• 24/11/2024

Tan lejos, tan cerca: la Argentina, Venezuela y un "dólar prohibido" que profundiza el desdoblamiento cambiario

Cada vez más, las medidas que adopta el Gobierno a través de la AFIP o el Banco Central se asemeja a las que estableció Hugo Chavez en Venezuela
14/09/2012 - 14:00hs
Tan lejos, tan cerca: la Argentina, Venezuela y un "dólar prohibido" que profundiza el desdoblamiento cambiario

El viaje de ida que inició el Gobierno a fines de octubre del año pasado, en plena euforia postelectoral, generó a lo largo del tiempo un mar de dudas y especulaciones sobre las formas o resquicios que ofrecían las sucesivas disposiciones para hacerse del denominado dólar oficial, aquél que en las pizarras de las desfallecientes casas de cambio cotizaba por encima de los cuatro pesos.

De a poco, estos interrogantes sobre el futuro de la política cambiaria comenzaron a disiparse para dejar paso a una certeza creciente: "Están cerrando todas las puertas del mercado cambiario y ya falta poco para que seamos Venezuela".

Este tipo de comentario se escucha tanto en las mesas de café como en las salas de reuniones de las más importantes empresas del país.

En tal sentido, la preocupación es creciente, pues quienes tienen la responsabilidad de dirigir empresas, diseñar planes de negocios o simplemente administrar su patrimonio, comienzan a reconocer que el acceso al mercado oficial ya parece una utopía y que la única forma de hacerse de divisas es a través del circuito del blue.

En tal sentido, ya es habitual que cada vez más los analistas apelen a la experiencia venezolana, como una manera de comprender y anticiparse sobre lo que eventualmente podría sobrevenir aquí.

"El país podría estar moviéndose en la dirección de Venezuela, un sistema caracterizado por tipos de cambio duales, que son una enorme fuente de ineficiencia económica", señala el banco Standard Chartered en un reciente informe sobre la Argentina.El avance de la AFIP

Los controles cambiarios forman parte inseparable de aquellos gobiernos para los cuales la intervención del Estado resulta fundamental para el manejo de las variables económicas.

La historia de América latina es rica en este sentido, aunque una gran mayoría de los casos está archivado en el cajón de los recuerdos, salvo en la Argentina y Venezuela donde rigen con toda intensidad.

Como si fuera una trampa del destino, en el lado opuesto se ubica Ecuador, que hace ya varios años renunció a la soberanía monetaria a partir de la dolarización lisa y llana de su economía, pese a la posición ideológica de su actual gobierno.

En el caso argentino, con el cepo cambiario que implementara la AFIP, se trató de frenar una fuga de capitales que en los meses previos había alcanzado cifras astronómicas.

En una primera instancia, se decía que las restricciones sólo afectaban a quienes no podían justificar sus ingresos. El tiempo demostró que no era así y la prohibición de adquirir divisas con fines de atesoramiento terminó siendo total.

Luego llegó el turno de las tarjetas, ya que su uso en el exterior había quedado como la única ventanilla para acceder al dólar oficial. Y así sobrevino el recargo del 15% para todas las compras realizadas fronteras afuera.

"En Venezuela hay permisos para utilizar la tarjeta de crédito para compras por Internet, en transacciones electrónicas, hasta u$s400 anuales", sostiene el profesor Gustavo Rojas, de la Universidad Andrés Bello de Caracas.

Al respecto, agrega que con esta modalidad "no es mucho lo que se puede adquirir. No se puede comprar una computadora, una tableta, etcétera".

Como si fuese poco, al recargo anunciado por la AFIP se sumó el anuncio del fisco sobre el cruce de datos entre las compras declaradas en la Aduana con la información aportada por las tarjetas de crédito, como una forma más aguda de controlar el ingreso de bienes al país.

Para los analistas consultados por iProfesional.com, este avance de la AFIP responde a un proceso de "chavización" de la economía.

En tal caso, conveniente repasar lo que sucede en ambos países, como una forma de conocer similitudes y diferencias y qué tan lejos está Argentina de Venezuela.

Los antecedentes del país caribeño

Venezuela no siempre fue como se la observa hoy día. También tuvo largos períodos en los que disfrutó de estabilidad de precios, tranquilidad cambiaria y el ahorro de la población se canalizaba en las entidades bancarias.

El lapso más prolongado duró cerca de 20 años y concluyó en febrero de 1983, cuando el gobierno se vio forzado a devaluar y decretar los controles de cambio, dando inicio a una crisis que aún hoy, 29 años después, no cesa.

Desde entonces el bolívar no ha dejado de debilitarse y, ante ello los venezolanos -al igual que ahora los argentinos- no saben lo que es contar con una moneda fuerte y persiguen masivamente al dólar, en sus diferentes colores y versiones, para protegerse.

Cabe apuntar que en aquel país el régimen que se aplica actualmente rige desde 2003 y, pese a su extensión en el tiempo -o quizás debido a ello- ha sido incapaz de proveer estabilidad al bolívar.

En aquel entonces, cuando Hugo Chávez lo puso en marcha, el tipo de cambio oficial se ubicaba en 1,6 bolívares por dólar. Hoy es de 4,30 para un sector de la economía y de 5,30 para el resto.

A pocas semanas de las próximas elecciones presidenciales, el "líder bolivariano" ha dejado bien en claro que, de continuar en el poder, el control sobre la divisa estadounidense será permanente.

De esta manera, sería coherente con lo anunciado el 20 de mayo de 2005, cuando le notificó a su país que ésta no era una medida transitoria. Todo lo contrario, lo consideró como una herramienta clave en la estrategia económica del gobierno."Seguirá habiendo control de cambios. No tengo previsto en el horizonte, ni cercano ni mediano, levantar la medida", dijo en 2005. Y justificó la decisión afirmando a viva voz que "la oligarquía venezolana se los lleva para colocarlos en los bancos del mundo".

