Aquí están los prototipos de autos que quieren ser "100% argentinos": ¿Una realidad cercana o sueño imposible?
Frente al incesante crecimiento de las importaciones y al abultado déficit comercial en el sector automotriz, el Ejecutivo reunió a empresarios locales para exigirles un auto barato y de fabricación 100% nacional.
Los industriales, lejos de entusiasmarse, aseguraron que la Argentina estaba imposibilitada de producir un vehículo cuya totalidad de componentes tuvieran sello local.
Sin embargo, frente a esta negativa, en lugar de cajonear el proyecto, el Gobierno puso primera y avanzó en el sueño de dar a luz el primer vehículo auténticamente argentino y a un precio accesible.
Esta historia, que es real, bien podría haberse desarrollado en la actualidad, especialmente en momentos en que la administración kirchnerista intenta acotar las importaciones para garantizar más dólares en la plaza local.
Sin embargo, ocurrió hace casi 60 años, cuando el presidente era Juan Domingo Perón.
En ese entonces, utilizando las instalaciones y el capital técnico y humano de la empresa estatal Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), el Gobierno peronista comenzó a alumbrar una serie de autos de manufactura nacional, exhibiendo con orgullo el sello "100% argentino".
Entre los hitos figura el mítico Justicialista -del que se hicieron deportivos, camionetas y sedanes-, la histórica Rastrojero -una pickup preparada para llevar una tonelada de peso- y otros vehículos como la Rural R63 y el ómnibus Savien.
Sin embargo, en sintonía con los altibajos de la economía doméstica y tras los sucesivos cambios en la política económica, la industria automotriz sufrió una serie de transformaciones que llevaron a que hoy, si bien se están batiendo récords de producción de automóviles, el componente genuinamente nacional, en realidad, sea muy bajo.
Frente a este escenario, a lo largo de la era kirchnerista, una y otra vez se intentó reflotar el sueño de tener un vehículo 100% con ADN argentino.
El objetivo oficial cerraba por todos los ángulos: un auto con sello local implicaría darle un mayor impulso al empleo, sustituir importaciones, reducir la demanda de dólares y, además, contar con un símbolo concreto del poderío de la industria local.
Así, durante los últimos años fueron varios los empresarios que se sumaron a esta ambiciosa carrera.
Y algunos de ellos, incluso, aseguraron haber dado con la fórmula ideal para poder dar a luz un auto que reuniera todas las características soñadas por el Gobierno: que sea barato, de buena calidad y completamente nacional.
De este modo, constantemente se fue reflotando la posibilidad de que la Argentina pudiera tener su propio "Tata Nano", el famoso vehículo desarrollado en la India y considerado el más barato del mundo.
Sin embargo, luego de la expectativa generada a partir de cada anuncio, en general siempre terminó reinando la desilusión: en el mejor de los casos, los proyectos en cuestión en realidad son buggies o cuatriciclos "disfrazados" de autos. O se trata de iniciativas atractivas en lo estético pero con muchas dudas en cuanto a su implementación.
En este contexto, Maximiliano Scarlan, economista de la consultora Abeceb y experto en el mercado automotriz, aseguró que "hoy fabricar en la Argentina un auto económico y 100% nacional es muy difícil".
El analista agregó que "en los últimos diez años hubo numerosos intentos para llevar adelante proyectos de este tipo, pero en general fueron naufragando. En muchos casos son impulsados por pequeñas o medianas empresas cuando, en realidad, iniciativas de esta envergadura requieren de una producción a gran escala que sólo pueden llevar adelante las grandes compañías".
Los casos más resonantes
• El Nach 1
La empresa nacional ArqBravo viene trabajando desde hace años en diferentes proyectos. Uno de los más conocidos es el Nach 1, un prototipo del cual se fabricaron algunas unidades y cuyo costo asciende a... unos u$s25.000.
Sin embargo, no fue concebido como un vehículo familiar ni mucho menos: su aspecto y su comportamiento es el de un auto deportivo/recreativo, tal como se puede observar en la siguiente imagen tomada por Autoblog:
Dos puntos a destacar: por el momento, no está homologado para circular por rutas nacionales ni provinciales y el motor con el que está equipado -de la marca Fiat-, tiene un alto contenido de componentes importados, con lo cual, no cumpliría con el objetivo de que sea 100% local.
Respecto a este último punto, Julio Cordero, presidente de Grupo PROA, una de las principales cámaras autopartistas del país, explicó a iProfesional.com que "en la Argentina ya no se fabrican motores. En el mejor de los casos, se importa la mayoría de las partes y se ensambla en el país con algunos componentes producidos localmente".
• El "auto" de Zanella
La empresa comandada por el suizo Walter Steiner, había anunciado el año pasado la idea de sacar un "autito" -como lo definió el propio empresario- barato y nacional.
Sin embargo, recientemente desde la empresa reconocieron que el proyecto está cajoneado ante las dificultades para obtener los certificados necesarios para que pueda circular por calles y rutas argentinas.
Los problemas para obtener la homologación se debieron a las exigencias en materia de seguridad, que chocaban frente a la configuración del vehículo. En la siguiente imagen de Autoblog, el prototipo durante una prueba de manejo y sin su carrocería:
En un inicio, la idea de Zanella era comercializar unas 150 unidades por mes a un precio de alrededor de u$s5.000.
Sin embargo, el proyecto -que finalmente naufragó- no era más que un ciclomotor "disfrazado" de vehículo, dado que iba a estar equipado con un motor de cuatro marchas y transmisión por cadena. Igualmente, aspiraban a que desarrolle una velocidad "digna", de unos 100 km/h.
