• 22/11/2024

Riqueza argentina, en otras manos: diez empresas extranjeras ya controlan la materia prima del futuro

El  control de las reservas de litio, el “petróleo que viene”, muestra el total predominio de capitales foráneos. ¿Cómo es la avanzada?
08/01/2012 - 10:17hs
Riqueza argentina, en otras manos: diez empresas extranjeras ya controlan la materia prima del futuro

La avanzada sobre el litio, un mineral estratégico para el desarrollo de componentes electrónicos, se profundiza de manera tan rápida como silenciosa. Esta es la conclusión a la que arribó iProfesional.com y de la que viene dando cuenta hace ya dos años, cuando tras un pormenorizado relevamiento constató que la extracción a gran escala de oro, plata, cobre, e incluso uranio, corre por cuenta de compañías de capital estrictamente extranjero.

Grupos económicos de países como Canadá, Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña o Suiza, por citar algunos casos, controlan en el país la explotación de los minerales que más cotizan hoy en el mercado internacional.

Bajo La Alumbrera, Veladero, Pachón, Pascua Lama, Fiambalá, son algunas de las denominaciones de yacimientos que, en concreto, de locales sólo tienen el nombre y su posición geográfica.

Pero este escenario, que analistas y funcionarios políticos señalan como preocupante, adopta un tono más oscuro cuando se pone la mira en recursos presentes en abundancia en suelo argentino y que, se sabe, serán vitales para el desarrollo industrial durante las próximas décadas.

En ese aspecto, también se está dando una evolución similar a la que actualmente presenta la extracción de metales preciosos.

En los últimos dos años, capitales foráneos comenzaron a realizar inversiones y a tomar posiciones en zonas específicas dotadas de un elemento vital: el litio.

Distribuido en los salares de provincias como Salta, Jujuy y Catamarca, y extraído mediante técnicas de evaporación, este metal de naturaleza reactiva y versátil se ha convertido en el imán que mayor cantidad de inversiones está atrayendo en el mundo. Su secreto: es el material más dúctil y rendidor para la fabricación de baterías.

La profunda inclinación que muestran las automotrices por la producción, cada vez a mayor escala de vehículos híbridos, sumado a la demanda que proviene del sector de la electrónica, es lo que permite anticipar la explosión del negocio del litio en el mediano plazo.

Hoy la Argentina aparece como el tercer productor mundial, pero tiene potencial para transformarse en el primero, de este mineral que muchos expertos denominan la "commodity del futuro".

El aspecto polémico tiene relación directa con el origen de las compañías que hoy tienen en sus manos prácticamente la totalidad de los reservorios de litio comprobados en la Argentina.

Así, y según pudo corroborar iProfesional.com, un grupo de apenas 10 empresas se reparte la totalidad de las áreas ricas de este valioso metal. De ese grupo ¿cuántas son netamente argentinas? La respuesta sorprende: ninguna.

Ventaja extranjera

El Noroeste Argentino (NOA) concentró, sólo en los últimos dos años, inversiones en exploración por más de 100 millones de dólares. Según fuentes del sector, la riqueza que esconden los salares locales superaría con comodidad los 260.000 millones de dólares.

Una idea del tenor de la riqueza argentina en ese metal: junto a Chile y Bolivia reúnen el 90% de las reservas totales del planeta.

La mayor concentración se encuentra en el Salar de Uyuni, en suelo boliviano, donde se calcula que las reservas de este mineral están valuadas en 515.000 millones de dólares.

"En un futuro cercano y con una producción plena, Bolivia, Argentina y Chile van a manejar el mercado del litio", indicó Rodolfo Tecchi, director de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia argentino.

Ante tal presunción, y a partir de una serie de consultas elevadas a voceros de cámaras mineras provinciales, iProfesional.com comprobó que las principales zonas hoy se encuentran bajo el control de empresas foráneas.

Y lo que resulta más relevante aún: varias mineras poseen vínculos directos con gigantes automotrices, interesadas en hacerse del insumo dado el declive que, se sabe, mostrará la disponibilidad de petróleo en los próximos años y su reemplazo por acumuladores eléctricos.

"La importancia estratégica que la producción de litio recuperó al encontrar aplicaciones energéticas tiene una potencialidad que permite estimar el crecimiento de la demanda mundial a un ritmo sostenido de entre 7 y 9% anual", declaró hace un tiempo Daniel Chávez Díaz, dirigente de la Unión Industrial Salteña y ejecutivo de Minera del Altiplano.

Por estos días, el "mapa" de la búsqueda y explotación en la Argentina es el siguiente:

Salar del Rincón, en la provincia de Salta. El yacimiento está bajo el control de Ady Resources, una firma australiana.

Salar de Olaroz, en Jujuy. Pertenece a la australiana Orocobre, que posee un acuerdo con la asiática Toyota mediante el cual se compromete a proveerle litio argentino para el desarrollo de baterías orientadas a autos eléctricos.

