Afirman que la nueva restricción oficial es el "principio del fin" de las casas de cambio
El frente de tormenta que se veía a lo lejos sobre el horizonte comenzó a tomar cada vez mayor fuerza y, en las últimas horas, se convirtió en un gran vendaval que está azotando a la city porteña. En particular, en la zona en la que se concentran la mayoría de las casas de cambio.
Las condiciones que generaron este temporal, de final incierto, empezaron a gestarse a fines de octubre pasado, pero alcanzaron su punto máximo esta semana.
Todo se inició con el cepo cambiario -impuesto días después de las elecciones presidenciales-, se profundizó con las medidas que "lo fueron perfeccionando" y alcanzó uno de sus puntos de mayor ebullición al conocerse que sólo se podrán comprar divisas para turismo si los fondos se debitan de una cuenta bancaria, con tarjeta de crédito, o mediante transferencias.
Es decir, quedó "vedado" el uso de cash para adquirir billetes verdes.
De esta forma, según fuentes del sector, a través de la comunicación "A 5318" del Banco Central se ha decretado el "principio del fin" de las casas de cambio. Cabe apuntar que dicha norma expresa en su apartado 3.11 que:
"Las ventas a residentes en concepto de servicios y rentas deben ser realizadas con cheque propio del cliente o con débito a la cuenta a la vista del cliente en una entidad financiera local, por alguna de las modalidades de medios de pago vigentes".
Desde la Cámara Argentina de Casas y Agencias de Cambio (Cadecac), que fue la encargada de trasmitir esta información a sus representados, consideran que la medida es un "golpe mortal" para el rubro que se ve cada vez más imposibilitado para seguir adelante.
El motivo es sencillo: éstas no intervienen en el proceso de bancarización de la economía, por lo que la compra venta de divisas pasará a estar exclusivamente en manos de los bancos. La respuesta del blueEste avance sobre la actividad tuvo su respuesta inmediata en la cotización del dólar blue, que el miércoles había rozado los $6 y este jueves avanzó con fuerza hasta los 6,10 pesos, tomando así una distancia del 34% con el oficial.
Para un reconocido operador que encabeza la mesa de cambio de un banco del interior con fuerte presencia, "la disparada del paralelo tiene varias lecturas: por un lado, el fracaso de la política cambiaria de Moreno y, por otro, el quiebre de un mercado que a partir de ahora dejará de tener fluidez".
"Por el otro, es el fin de la tregua que rigió durante varias ruedas, que hizo que se mantuviera por debajo de los $6 establecidos como techo", agregó."A partir de ahora, es previsible que proliferen aún más las cuevas y el precio dependerá de quien lo imponga. Si te gusta comprás y si no, vas a ir a otro lado", sostuvo el ejecutivo que prefirió opinar off the record por temor a represalias.
"La trepada del marginal es la respuesta del mercado a una decisión que prácticamente extiende la partida de defunción de las casas de cambio", coincidió en señalar Agustín Cramo.
"Quienes comparan en forma permanente la actual situación con lo ocurrido en 2001, encuentran una palabra común: bancarización", agregó Cramo.
"Recordemos que unos días antes del corralito, Domingo Cavallo había establecido la bancarización forzosa para todo tipo de operaciones. Ahora, la Presidenta del Banco Central recurrió a esa figura para establecer un cerco adicional a la compra de dólares", concluyó el experto.
En este escenario, algunos analistas comparan la situación actual con la vigente en Venezuela, donde la actividad de este sector fue prohibida, como también la difusión de la cotización del dólar marginal (ver nota: "Corralito al dólar: cómo funciona en el país de Chávez y cuán lejos está Argentina de Venenzuela")Crece el temor a desaparecer
Los ejecutivos de las casas de cambio afirman que la nueva reglamentación constituye un "golpe mortal" para la actividad, ya que casi elimina cualquier posible operación.
Es por eso que este miércoles reiteraron la necesidad de que, al menos, les permitan intervenir en transacciones vinculadas con el comercio exterior.
Ante un futuro que no pinta auspicioso, los empresarios toman como referencia el pasado inmediato. Según datos del propio Banco Central, en el primer trimestre del año las operaciones se derrumbaron un 60% frente al mismo lapso de 2011.
De acuerdo con las informaciones de la entidad, en el primer trimestre, las 140 casas autorizadas para comercializar moneda extranjera hicieron ventas por apenas u$s22 millones.
Respecto al primer trimestre de 2010, el derrumbe fue de casi del 85 por ciento.
Pero en algunas casas la parálisis fue casi total, lo que deja "contra las cuerdas" la continuidad de un sector que da empleo a 3.200 personas.
El problema es que a estos negocios les es impedido realizar otra actividad que no sea el cambio de moneda. Y son tantas las exigencias administrativas y tecnológicas que, con el actual nivel de operaciones, no se pueden sostener.
Según datos de mercado, un tercio de las firmas ya registran pérdidas en sus balances, por lo que funcionarios del Banco Central adelantaron que están en estudio algunas alternativas. De lo contrario deberán cerrar sus puertas.
El gerente general de una importante casa, con sucursales en diversas ciudades del interior del país, le transmitió a iProfesional.com su preocupación: "Ya no se puede seguir. Cada vez nos imponen más medidas que restringen la actividad".
"Ahora vamos a poner algunos Posnet para hacer algo con tarjeta, pero eso no va a evitar que tengamos que suspender o despedir personal. Desde hace tres meses tenemos 20 personas que no hacen nada", señaló la fuente.
Y agregó: "Con todo esto, vamos a un achique fenomenal de la actividad".
Camilo Tiscornia, socio de T&C Asesores, sostuvo que "las casas de cambio que solo se dedican a ese negocio están más que complicadas", al tiempo que remarcó que "esta última medida reduce el volumen de operaciones y esa demanda se va a trasladar al mercado paralelo".Los problemas de fondo
Para los economistas, las consecuencias de las restricciones a la compra de divisas serán difíciles de revertir. Y remarcan que el trasfondo de la demanda de dólares es la falta de credibilidad en el peso y la creciente inflación.
"Creo que de esto no se vuelve sin tener un programa económico claro y sin el sinceramiento de las variables económicas", señaló Jorge Todesca, director de Finsoport.
Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central explicó que "lo preocupante es que la gente no sabe dónde está parada y va conociendo nuevas medidas cada semana que le dicen qué puede hacer y qué no con sus ingresos".
Para el economista, la falta de dólares en las arcas del gobierno es el resultado del déficit en la cuenta corriente por la importación de combustibles, la fuerte fuga de capitales y la falta de inversiones directas.