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El lado "B" de los plazos fijos y el porqué crecen si pagan en un año lo que trepó el dólar blue en sólo un mes

A primera vista, el incremento del 50% en los depósitos impresiona. Pero, por detras de esa cifra, se esconden dos realidades muy distintas
14/02/2013 - 10:02hs
El lado "B" de los plazos fijos y el porqué crecen si pagan en un año lo que trepó el dólar blue en sólo un mes

Una de las primeras preguntas que realiza un buen asesor financiero a un nuevo cliente que muestra interés por invertir en activos de alto retorno, pero atados a un elevado riesgo, es "cuánto está dispuesto a perder".

La respuesta natural suele ser "nada" o, en la mayoría de los casos, "lo menos posible".

Quien sigue de cerca el mercado de bonos o acciones sabe que las altas subas se codean con fuertes caídas en los precios. Y esto muchas veces desincentiva a los particulares a poner fichas en este tipo activos.

Pero, como "nada es gratis", si optan por ganar en seguridad deben saber que tendrán que sacrificar rentabilidad, incluso perder, en términos reales.

El rendimiento puede estar por debajo de la suba general de precios o bien del alza que se espera para el dólar, tal como sucede en la actualidad con los plazos fijos.

Si se toma como referencia la tasa de interés que pagan los bancos -tanto a los ahorristas como a grandes inversores- y se la compara con ambos indicadores, surge un "quebranto" que sólo en 2012 fue de 10 puntos porcentuales frente a la inflación y de más del doble con respecto al avance del blue.

En otras palabras, quien colocó $1.000 en un plazo fijo a principios del año pasado hoy estaría retirando "apenas" unos $1.145.

En términos reales, es decir -descontando la variación de las otras variables (inflación y devaluación)- sólo tendría el equivalente a $897 en el primer caso y a $703 en el segundo.

Cabe recordar que frente a una tasa de interés que para las colocaciones bancarias fue, en promedio, del 13,5% para todo el 2012, la inflación "real" trepó alrededor de un 25% y el dólar paralelo nada menos que el 44 por ciento.

Estas diferencias se agudizaron aun a partir de enero. En efecto, el blue escaló casi 14%, la suba de precios fue cercana a un 3% y la tasa de interés que pagaron los bancos fue levemente superior al 1 por ciento.

En otras palabras, el repunte del billete verde informal equiparó en un solo mes el rendimiento de una colocación bancaria para todo el año.

Pregunta incómoda

Ante esta situación, que muestra que las tasas de los plazos fijos están lejos de compensar el repunte de otros indicadores, surge una pregunta inevitable: ¿por qué crecen?

De hecho, las estadísticas del Banco Central dan cuenta de que en 2012 han subido a un ritmo que más que triplica a la tasa de interés que pagan, ya que el volumen colocado se incrementó un 50% (de $117.000 millones a $176.500 millones).

Pero (siempre hay un pero), si se analiza más en profundidad la evolución, surgen algunos "detalles" interesantes que ayudan a entender tal incremento.

Si a ese crecimiento porcentual se le resta la capitalización de la tasa de interés (es decir el "premio" ofrecido por el banco, del orden del 15%) se desprende que el monto colocado por los particulares en concepto de depósitos no aumentó en igual proporción que la expansión de dinero (esto también se extiende a los depósitos transaccionales es decir, cuentas corrientes y cajas de ahorro).

"La diferencia entre la oferta de pesos, es decir el circulante, y la demanda es moneda local que salió del sistema bancario, pudiendo ser uno de sus principales destinos el mercado marginal del dólar", afirma el economista Agustín Cramo.

La "fuga" del minorista

Si se considera el total de dinero que los ahorristas tienen hoy en los bancos (restando el 15% que ganaron por la tasa) y se compara con el volumen de "plata dando vueltas" en el sistema, se observa que las colocaciones bancarias de particulares, lejos de subir, bajaron en términos relativos.

En la práctica, lo que sucede es que pese a su crecimiento nominal absorben menos dinero que el que les dan y la diferencia va, por ejemplo, al mercado informal del dólar.

Según el Banco Central, a lo largo de 2012 la expansión de la cantidad de dinero fue del 36%, en tanto que los plazos fijos crecieron 52 por ciento. Según los analistas consultados por iProfesional.com, "a esa tasa de crecimiento se le debe descontar los intereses ganados, que representan entre el 15% y el 16%. Hecha esta deducción, surge que los montos colocados -por ahorristas y empresas en su conjunto- crecieron al mismo ritmo".

Sin embargo, hay un detalle no menor. Aplicando el mismo razonamiento pero sólo en el caso de los depósitos minoristas, surge que los montos impuestos apenas crecieron un 24%, es decir 12 puntos porcentuales por debajo de la expansión de dinero", sostiene el analista Agustín Cramo.  

