Brasil aprueba la venta de Vivo a Telefónica pero impone condiciones
La Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) de Brasil aprobó la venta de la operadora móvil Vivo a Telefónica, que se produjo hace dos meses, y estableció varias metas para la expansión de su servicio como condicionantes a la operación.
Vivo tendrá que extender su cobertura telefónica a 35 municipios que no tienen servicio, 16 de ellos hasta marzo y los 19 restantes hasta diciembre de 2011, según un comunicado difundido por la Anatel.
La compañía deberá ofrecer también cobertura de la tecnología de tercera generación (3G) hasta diciembre de 2012 en el área urbana de 83 municipios además de los 2.832 que ya contemplaba su plan de ampliación de servicios anunciado en julio.
La tercera condición es la cesión de su red de fibra óptica a la red de educación pública para la conexión de las universidades públicas en el estado de Sao Paulo, donde tiene su sede la compañía.
El cumplimiento de estas condiciones es obligatorio y, si no se hace, la Anatel puede aplicar multas o incluso, determinar la anulación de la compra de Vivo por parte de Telefónica.
En una operación valorada en 7.500 millones de euros, la empresa española compró el pasado 28 de julio a Portugal Telecom su participación en la operadora móvil, que ascendía al 30%.
Con esa operación, Telefónica pasó a controlar el 60% de Vivo, que es la líder del mercado de celulares de Brasil, donde tiene cerca de 56 millones de clientes.
De forma paralela a este negocio, Portugal Telecom anunció una asociación estratégica con la compañía brasileña Oi, de la que compró el 22,38%, para mantener su presencia en el mercado del país sudamericano.
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