El mercado apuesta a que el dólar se fortalecerá más frente al resto de las monedas

El dólar se ha convertido en el gran ganador de la crisis turca, que provocó una salida de los fondos de inversión desde los mercados emergentes. 

Cabe señalar que el mercado de divisas viene transmitiendo un pulso alcista con relación al dólar en los últimos meses, en consonancia con una Fed que aplicó seis subas de las tasas de interés.

En paralelo, el diferencial de rendimiento entre los bonos a dos años del Tesoro de EE.UU. y los de la Eurozona se ha ampliado en más de 180 puntos básicos, es decir, que se elevó el Riesgo País en el Viejo Continente.

Sin embargo, para los expertos,la divisa estadounidense tiene todavía camino por recorrer.

Se basan en el llamado "US Dollar Index", un índice que mide el valor del dólar estadounidense en relación a otras divisas como el euro, la libra, el yen y otras.

El indicador se estableció en marzo de 1973 con base igual a 100. El valor más alto al que se negoció el fue de 164.72 en febrero de 1985 y el más bajo fue de 70.698 en marzo de 2008, según consigna Ámbito Financiero. 

¿Qué sucedió en ese último tiempo? Si bien el dólar no paró de subir en los últimos cuatro meses, su desempeño desde la victoria de Trump no resulta tan contundente como a simple vista.

Es así que el índice aún se ubica un 1,5% por debajo del precio al que cotizaba en noviembre de 2016, en los 98,61 puntos, a comparación del máximo de 13 meses y medio del 15 de agosto, en 97 puntos.

De todos modos es insoslayable que el 2018 se perfila como el año del dólar, gracias a que las políticas de Trump despertaron el apetito de los inversores por los activos de bajo riesgo, lo que terminó impulsando al dólar.

El consenso del mercado reconoce que este rally del dólar se explica también porque los inversores se han visto atraídos por la fortaleza que exhibe la economía de EE.UU., según el matutino, lo cual mantiene a la Fed firme en su camino de normalización monetaria, por lo menos, con dos subas más de las tasas este año.

Esto, precisamente, termina retroalimentando el apetito por el dólar.