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Sigue la retirada de empresas extranjeras: ahora Petrobras anunció su salida de Edesur

Es parte de su partida "políticamente correcta". La firma vendió acciones y esto se suma a lo sucedido con British Gas. Panorama sombrío, según analistas
31/01/2013 - 11:21hs
Sigue la retirada de empresas extranjeras: ahora Petrobras anunció su salida de Edesur

El sector de la energía en la Argentina da muestras cada vez más frecuentes sobre los profundos cambios y "convulsiones" que atraviesa.

Uno de ellos se hace poco tiempo, cuando Petrobras anunció que colgaba el cartelito de "se vende" a casi todos sus activos en el país, que incluyen:

•Una importante refinería en Bahía Blanca.

•Su participación accionaria -nada menos- que en Edesur (25%) y en Refinor (28%).

•Las estaciones de servicio que le quedan, tras haber transferido el resto al empresario local Cristóbal López.

Como parte de este retiro anunciado, este miércoles la firma hizo saber de su salida de la eléctrica Edesur, la segunda en tamaño a nivel nacional,que abastece a más de seis millones de clientes y tiene 32.500 kilómetros de cableado en la Capital y el Gran Buenos Aires.

Tras una década de haber desembarcado en Argentina, la empresa brasileña envió un comunicado a la Bolsa, informando que había llegado a un acuerdo con un grupo de empresas para desprenderse de "la totalidad de las acciones (...) por un monto de u$s35 millones".

Las compradoras son dos firmas que pertenecen a Sadesa, uno de los mayores grupos de generación eléctrica a nivel local. Se trata de Hidroeléctrica Piedra del Águila-en la que también participan la provincia de Neuquén y el Estado Nacional- y La Plata Cogeneración.

Esta incursión y cambio de manos también le abre la puerta de la distribuidora al Estado y a la provincia de Neuquén, ya que tienen el 26% y el 13% respectivamente de las acciones de la hidroeléctrica.

Situación financiera exhausta

Los expertos del sector hacen referencia a una "retirada sigilosa" de Petrobras de la Argentina, para no levantar polvareda y ser "políticamente correcto".

Sin embargo, lo cierto es que aquellos años en los que la petrolera brasileña mostraba interés en apostar por el país quedaron atrás.

Pero el caso brasileño no es el único. Antes, el gigante British Gas (BG) había comunicado oficialmente la decisión de venderle a la nacionalizada YPF el 70% de su participación en Metrogas, la principal distribuidora porteña.

Para los analistas consultados por iProfesional.com se trató de "un rescate a través de la estatización encubierta de la firma".

Por cierto, esta decisión no los tomó por sorpresa. Era algo que "se veía venir", dada la complicada situación financiera que atravesaba la compañía, los cambios en las reglas de juego y la intervención oficial sobre el sector energético.

Para graficar en cifras el estado de Metrogas, vale decir que, a principios de noviembre la firma -que debió ser intervenida por el Gobierno Nacional en junio de 2010- comunicó que tuvo un quebranto operativo de $82 millones entre enero y septiembre.

Es decir, casi siete veces más que en el mismo lapso de 2011.

Por este abultado rojo en sus cuentas, la compañía había informado a fines de septiembre que se veía en la necesidad de dilatar los pagos de ciertas obligaciones comerciales, al no contar con los fondos suficientes, aduciendo que su delicada situación se debía a "la falta de una recomposición tarifaria desde hace más de doce años".

Claro está que esta problemática no sólo afecta a Metrogas. Una semana más tarde, a ese anuncio se sumó el de Edenor, que informó que sólo iba a pagar la mitad de las facturas que le envíe Cammesa, la empresa que se ocupa de administrar el mercado y de pagarle la electricidad a las compañías que la generan.

En realidad, Edenor siguió los pasos de Edesur que, meses antes, apenas pudo cancelar con esa administradora el 10% de la deuda y que también se vio obligada a dilatar el pago de sus compromisos.

Este panorama crítico también se extiende a las empresas encargadas de transportar el gas, que dieron muestras de su complicada situación y echaron culpas a la política oficial.

Es así como Transportadora de Gas del Norte (TGN) -intervenida por el Gobierno en 2008 tras declarar su default- anunció que iba a demandar al Estado Nacional por los daños ocasionados derivados de la política tarifaria.

En retirada

La vulnerabilidad que evidencia el sector energético en Argentina queda reflejada en la falta de inversiones y en la salida del país de empresas extranjeras.

Para los expertos el caso de British Gas y la eventual retirada de Petrobras de la Argentina no es otra cosa que la consecuencia de la falta de incentivos para que el sector invierta, el exceso de regulaciones e injerencia estatal y las malas políticas oficiales.

