"Tranqui con el dólar, no pasa nada”, dijo Macri: conozca la lista de frases célebres de la economía argentina
El presidente Mauricio Macri restó importancia este martes a la suba del dólar que se registró en los últimos días, al asegurar que "no pasa nada".
"No pasa nada, tranquilos", indicó Macri al ingresar a la Casa Rosada, antes de la reunión de coordinación que tenía en su agenda.
El Jefe de Estado se expresó de este modo ante una consulta informal realizada por periodistas acreditados en Casa Rosada, luego de saludar y sacarse fotos con alumnos del 4° Año de la Escuela Argentina Modelo, en el Patio de Palmeras.
La pregunta surgió a lo lejos cuando el mandatarios se aprestaba a dirigirse hacia su despacho por el Salón de los Bustos.
La optimista respuesta “al pasar” del Presidente se suma a una ya larga tradición histórica de frases “tranquilizadores” que en el pasado, y especialmente en momentos de crisis, lanzaron diversos funcionarios sobre la economía del país.
A continuación, el listado de las más notables y recordadas:
"Me quiero ir".
Hernán Lorenzino, 2013.
No tiene nada de tranquilizadora, pero es una de las más recientes. En una entrevista a un medio griego, el entonces ministro de Economía se quedó sin filtro cuando lo consultaban sobre el nivel de inflación en el país.
Lorenzino no fue y completó la entrevista que, por esa frase, quedó para la posteridad.
"El que depositó pesos, recibirá pesos. El que depositó dólares, recibirá dólares"
Eduardo Duhalde, 2002.
El entonces presidente de la Nación parecía totalmente convencido de algo que luego no pudo cumplir. Los que depositaron dólares, recibieron pesos a un tipo de cambio que era inferior al que el mercado convalidó en su momento, y perdieron mucho dinero.
"El 2001 será un gran año para todos. ¡Qué lindo es dar buenas noticias!"
Fernando De la Rúa, 2000.
La frase formó parte del mensaje de fin de año del 2000 del ex presidente Fernando de la Rúa. Poco después, la Argentina vivió una de las peores crisis económicas y políticas de su historia.
"No importa de dónde vengan los capitales. Lo que importa es que vengan"
Alberto Kohan, 1991.
La dependencia del la economía argentina de los capitales externos no es una situación nueva, tal como revela la frase del entonces ministro del gobierno menemista.
"Con la convertibilidad, habrá más de seis décadas de crecimiento y prosperidad en la Argentina"
Domingo Cavallo, 1991.
Un pronóstico entusiasta y con viento a favor en la naciente década del 90. Finalmente, la convertibilidad duró apenas una década y dejó al país sumido en una grave crisis.
"Si el mercado quiere dólares, le vamos a dar con el látigo"
José Luis Machinea, 1989.
El entonces presidente del Banco Central enfrentaba un problema con el dólar. Tal como ocurre hoy en día, el mercado demandaba divisas.
Lo que vino luego de esta frase fue más devaluación e hiperinflación.
"Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo"
Juan Carlos Pugliese, 1988.
El entonces ministro de Economía lanzó esta frase luego de tratar, infructuosamente, de detener una corrida bancaria.
"Si querés que me baje los pantalones, me los bajo"
Bernardo Grinspun, 1984.
En febrero de 1984 Grinpsun, que era el ministro de Economía, les explicó a los representantes del FMI que habían venido a nuestro país que la Argentina no podía pagar los intereses de la deuda porque los militares se habían gastado las reservas que quedaban, u$s1.500 millones de dólares, "en armas, corbetas y fragatas".
La más famosa de las anécdotas cuenta que, en el momento más fuerte de una discusión, Grinspun le dijo al catalán Joaquín Ferrán, del FMI: "Si querés que me baje los pantalones, me los bajos".
"El que apuesta al dólar, pierde"
Lorenzo Sigaut, 1981.
Sigaut, ministro de Economía en 1981, pronunció esta frase para desalentar maniobras especulativas. Pocos días después, dispuso una devaluación del peso de un 30%, la primera de una serie de devaluaciones durante su función. Claro que, los que habían comprado dólares no perdieron.
"La gente nunca tuvo más plata que ahora"
Martínez de Hoz, 1980.
Para la época en la cual Martínez de Hoz pronunciaba esta frase, el costo fiscal del 55,1% del tamaño de la economía del país hacia marzo de 1980 propició la falta de pagos y obligó a un gran número de instituciones financieras a confiar en la ayuda económica del Banco Central, ante la ola de retiros masivos de depósitos. Se liquidaron o fueron sujetas de control estatal más de 70 instituciones (que mantenían el 16% de activos de la banca comercial y el 35% de activos de las compañías de finanzas).
"La inflación está muerta"
Christian Zimmermann, 1980.
El lapidario diagnóstico fue del entonces vicepresidente del Banco Central. Lo que vino después fue una inflación galopante con la que tuvo que lidiar Raúl Alfonsín durante todo su mandato.
"Hay que pasar el invierno"
Álvaro Alsogaray, 1959.
El ministro de Economía de Arturo Frondizi se lamentaba en junio de 1959: "Nuestro punto de partida es muy bajo. Muchos años de desatino y errores nos han conducido a una situación muy crítica". Tras la apelación a la "herencia", el funcionario lanzaba un duro programa y proclamaba esta fórmula tan recordada.