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¿Plazo fijo o dólar?: esto es lo que recomiendan desde la City a los ahorristas para pasar el verano

En el mercado creen que el dólar podría seguir estable, al menos en el corto plazo. Del otro lado, el escenario de tasas altas se mantendrá unos meses
02/01/2019 - 11:05hs
¿Plazo fijo o dólar?: esto es lo que recomiendan desde la City a los ahorristas para pasar el verano

“¿Compro dólares?”. “¿Va a seguir subiendo o va a bajar?”. “¿Conviene hacer un plazo fijo?”. Esas son sólo algunas de las preguntas que suele hacerse el argentino medio cada vez que puede ahorrar algo y quiere, al menos, protegerse de la inflación.

Con el dólar siempre en la cabeza y una escasa cultura financiera como para animarse a invertir en la bolsa o en un fondo común, el debate de siempre se divide entre el dólar o el plazo fijo.

Frente a estas alternativas, iProfesional consultó a distintos analistas y economistas para ver las perspectivas de rentabilidad que ofrecen ambos activos para los primeros meses del año.

Y el resultado es que hay cierto consenso en que, en el corto plazo, las tasas en pesos seguirán en niveles altos y no ven motivos para un salto del dólar, al menos hasta el segundo trimestre.

“Hoy la tasa es atractiva, sobre todo en la medida en que se espere un dólar relativamente calmo”, explica Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, aunque no tarda en advertir que “cerca de mediados de año, con las elecciones y cuando empiecen a surgir dudas sobre el financiamiento de 2020 es probable que el dólar vuelva ser un refugio para los ahorristas locales”.

Lo que paga cada activo

Hoy en día, según los últimos datos del Banco Central, los plazos fijos pagan una tasa de casi 42% anual para los depósitos menores a 100.000 pesos, lo que termina dando un rendimiento mensual de 3,5%. Para los grandes inversores, en tanto, con colocaciones de más de 1 millón, los bancos pagan poco más del 48% anual.

El dólar, en tanto, cerró diciembre con una caída mensual de 0,6%, aunque en todo el año duplicó su valor. “Es impredecible lo que puede pasar con el dólar. Por cobertura, históricamente en los últimos días de cada mes sube y también pasa lo mismo en los últimos días del año. Y en las últimas dos ruedas de 2018 perdió más de 2%”, grafica un operador bursátil.

“Creo que va a seguir habiendo un par de meses de tasas altas en los plazos fijos. El minorista puede llegar a tener un verano con buenas tasas en pesos”, sostiene Santiago López Alfaro, socio y director de Delphos Investment, aunque prefiere escapar de la dicotomía dólar/tasa.

“Preferimos recomendar una cartera más balanceada y depende de cada persona. Si es para alguien que piensa en los ahorros de toda su vida mi opinión es que tiene que estar más dolarizado”, agrega.

Diversificar la cartera de inversión y pensar en más activos más allá del peso o el dólar es clave para estar cubierto y además poder sacar una rentabilidad. Pero en un país en donde menos del 1% de la población invierte en la bolsa, la mayoría de la gente sólo sigue pensando en esas dos opciones.

“A la luz de los aumentos que se vienen para el primer trimestre creo que las tasas en pesos van a seguir altas. Eso da una garantía de un alto rendimiento. Siempre y cuando el dólar no pegue un salto”, comenta Nery Persichini, gerente de inversiones de GMA Capital.

Las proyecciones de la City

Según el último Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM), la encuesta que mensualmente elabora el Banco Central entre más de 50 consultoras bancos y analistas financieros, para fin de enero la tasa de referencia (la de Leliq a 7 días) se va a ubicar en torno al 55,6% anual y en los últimos días de febrero bajará a 53,6% anual.

En el mismo relevamiento, que se realizó en los últimos días de noviembre, el precio del dólar mayorista cerrará enero cotizando a $40 y febrero, más cerca de $40,80. Hay que tener en cuenta, de todos modos, que estos analistas preveían que la divisa finalizaría el año a $39,20, cuando en realidad quedó en $37.

En otro orden, en la cúpula del Banco Central también esperaban que la tasa de interés baje de un modo más pronunciado en diciembre, algo que no sucedió.

Si bien es cierto que el organismo monetario logró cumplir por tercer mes consecutivo la meta de crecimiento cero de Base Monetaria, y hasta retiró casi 17.000 millones de pesos más de lo que había pactado con el FMI, hace algunas semanas en el círculo íntimo de Guido Sandleris proyectaban que la tasa se ubicaría entre 50% y 55%, y hoy se posiciona encima del 59%.

Según la visión de Fabián Ciarlotti, wealth management head de ICBC Argentina, la política monetaria hará que las tasas se mantengan altas y no haya muchos pesos en el mercado, con el consecuente freno de la actividad en general. “Todo esto va a aplacar al dólar”, asegura.