"La diferencia entre lo emitido por el Banco Central y el aumento de las colocaciones bancarias a plazo se explica en gran medida por aquel dinero que quedó fuera del sistema y que posiblemente se fue al blue", afirma Cramo, para quien ello explica buena parte del incremento de la demanda de dólares en el circuito informal.

Esta afirmación se basa en los datos que arroja el mismo mercado. En un mes, el circuito paralelo mueve aproximadamente unos $5.000 millones, que solo circulan dentro del circuito informal, lejos de la mira del Banco Central.

"Más allá de algunas consideraciones técnicas, esos pesos en circulación se reciclan permanentemente en el sistema financiero", considera el economista Luis Palma Cané.

Es, entonces, cuando surge otra pregunta interesante: ¿quiénes son, si no son los particulares, los que empujan con fuerza a los plazos fijos?

La respuesta viene por el lado de las empresas. Si se analiza en detalle las cifras oficiales, se observa claramente que desde un tiempo a esta parte han sido las que tomaron la delantera.

Sin ir más lejos, en el último año su participación en el total pasó a ser casi del 54%, duplicando su avance al de los depósitos minoristas.

"El plazo fijo en el tramo mayorista está creciendo al 60% interanual", señala Gastón Rossi, de la consultora LCG.

La "cárcel" de los mayoristas

El repunte en las colocaciones mayoristas no ocurre porque las empresas desconozcan que pierden frente a la inflación real, sino porque se ven sujetas a más controles y limitaciones para dirigir dinero a "otros destinos".

De modo tal que optan por hacer rendir al menos unos puntos su capital.

Para Rossi, "el plazo fijo es una de los pocas alternativas que tienen. Con el cepo cambiario funcionando a pleno y la imposibilidad de girar utilidades y dividendos al exterior, las empresas se ven ante la disyuntiva de qué hacer con los pesos".

"Eligen las colocaciones bancarias pues las consideran de corto plazo y con liquidez rápida. A su vez, les permite evitar una parte de las pérdidas que genera el capital inmovilizado frente a la inflación", completa.

"En cambio, si eligieran invertir en inmuebles, por ejemplo, tendrían más riesgos asociados y los resultados serían a más largo plazo", apunta el economista.

Marina Dal Poggetto, directora del Estudio Bein, coincide con su colega al afirmar que "el mayor volumen se debe a que las empresas tienen muy pocas opciones para dolarizar sus activos, salvo el mecanismo del contado con liquidación, que muchas de ellas no lo pueden hacer, ya que no tienen cómo explicar a sus casas matrices o filiales el desdoblamiento cambiario".

Para el ex viceministro de Economía, Jorge Todesca, hoy director de Finsoport, "el grueso de las utilidades de las compañías va al plazo fijo y al sistema financiero".

"La razón básica para que ocurra esto es porque las empresas generan una liquidez que no pueden aplicar a la compra de dólares. Tampoco pueden remitir utilidades. Entonces, se ven obligadas a volcar su ganancia a los depósitos", agrega.

"El crecimiento de las colocaciones de las firmas se da mayormente a corto plazo, a 30 y 45 días", afirma Todesca, al tiempo que agrega que "en general, los gerentes administrativos y financieros de las compañías son conservadores y prefieren el plazo fijo a otras alternativas, como los bonos, por el riesgo que tienen asociado".

Dos titanes enfrentados: plazo fijo vs. blue

La decisión de abandonar la comodidad de un plazo fijo para comprar dólares en el mercado informal depende, fundamentalmente, de las expectativas de la gente respecto a la tasas de devaluación oficial y el corrimiento del informal.

Esta afirmación permite comprender, en parte, lo ocurrido en la segunda mitad del año pasado, cuando el dólar paralelo se mantuvo sin mayores cambios al tiempo que los montos de los plazos fijos crecieron a buen ritmo.

"Quizás, lo más complicado para el individuo que está en blanco es mover cifras al mercado informal, ya que éste es ilegal y le puede traer inconvenientes", opina Rossi.

"Pese a que hay tantos pesos dando vueltas para muchas personas, y en particular las empresas, no es tan fácil entrar y salir de los mercados informales, ya que luego no se pueden justificar el origen de los dólares obtenidos", manifiesta Andrés Méndez, de AMF.

"Ahora todo es más complicado. Veníamos de décadas de poder comprar divisas en cualquier lado y en forma legal. Pero si siguen estas restricciones, el paralelo se va a popularizar aún mucho más", afirma el analista.

Respecto a las tasas de interés que se pagan por las colocaciones bancarias, Méndez apunta "que es evidente que el Gobierno tampoco quiere que suban tanto para evitar que las entidades luego encarezcan los créditos al consumo".

"Mientras se siga expandiendo la emisión monetaria y la oferta de dinero supere la demanda de la gente por tener pesos en sus bolsillos, parte de ese excedente seguirá yéndose al blue, éste subirá y los plazos fijos lucirán menos atractivos para los ahorristas", concluye Méndez.