También en Salar de Olaroz opera Minera Exar, una firma controlada por la autopartista canadiense Magna y la japonesa Mitsubishi.

Salar del Hombre Muerto, en el límite entre Catamarca y Salta. Operado por la canadiense Lithium One.

Salar de Diablillos, también en Salta. Bajo el control de Rodinia Lithium, una empresa de capitales canadienses.

Salares Incahuasi, Pocitos y Arizano, provincia de Salta. Opera la ya mencionada Minera Exar, vinculada con Magna y Mitsubishi.

Salar Centenario, en Salta. Cuenta con exploración a cargo de Bolera Minera, una compañía controlada por la francesa Bolloré y vinculada a Pininfarina.

Salar Chancarí, en la provincia de Jujuy. Con habilitación para Bolera Minera en lo que hace a búsqueda y extracción de litio.

Salinas Grandes, una superficie compartida por las provincias de Salta y Jujuy. Bajo el dominio de South American Salars, firma perteneciente a la australiana Orocobre, y Bolera Minera.

Salar de Uyuni, en Salta. Explotación a cargo de Minera del Altiplano, subsidiaria de la estadounidense FMC.

Salar de Pozuelos, también en territorio salteño. Habilitación para búsqueda y explotación extendida a Ekeko, una empresa vinculada con capitales coreanos.

Salar de Llullaillaco, provincia de Salta. El rastreo y potencial extracción de litio en la zona está en poder de Minera Solitario Argentina, firma subsidiaria de la canadiense TNR Gold.

Al momento de evaluar este indiscutido predominio de capitales foráneos en la explotación del llamado "petróleo del futuro", Facundo Huidobro, titular de la Cámara Minera de Salta, sostuvo que "el movimiento responde a la forma natural en que se da la extracción de minerales alrededor del mundo".

"Es muy sencillo: plantearlo en términos de capitales nacionales, únicamente implicaría contar con una espalda económica que las empresas locales no tienen. Por supuesto que hay intentos por posicionar firmas argentinas en el tema del litio, como es el caso de Patagonia Gold, pero la realidad es que el financiamiento para el sector es pobre y por supervivencia siempre se busca la asociación con alguien fuerte en el exterior", explicó a iProfesional.com.

Para Huidobro, la clave está en desarrollar políticas que le aseguren a la Argentina un rol protagónico dentro de la provisión mundial de litio antes de que finalice la década actual.

"Jujuy, por ejemplo, declaró estratégico el recurso. Es una postura que quizá no se comparte en el resto de los territorios que poseen el metal. Mantener la extracción de salares a bajo costo puede ser una herramienta para mantener a la Argentina como líder a nivel mundial. Otro recurso es no imponer restricciones al capital extranjero. Chile lo está haciendo, y eso nos da una ventaja", aseguró.

Por qué es importante el litio

El litio será el "mineral estrella" de la próxima década, dado que es el material con que se hacen las baterías que dan energía a aparatos tan diversos como las notebooks y los automóviles eléctricos.

Salta y Jujuy, en sus salares, son algunos de los territorios más prolíficos en este mineral dentro de la Argentina.

La demanda de litio, el metal más ligero en la tabla periódica, para producir baterías de autos eléctricos movió 32 millones de dólares en 2009, pero de cara a 2020 podría llegar a los u$s74.100 millones, según cálculos de la consultora A.T. Kearney.

Por lo pronto, según la consultora Pricewaterhouse Coopers, en 2012 las grandes terminales automotrices del mundo lanzarán al mercado 42 nuevos modelos de autos eléctricos.

Eso significa que usarán -en combinación con combustibles fósiles- baterías de iones de litio para dar energía a sus motores.

Los principales desarrolladores de la tecnología utilizada por los vehículos eléctricos son asiáticos, fundamentalmente de Corea y de Japón.

A nivel industrial, el aprovechamiento del litio que se extrae se divide de esta forma:

El 29% se destina a la fabricación de baterías para automóviles y productos electrónicos de consumo masivo.

• El 20% está dirigido a la producción de aluminios.

Otro 20% se utiliza en la confección de vidrios y cerámicas.

• Un 13% es volcado a la fabricación de lubricantes.

Otro 18% se destina a múltiples industrias.

Dado que Argentina, Bolivia y Chile controlan casi la totalidad de las reservas mundiales del mineral, recientemente trascendió que las tres naciones podrían configurar una organización similar a la que nuclea a los países productores de petróleo, con capacidad de tomar medidas que incidan, a futuro, en la regulación de precios de este metal.

La posibilidad ya está siendo evaluada a nivel interno tanto en el ámbito local como en Bolivia. A nivel local, Tecchi, de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, no tuvo reparos en afirmar que "en un futuro cercano y con una producción plena, los tres países podrían hacer una suerte de Organización de Países Productores".

Hoy por hoy, las dos mayores empresas productoras de litio del mundo son Qinghau Salt y Sociedad Química y Minera de Chile. La primera es de origen chino, mientras que la segunda, como su nombre lo indica, pertenece a capitales trasandinos.