En sentido opuesto, Miguel Angel Santos, quien forma parte del equipo del candidato opositor a la presidencia, Henrique Capriles, señaló que en un contexto de mayor confianza "se podrá concluir con los controles, lo que va a permitir recibir más inversiones internacionales, tal como actualmente ocurre en el resto de los países de América Latina".¿Cómo funciona el control?

El sistema que rige desde ese entonces centraliza la compraventa de billetes verdes, que es monitoreado por la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI), con un tipo de cambio establecido por el Banco Central de ese país (BCV).

Para poder adquirir divisas es necesario contar con una autorización previa de parte de la CADIVI, que se ocupa de administrar una base de usuarios y establece los requisitos que deben cumplir los que pretendan acceder al mercado.

De esta manera, quienes quieren comprar dólares deben inscribirse ante la Comisión y completar una "carpeta" con información, que varía según el destino de los fondos.

Para turismo, o para cancelar gastos efectuados en el exterior, se piden distintos tipos de documentación, tales como pasajes, tarjetas de crédito, detalles del viaje a efectuar, entre otras tantas cuestiones. Esto es similar a lo que ya ocurre hoy en Argentina.

Cabe destacar que, a tal efecto, se aplica una limitación por persona, de un máximo de u$s500 en efectivo por año y de u$s2.500 para el pago mediante tarjetas de crédito.

Como consecuencia de estas restricciones, desde su implementación convive un mercado paralelo, cuya brecha a partir de 2007 comenzó a agrandarse hasta tocar un máximo del 190% en 2009.

Cabe apuntar que en la actualidad, en el mercado "negro" el dólar cotiza alrededor de 12 bolívares por unidad, por lo que dicha brecha es del orden del 175%."Al igual que en la Argentina, allá también empresas y particulares se sumaban a mecanismos alternativos para hacerse de divisas. Si bien estaba prohibido el libre cambio de bolívares por dólares, nada impedía la adquisición de activos financieros en moneda local y su posterior reventa en el extranjero", explica Andrés Méndez, de AMF Economía.

"Esta operación es similar a nuestro contado con liqui, o también llamado dólar fuga", agrega el experto.Para evitar esta triangulación, el gobierno de Chávez tomó otra decisión trascendente: prohibir el funcionamiento de las casas de cambio.

"A mediados de 2010, el Poder Ejecutivo venezolano intervino y cerró varias de ellas que actuaban como traders en dicha operatoria. Y creó el Sistema de Transacciones en Moneda Extranjera -SITME-, que replicó el mecanismo del´dólar permuta´, pero a un tipo de cambio fijado por las autoridades", comenta el titular de AMF.

El objetivo de la medida fue, según la visión oficial, desarticular el mercado paralelo, a la vez que prohibió la publicación de esa cotización en los medios.

Al respecto, Bello sostiene que "decir públicamente cuál es la brecha de la cotización de una divisa en ambos mercados provocaría una pena judicial".

Pero, como suele ocurrir en estos casos, aparecieron formas alternativas para conocer esos datos. Son varias las páginas en Internet que los reflejan en tiempo real, bajo el nombre de lechuga verde.

Sin mencionar el término dólar, toma como referencia al "precio de la verdura", ya sea en el mercado de contado como para la transferencia.

Cabe apuntar que las empresas y particulares utilizan a las entidades financieras como intermediarias ante el SITME, a fin de comprar bonos en divisas en el Banco Central que luego revenden en el exterior para hacerse de dólares al tipo de cambio de 5,40 bolívares. Es decir, 26% por encima del oficial.

"Como en todo mecanismo controlado, la oferta de títulos negociables del SITME es muy limitada, sólo el 30% o 35% de la demanda de dólares", señala Asdrúbal Oliveros, presidente de la consultora Ecoanalítica de Caracas.

"Es por eso que surgieron grandes obstáculos y un mercado negro paralelo al sistema controlado por el Banco Central", explica.Similitudes y diferencias

Argentina entró en un modelo estructural de brecha cambiaria".

Para llegar al cuadro de situación actual el Gobierno argentino debió transitar un camino más complicado que su par venezolano, ya que en este caso la mayor parte de su ingreso de billetes estadounidenses provienen de PDVSA. Entonces la liquidación de divisas está asegurada, porque es a través de una firma estatal.

Esto marca una diferencia con la Argentina, pues aquí el sector privado, que está atomizado, trata de evitar los controles. Por ende, el Gobierno debe poner más restricciones.

Desde la consultora dirigida por Carlos Melconian y Rodolfo Santángelo, agregan: "La historia de ambos países muestra que estos son modelos en los cuales, con el paso de tiempo, la diferencia entre cotizaciones tiende a ampliarse".

"Hasta no hace tiempo las restricciones que aplicaba el gobierno de Chavez eran mucho más severas que las vigentes en Argentina. Ahora se han reducido las diferencias", sostiene Agustín Cramo, experto en mercados internacionales.

"Acá nos asustamos porque la brecha rozó el 40%, pero en Venezuela entre el oficial y el paralelo es enorme porque lleva muchos años con esa restricción y no hay medidas de fondo", agrega.

Por ende, se estima que el gap en la Argentina tenderá a aumentar, salvo que se devalúe un poco más rápido o se abra el grifo para la salida de dólares.

En cuanto a lo que puede suceder de aquí en más, tomar como referencia al nuevo integrante del Mercosur no deja de ser un ejercicio preocupante.