro informal de acreedores oficiales y países deudores. Su función es coordinar formas de pago y renegociación de deudas externas de los países e instituciones de préstamo.

Está conformado por un conjunto de 19 países coordinado por Francia y en el que se destacan Alemania, Estados Unidos, el Reino Unido, Japón, Suecia y Finlandia.

Lo curioso de este grupo es que si bien presta dinero a los países con problemas financieros, no es un banco ni tampoco está considerado un organismo de crédito como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial.

Pero, lo que es aún más paradójico, es que su creación está ligada directamente  a la Argentina, ya que en el año 1956, cuando el país se encontraba con problemas financieros, se produjo la primera reunión informal con sus acreedores públicos.

Desde ese momento, la Argentina mantuvo una larga relación con el consorcio de prestamistas. El punto de máxima tensión llegó a fines de diciembre de 2001, cuando se anunció el default de la deuda pública.

El origen de la deudaPara entender el nacimiento del Club de París es importante remontarse a 1946, año en el que Juan Domingo Perón gana las elecciones presidenciales.

Una vez que asume el poder, Perón encuentra que Inglaterra adeudaba a la Argentina 500 millones de libras esterlinas por concepto de las toneladas de carne y de granos que habían sido entregadas a Inglaterra por Argentina durante la Segunda Guerra Mundial.

Por otro lado, en esos mismos años de guerra y ante la imposibilidad de importar maquinaria de Europa, Argentina se había endeudado en una cantidad similar pero en dólares por maquinarias y equipos comprados a Norteamérica.

En vista de que Argentina tenía que pagar intereses por el monto adeudado a los Estados Unidos, mientras que no recibía ningún interés por su préstamo a Inglaterra, Perón solicitó consolidar los créditos entre los tres países con el objeto de que Inglaterra pague directamente a los Estados Unidos el correspondiente valor de la deuda que debía a la Argentina.

Sin embargo, este mecanismo se trabó en virtud de que Inglaterra dictaminó que pagaría su deuda únicamente con bonos denominados en libras esterlinas y, por otro lado, Estados Unidos dictaminó que solo aceptaría los pagos que sus deudores realicen en dólares.

Ante la imposibilidad de pagar sus deudas con el mecanismo de triangulación, Perón decidió nacionalizar el servicio telefónico, los ferrocarriles, la producción y distribución de gas, así como otras industrias menores que jurídicamente pertenecían a varias empresas de capital inglés.

Para indemnizar a los dueños de las firmas nacionalizadas, Perón decidió utilizar los bonos en libras esterlinas que habían sido entregados por Inglaterra en pago de la deuda. Además, con los ingresos generados por las tarifas de los servicios nacionalizados, empezó a cancelar la obligación a los Estados Unidos. Pero el proceso se detuvo en 1955, cuando el ex presidente fue derrocado por el General Pedro Eugenio Aramburu.

El nuevo gobierno intentó reactivar el deteriorado comercio, para lo cual adquirió un nuevo préstamo externo para financiar sus importaciones de Europa. Así, contrató con varios bancos europeos un crédito de u$s700 millones, que se suponía podría ser amortizado en el transcurso de un año.

Pero como es obvio suponer, el presupuesto argentino -que por casi una década había logrado funcionar sin incrementar su deuda externa- encontró insalvables dificultades para cancelar en el corto plazo de un año esa abultada nueva deuda de u$s700 millones.

Ante esa imposibilidad, los países de la Comunidad Económica Europea decidieron refinanciar la deuda de Argentina.

Así, el Ministerio del Tesoro Francés organizó con varios de sus funcionarios radicados en París, una oficina para que efectúe las futuras gestiones de cobro a nombre de los países acreedores: es esta oficina la que eventualmente llegó a ser conocida bajo el nombre de Club de París.

Principales reglasLas reuniones se efectúan en París 10 a 11 veces al año entre sesiones de renegociación, análisis de deuda o aspectos metodológicos. El Presidente de las sesiones es un alto funcionario de dirección de la Tesorería de Francia. El Copresidente y Vicepresidente son también funcionarios de la Tesorería de Francia.

A pesar de ser un grupo informal tiene los siguientes principios:

•Las decisiones se toman caso por caso, de acuerdo a la situación del país deudor.

•Las decisiones son tomadas por consenso entre los países acreedores.

•Es condición tratar sólo con países que necesitan reestructurar su deuda e implementan reformas para resolver problemas de pago. En la práctica esto significa que debe haber un préstamo o programa de reprogramación previamente aprobado por FMI.

Solidaridad: los acreedores están de acuerdo en implantar los términos de acuerdo.

Igualdad de tratamiento entre los acreedores.

•Ningún país deudor puede dar un tratamiento desfavorable a otro acreedor con el cual se llegado a un consenso en el Club de París.

Está integrado por los siguientes países acreedores permanente: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, EE.UU., España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia, y Suiza.

Han participado en algún momento como deudores: Abu Dhabi, Argentina, Brasil, Corea del Sur, Israel, Angola, Kuwait, Marruecos, México, Nueva Zelanda, Portugal, Trinidad y Tobago y Turquía.

Después de su fundación en 1956 y por casi tres décadas, las relaciones del Club de París con América latina - además de las gestiones con Argentina- se limitaron a pocas y esporádicas actividades de renegociación con Brasil en 1961, con Chile en 1965 y con Perú en 1968.

Sin embargo, a raíz de la reunión de Panamá en marzo de 1983, el Club de París se transformó en la Meca que en peregrinaje deben visitar puntualmente y por lo menos una vez cada año, todos los ministros de economía y finanzas de la región.

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