Recientemente el propio Steiner adelantó que si bien abandonaron este proyecto, se vendrá otro "autito" de la mano de un socio chino.
Sin embargo, el mismo también estará bastante lejos del sueño de un vehículo familiar nacional: tendría tres ruedas y sería más apto para realizar tareas de delivery que para transportar a cuatro personas.
• Paneus, el auto bonaerenseSe trata del proyecto de la fundidora Titania, ubicada en la localidad bonaerense de Campana. Este vehículo es una realidad: el mismo corrió en el Dakar y llegó a completar tres etapas.
Además, siempre contó con el visto bueno oficial: por la fábrica circuló desde el gobernador Daniel Scioli hasta el ex presidente Néstor Kirchner.
Sin embargo, en este caso tampoco se podría hablar de un vehículo tradicional y apropiado para circular por las calles argentinas: el prototipo es una 4x4 del tipo "off road extremo" de aspecto más bien rústico que se vendería con fines recreativos o para realizar trabajos en zonas de complicado acceso.
Además, por el momento, el prototipo está lejos de ser 100% nacional dado que, según información brindada en la página oficial, está equipado con un motor Renault 2.2 litros, cuyos componentes, en gran medida, son importados.
Por otra parte, un dato llamativo es que el mismo cuenta con algunas autopartes de vehículos convencionales, como las ópticas del Peugeot 206 o la luneta trasera del Chevrolet Corsa.
• Sacha
Es un concept car que están desarrollando ingenieros del INTI.
Sin embargo, en este caso, tampoco se tratará de un vehículo que pueda competirle a un sedán 4 puertas o a una camioneta que brinde las mínimas comodidades: será más bien una pickup rural económica fabricada con una estructura tubular, tal como se puede observar en la siguiente imagen:
Esta unidad -que tendrá "aires de Rastrojero"-, fue pensada principalmente para desarrollar tareas rurales.
De hecho, desde la propia entidad reconocieron que este vehículo "no se puede pensar como algo para el mercado. Es una herramienta práctica y robusta".
• A!PA
Es el nuevo proyecto de la empresa ArqBravo (los mismos del Nach 1) y el único que apunta a lograr un auto más apropiado para el gusto tradicional de los argentinos.
El prototipo -una maqueta maciza en tamaño real que fue presentada en sociedad a fines de 2010-, revela que se trata de un crossover, de características similares a una Ford EcoSport.
A continuación, la maqueta que fuera exhibida meses atrás en Automechanika y reproducida por Autoblog:
Si bien la idea es que se fabrique en el país, este vehículo no cumplirá con la premisa de ser "100% argentino". Para empezar, el plan es que esté equipado con un motor Fiat Fire 1.6 en el cual gran parte de sus componentes son importados.
Incluso el propio proyecto establece que, en una primera etapa, sólo la mitad de las piezas utilizadas estarán fabricadas en el país.
En cambio, sí apunta a convertirse en una alternativa relativamente económica, ya que el objetivo es que se comercialice a unos u$s10.000.
La iniciativa del A!PA -cuyas siglas significan Auto Popular Argentino- tentó a diversos funcionarios del Gobierno. Se rumorea que el propio diputado nacional Carlos Kunkel convenció al intentendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, de darle un espacio en su municipio a la empresa para levantar una fábrica.
Incluso, los representantes de la compañía le acercaron el proyecto a la ministra de Industria, Débora Giorgi, y al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Los responsables de la iniciativa aseguran que antes de que termine 2011 se pondrá la piedra fundamental de la planta de la cual saldrán los primeros A!PA, que estarían a la venta a fines de 2012 o principios de 2013.
Según informaron desde la compañía, la financiación se apalancaría en el Fondo del Bicentenario.
Un sueño difícil de cumplir
Para Scarlan, todas estas iniciativas que buscan autos baratos con alto contenido local chocan con dos problemas.
En primer lugar, según el experto, "el autopartismo nacional está lejos de poder fabricar todos los componentes de un vehículo en la Argentina".
"Incluso, hay partes y piezas que ni siquiera se producen en la región, sino que están limitadas únicamente a los grandes centros de desarrollo tecnológico, como Estados Unidos, Europa o Asia", explicó el analista.
"En nuestro país se pueden fabricar piezas estampadas, paragolpes, neumáticos, llantas y parabrisas, entre otros componentes. Pero en el otro extremo, hay toda una serie de productos que son muy difíciles de nacionalizar porque requieren mucha tecnología, como los sistemas de inyección de los motores, airbags o frenos ABS", recalcó Scarlan.
Por otra parte, el experto de Abeceb aseguró que lograr además que un proyecto de este tipo llegue al consumidor a bajo precio es muy difícil por el problema de la escala: "Para tener un auto barato se necesitaría una gran estructura para bajar costos", disparó.
En la misma línea, Cordero aseguró que donde hay grandes problemas para sustituir tecnología importada es en los motores, que pueden representar más del 30% del costo final de un vehículo.
Es decir que si la industria local no logra desarrollar un motor nacional, la tercera parte del valor de cada unidad nunca llevará sello argentino.
"El principal problema es la escala: para tener una fábrica que desarrolle motores 100% locales y que justifique una fuerte inversión, hay que pensar en más de 100.000 unidades anuales", disparó Cordero.
Así, el sueño oficial de tener un auto barato, nacional y que pueda llevar cómodamente a una familia, por ahora descansa en bocetos y diseños que requerirán de grandes esfuerzos para llegar a convertirse en realidad.