“En ese contexto esperamos buenos negocios de la mano de tasas reales altas para los inversores”, agrega Ciarlotti. Pero luego, advierte, “a medida que nos acerquemos a los comicios, sí veremos una progresiva dolarización de carteras”. Su consejo, de todos modos, es tratar siempre de diversificar: “ni todo pesos, ni todo dólares”.

Los picos que promete el dólar

Para Kalos, en 2019 habrá tres momentos en que, a priori, podrían motivar una demanda adicional sobre el dólar que meta presión a la cotización. Primero, en abril, en los días previos a que entren los dólares de la cosecha gruesa. “Ahí, estacionalmente suele darse cierta escases relativa de dólares que siempre generó algún un salto en la divisa”, explica.

Luego, al ritmo de las encuestas y a medida que comiencen a perfilarse los candidatos para las elecciones estará la “cobertura por riego político”.

Y el tercero será cuando “el mercado empiece a inquietarse sobre el financiamiento del 2020”, destaca el economista, que cree que estos dos últimos se darán comenzado la segunda mitad de 2019.

“Esos son los tres momentos de mayor riesgo en que el dólar seguro tome algún impulso, más allá de los movimientos que pueda tener en el tiempo”, sostiene.

Por su parte, el economista Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma, cree que el tipo de cambio se va a mantener como en las últimas semanas, más cerca del piso de la zona de no intervención y que la tasa va a bajar en la medida que las expectativas vayan mejorando. “En diciembre jugó en contra el contexto externo, que fue muy malo. Y la esperanza es que en enero y febrero no sea tan malo”, explica.

La meta del Banco Central

Un dato que hay que tener en cuenta, a la hora de analizar el rol del Banco Central y su política monetaria es que en enero, según la meta de acordada con el FMI, el límite de crecimiento de la Base Monetaria se mantiene en el mismo nivel que en diciembre, cuando subió por cuestiones estacionales.

En rigor, desde octubre, cuando comenzó el esquema de agregados monetarios, la Base Monetaria -que representa a todos los pesos que circulan en la economía- no podía crecer por encima de los 1.271 millones de pesos, un tope que en diciembre aumentó 6,3%, a $1.351 millones, debido a que es un mes en que estacionalmente la demanda de dinero aumenta por el pago de aguinaldo, vacaciones y otros factores.

Este mes, si bien no hay una demanda extra, el límite no se reduce al valor de noviembre, con lo cual el BCRA no tendrá tanta presión para absorber pesos de la economía.

Siempre enero era contractivo porque históricamente se sacaban los pesos que se expandían en diciembre”, destaca Amilcar Collante, economista de CESUR, el Centro de Estudios Económicos del Sur. Ahora, agrega, como no van a tener que contraer tanto porque se mantiene la meta de Base Monetaria en los niveles de diciembre, “espero que pueda jugar la baja de tasas, aunque no de forma tan abrupta”.

Será clave, de todos modos, ver cómo evoluciona la expectativa de inflación, más aún después de los últimos anuncios de aumentos en transporte y en las tarifas de luz y gas, dos servicios que además generan una inflación de segundo orden ya que encarecen costos que las empresas luego terminan trasladando a los consumidores.

“Aprendiendo de los mandatos anteriores deberían ir bajando la tasa muy lentamente y darle alivio al crédito, pero siempre que no haya ningún cambio disruptivo”, comenta Collante.

“En enero hay que absorber más o menos lo mismo que van a liberar con los cambios de encajes y juega la estacionalidad de la demanda transaccional de pesos a favor”, agrega Caamaño, que calcula que con el nuevo esquema de encajes que entra en vigencia en febrero, el BCRA liberará al mercado entre 30.000 millones de pesos y $50.000 millones.

El ruido externo, siempre latente

El economista de CESUR menciona otro factor que pueda sumarle presión al dólar: el ruido externo.

“El riesgo país está muy alto y si uno mira la relación dólar/riesgo país, debería ajustar con un tipo de cambio más arriba de lo que estamos hoy. Parece bastante poco el efecto que tuvo riesgo país frente al dólar”, advierte Collante, que considera que eso se explica en parte por la recesión, “que hace que se demanden menos dólares en toda la economía”.

En este escenario, desde el Gobierno dejaron trascender que harán lo imposible para evitar una disparada del dólar, conscientes del efecto que podría tener en las urnas. Eso implica que llevarán la tasa al nivel que sea necesario para frenar cualquier intento de disparada.

Con todo esto, el escenario sigue estando abierto. En el corto plazo, la tasa en pesos promete mantenerse en niveles atractivos, aunque la estabilidad del dólar nunca está garantizada.

Invertir en un plazo fijo puede ser negocio, pero sólo en el corto plazo, y estando muy atento a cualquier recalentada del mercado de cambios. Un consejo: comenzar a diversificar más las invesiones. Un dato estadístico: nunca un Gobierno devaluó el peso en un año electoral. ¿Será este el primero?

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