Este último punto incluye el haber mantenido "forzadamente" las tarifas congeladas desde 2003, pese al evidente incremento en sus costos -superior al 200%- y a la dificultad de acceso al mercado de crédito externo.

El mal clima para los capitales foráneos se hizo extensivo a toda la cadena energética, a punto tal que la salida de inversores va desde participantes en la extracción de hidrocarburos hasta la red de comercialización de naftas.

En ese sentido, durante los últimos años se sucedieron eventos tales como:

•La salida de la estatal venezolana PdVSA.

•La retirada de British Gas.

•El repliegue de Petrobras.

•El traspaso de las bocas de expendio de Esso a la firma local Bridas de Bulgheroni.

"Lo que ocurrió fue un avance de capitales nacionales cercanos al Gobierno, lo que evidencia que hubo una clara intencionalidad de reemplazar a ciertos inversionistas por otros", afirma a iProfesional.com Alieto Guadagni, ex secretario de Energía de la Nación.

Para el experto, "este camino es acorde con la intención del Estado de disimular que el país vive una emergencia tarifaria. El sector lleva años sin renegociar contratos. Y esto es motivo suficiente para que -con el crítico resultado actual- ninguna empresa extranjera tome la posta de la que decide irse de la Argentina".

La gran "fuga"

Guadani no oculta sus reparos sobre a la hora de calificar como preocupante y sombrío el cuadro de situación de la energía en el país.

En su escéptica visión, la estatización o el capitalismo de amigos en que se ha avanzado traerán consecuencias negativas.

"El Estado hace un tiempo que dejó de contar con superávit fiscal. Encima, con el bolsillo vacío, está asumiendo más obligaciones para sostener a empresas deficitarias", señala, en relación al momento en el que YPF debió salir a "tapar el hueco" que dejó la salida de British.

Mariano Lamothe, economista de la consultora Abeceb.com, también evalúa la salida de British Gas -a la que se sumaría Petrobras- como una muestra más del intento oficial "de hacer mayores esfuerzos para que los capitales sigan en la Argentina".

"Lo que sucedió dentro de Metrogas debe leerse considerando el contexto de lo sucedido con Aerolíneas, Aysa o Repsol. En cada uno de estos casos se apuntó a la intervención del Estado nacional, ya sea de forma directa o indirecta", comenta Lamothe a iProfesional.com.

"En la actividad de hidrocarburos se dio una mecánica bien clara. Por ejemplo, salió la brasileña Petrobras que fue reemplazada por el grupo Indalo, de Cristóbal López, a través de Oil. También se retiró la multinacional Esso, que le vendió todo a Bridas, también cercana al Gobierno. Esto, más allá de lo sucedido con Repsol, ahora en litigio con el país", señala Lamothe.

"Se construyó una estructura inestable, a base de tarifas congeladas y marcos regulatorios endebles. Ahora estamos en una etapa más complicada, la del quebranto o el retiro de empresas", agrega.

No obstante, según Lamothe, el principal inconveniente, es que "las empresas no dejan de perder plata". En consecuencia, afirma: "Esto recién empieza, habrá más compañías que irán complicándose".

Temor al apagón

El ex secretario de Energía Daniel Montamat estima que el sector energético necesita cada año inversiones por la friolera de u$s15.000 millones.

El experto señaló que ese monto no puede salir exclusivamente de las arcas públicas o del ahorro interno, sino que se requiere sí o sí de capitales internacionales, a contramano de lo que viene sucediendo.

"Eso nos obliga al desafío de repensar la política energética, porque con la actual no van a venir", destacaMontamat.

Consultado sobre si en las actuales condiciones Argentina corre el riesgo de un apagón energético, sentenció: "Absolutamente. Hay un problema serio, que se va agravando, porque nos hemos comido las reservas, fundamentalmente las de gas natural, que cayeron a la mitad".

"Con estas políticas populistas hemos transformado a la energía en un problema para el desarrollo económico y social del país", planteó.

Al respecto, remarcó que muchas de las trabas -como el cepo cambiario- están vinculadas con una factura cada vez más abultada que debe pagarse para comprar afuera lo que antes se generaba internamente.

¿Qué se puede prever para el futuro? "La actual tendencia se mantendrá. El sector energético está en default casi en su totalidad y ahora el Gobierno deberá evitar lo que podría ser un apagón", remarca un especialista consultado.

Sus dichos van en igual sentido que los del ex secretario de Energía, que afirma de manera contundente: "La actual situación es fruto de la irrealidad de haber creído que con precios ficticios íbamos a apuntalar la oferta energética y resolver los problemas del país".