La historia de Helados Daniel arrancó en 1978 en un pequeño local de Victoria en la zona norte del Gran Buenos Aires con los ahorros que Daniel Paradiso recibió de su padre carpintero. Poco tiempo después, Paradiso mezcló dulce de leche repostero con helado de dulce de leche y se consagró como el inventor del Súper Dulce de Leche. Cuarenta y cinco años después, con sus hijas María Sol y Florencia al frente del negocio, aquella heladería de barrio se convirtió en una pyme familiar con un planta en Garín desde donde se elabora 1 millón y medio de kilos de helado por año para su cadena de 6 locales propios, 75 franquicias.

Para fines de 2024 esperan, además, llegar a las 90 franquicias; dos ya están en proceso de apertura.Pero franquiciar no fue una estrategia craneada y plasmada en un plan de negocios, por el contrario fue pura intuición e incluso emoción y generosidad.

Paradiso había aprendido a elaborar helados trabajando los veranos en Helados Roberto y fue justamente Roberto, el dueño de esa heladería de barrio quien lo ayudó y apoyó cuando a sus 19 años Paradiso decidió iniciarse en el rubro con Helados Daniel y, de alguna manera, él también quería ayudar a otros a tener su propia heladería y transmitirles su know how.

Por eso, con 12 sabores en cartelera Daniel Paradiso empezó a franquiciar su heladería, pero sin saber que lo estaba haciendo, pero no por ignorancia, se apura a aclarar su hija, sino porque en 1999 cuando dos de sus empleados le propusieron abrir una sucursal; el modelo no estaba desarrollado en el país y nadie hablaba de franquicias, pero Paradiso podría, como Roberto, ser el mentor y, claro está, hacer crecer su propio negocio.

"Hoy esos mismos franquiciados, que en aquel entonces no los llamábamos así, ahora tienen también tres o cuatros franquicias de la marca", cuenta Florencia Paradiso en comunicación con iProfesional.

A un ritmo de una por año y a medida que el ecosistema de franquicias se fue consolidando, Paradiso fue también otorgando más sucursales; primero a empleados deseosos de independizarse o familiares que quisieran tener su propio negocios, después llegaron los inversores o clientes que querían abrir una franquicia.

Paradiso se consagró como el inventor del Súper Dulce de Leche

Sin embargo, aclara Florencia, por política de la empresa, la expansión de la marca siempre es también de la mano de locales propios. "Porque nos permite antes que nadie probar y ajustar nosotros mismos cualquier nuevo sabor o idea promocional que surja en nuestras heladerías. Conocemos muy bien el manejo del negocio y por lo tanto entendemos y sabemos de lo que hablamos", argumenta Florencia Paradiso.

Franquicia de Helados Daniel: cuánto hay que invertir

La prioridad para abrir franquicias de Helados Daniel, avisa la hija del fundador, la tienen sus propios franquiciados porque, como aquellos primeros empleados que adquirieron sucursales y pusieron más locales, los pedidos llegan también desde adentro de la cadena, tal es así que hoy tienen franquiciados con hasta 10 locales en operación. "Esto nos llena de orgullo porque demuestra que el negocio funciona y que están cómodos; por eso ellos son nuestra prioridad; después vamos con franquiciados externos", remarca. 

La inversión necesaria para abrir una franquicia de Helados Daniel oscila los u$s25.000 y ese monto incluye tanto el canon de ingreso que es de $450.000 como la cartelería interna y externa con la imagen de la marca, además del stock inicial y las capacitaciones. Sin embargo, teniendo en cuenta el contexto actual del país, para quien lo necesite la marca podría financiar a 45 días la mercadería inicial y para el fee de ingreso le dan un plazo al franquiciado de hasta 35 días a partir de la firma del contrato para abonar todo junto o si lo refiere en etapas.

Helados Daniel: en cuánto tiempo se recupera la inversión

"En cuanto al recupero de la inversión, mucho va a depender de sí abre el local en verano o en invierno, pero calculamos entre 16 y 24 meses reales teniendo en cuenta que se venden en promedio alrededor de 22.000 kilos por año por heladería; el 66 % en verano y el 34 % en temporada baja", detalla Paradiso.

Pero además de plata, para ser parte de la cadena de Helados Daniel y no fracasar con el negocio, lo que se necesita es un buen local y para ello la empresa trabaja con agentes inmobiliarios que les avisan cuándo hay uno disponible en alguno de los barrios que la empresa tiene ya elegidos por su potencial y donde aún no han desembarcado. Preferentemente buscan esquinas con un mínimo de 60 metros cuadrados, aunque, aclaran desde la empresa, nada se descarta de entrada ya que podría considerarse un local más chico si la plaza es buena o la esquina es privilegiada.  

"Pero además tiene que ser una persona que se ocupe del negocio, que le importe. Muchos creen que se trata de poner un cartel en la puerta que diga Helados Daniel  y ya, pero eso no es garantía, el éxito es un 50 % marca y producto y el otro 50% es gestión del franquiciado. Hemos tenido franquiciados que se fundieron, que vendieron la franquicia y que el nuevo franquiciado en el mismo local y con las mismas condiciones, tuvo un éxito increíble; es decir, el problema no era la marca, la zona o el punto de venta, el problema era esa persona", explica. 

Los Paradiso invitan a que hablen con los franquiciados para conozcan los problemas del negocio, lo bueno ya lo saben  

De todas maneras, más que lo que pueda contar ella o la empresa, a Paradiso le importa que quien adquiera una franquicia de la marca sepa exactamente con qué se va a encontrar. Por eso, sin filtros, Florencia invita a los interesados a que conversen con otros franquiciados, que visiten sus locales y que evalúen personalmente el negocio; ella encantada, dice, les puede referir los datos de contacto de cada franquiciado de la cadena.

"Aunque la realidad es que muchos llegan a la entrevista después de haber recorrido varios locales y lo celebramos porque solo un franquiciado puede ser objetivo y contarle bien lo que viven en el día a día. Yo siempre le pido a los franquiciados que les cuenten todo lo malo, porque lo bueno ya lo saben, por eso están interesados en la franquicia, yo quiero que le cuenten cómo es la gestión con los empleados, cómo sobreviven en invierno y todas las dificultades que se pueden encontrar".  

No menor, avisan desde la empresa, los franquiciados tienen que saber que para los vecinos dejarán de llamarse como se llamen y empezarán a ser Daniel "Es un fenómeno muy común entre nuestros franquiciados. Buen día Daniel, chau Daniel. A veces intentan corregir el error y le explican que así se llama la heladería, que él es Oscar, por dar un ejemplo; otros, ante la frecuencia del error lo dejan pasar y asumen su nuevo nombre", cuenta entre risas Yvés Vázquez, coordinador de marketing de la cadena. 

Aunque la mayoría de los locales están en la zona norte del Gran Buenos Aires y de la Ciudad de Buenos Aires, de a poco y de la mano de los franquiciados, la empresa empieza a tener presencia en la zona sur desde Barracas hasta Hudson, Quilmes y Canning. "Ir hacia el interior del país hoy no está en carpeta, pero es algo que no descartamos porque tenemos muchas solicitudes y aunque nos sobra capacidad productiva para hacerlo, preferimos primero  terminar de afianzarnos en Buenos Aires", concluye la empresaria quien junto a su hermana planteó un objetivo de 90 franquicias para fines del 2024.