Pese a estar prohibido, ofrecen descuentos por pago en efectivo
Jugueterías que ofrecen bonificaciones del 10% por pagos en "cash", restaurantes que descuentan 30% al que pague en efectivo al mediodía... los comercios tratan de tentar a sus clientes con interesantes beneficios para que eviten pagar con algún medio electrónico.
En todos los casos, lo que el cliente común puede no saber es que el comercio está infringiendo la ley.
De acuerdo con la ley de tarjetas de crédito (20.065), un proveedor no puede discriminar el precio de venta según se pague de contado o con plástico.
"Ante el desconocimiento del consumidor, se producen todo tipo de irregularidades. El precio al contado debe ser el mismo que con cualquier tarjeta", explica Susana Andrada, directora del Centro de Educación al Consumidor al diario La Nación.
"Esto significa que ese precio que cobran en efectivo una vez aplicado el descuento es el que deberían cobrarle al consumidor también con tarjeta de crédito o débito, pero como la gente no sabe, no reclama", dice Andrada.
Según el matutino, las tarjetas de crédito les cobran a los comercios 3% de comisión por cada compra, por lo que si un objeto se vende a $ 100, al vendedor finalmente le quedan $ 97.
Además demoran 18 días hábiles para reintegrarle al comercio el dinero de todas las ventas hechas con tarjeta de crédito y 48 horas con las de débito.
Sin embargo, desde el lado de los bancos argumentan que el costo de operar con tarjeta de 3% es bastante más bajo que el recorte que ofrecen los comerciantes en las operaciones al contado, que va desde el 10 al 30%, con lo cual en muchas situaciones, en realidad, lo que sucede es que el vendedor encubre una venta no declarada.
De ser denunciados ante las emisoras de plásticos, los comercios que discriminan medios de pago pueden ser desafiliados de la red de tarjetas con las que operan.
Desde el punto de vista del consumidor, en tanto, Andrada aconseja a los clientes reclamar ante el propio comercio y hacer valer los derechos a la hora de efectuar una compra. Y, en el supuesto caso de que no le acepten su reclamo, tratar de conseguir que el comercio marque la diferencia entre precio de contado y con tarjeta.
"La persona tiene que quedarse con el ticket y con la factura que no coincide. Ahí hay una prueba fehaciente, porque en un organismo de defensa del consumidor se tiene que hacer la denuncia con pruebas", alerta Andrada.